Reseña ’12 Horas para Sobrevivir: El Inicio’

Estreno: Ya en cines

Director: Gerard McMurray

Elenco: Y’lan Noel, Lex Scott Davis, Joivan Wade, Mugga, Patch Darragh, Marisa Tomei.

⭐⭐⭐

SINOPSIS:

Los Nuevos Padres Fundadores de Estados Unidos establecieron en Staten Island el campo de batalla para la primera purga experimental. El capo de las drogas Dmitri (Y’lan Noel) busca proteger su territorio, mientras que su ex novia activista Nya (Lex Scott Davis) se resguarda en una iglesia y su hermano menor Isaiah (Joivan Wade) busca vengarse de un drogadicto violento.

En la era del presidente Trump, se acabaron los tiempos de sutileza, y considerando que la franquicia Purge de Blumhouse nunca fue particularmente sutil, The First Purge no pierde tiempo para proyectar encabezados actuales como pesadillas estadounidenses desatadas.

Fiel a su título (no hay “fake news” en esto), la precuela de Gerald McMurray —el cuarto filme en la serie— detalla los orígenes del concepto de altura basado en una premisa de poca lógica: los Nuevos Padres Fundadores de Estados Unidos, un grupo oscuro de autoritarios blancos, proponen un experimento en Staten Island, Nueva York, donde todo crimen sea legal durante 12 horas. La locación es elegida porque se compone de barrios de bajos recursos mayoritariamente negros donde el gobierno espera que la frustración por la desigualdad incite a la violencia y promete recompensas económicas a los residentes que se queden en su terruño durante la experiencia.

Es en la manera de ensamblar The First Purge donde McMurray realiza su mejor trabajo, explorando temas similares sobre la agresión masculina reprimida en su película debut Burning Sands, que gira torno a los ritos de iniciación de una fraternidad.

Mientras el capo de las drogas Dmitri (Noel) trata de convencer a su banda de abstenerse y no arriesgar sus vidas esa noche, el joven Isaiah (Wade) lo ve como una oportunidad para probarse a sí mismo y vengarse de Skeletor (Rotimi Paul) el drogadicto psicópata que lo atacó. Pronto queda claro que Isaiah no es un asesino y se ve forzado a encontrar dónde ponerse a salvo mientras Skeletor se ve a sí mismo como un Freddy krueger de la vida real con agujas aseguradas a sus puños.

Si el primer acto es perceptivo sobre las intersecciones de raza, clase y género que hacen tan volátil políticamente a Estados Unidos, la acción del filme no logra establecerse —los sustos súbitos no lo son tanto, las confrontaciones son ligeras en tensión y hay elementos cursis como los lentes de contacto que dan a los participantes de la purga miradas que brillan en la oscuridad. El guión de James DeMonaco lucha para elegir un hilo conductor principal, cambiando de enfoque a la mitad entre Isaiah —una interpretación comprometida del actor británico Joivan Wade— a Dmitri, quien se hace de herramientas para enfrentar al régimen en un final de héroe de acción que aunque complacerá a las multitudes, también sugiere incómodamente que la solución es más violencia. No obstante, la trama presenta algunas ideas fuertes —la película arranca con una fiesta masiva callejera porque, puesto que nada es ilegal, la policía no puede arrestar a nadie con cargos falsos— y no alarga su bienvenida con una duración de 97 minutos.

Las imágenes exageradas de The First Purge —desde sus villanos con fetiches nazis hasta los mercenarios con capuchas del KKK que llegan manejando al vecindario para incitar más violencia cuando el experimento no arroja los resultados esperados— pueden sentirse pasadas de mano. Pero al menos dice algo sobre la situación actual de Estados Unidos, tan fuertemente como es posible, a una audiencia bastante amplia. La premisa de The Purge sigue siendo una locura, pero como prueba The First Purge, a cinco años desde la primera película, es el mundo real el que se ha vuelto menos creíble.

VEREDICTO:

Con un enfoque muy claro respecto a la raza y muchos horrores de donde abrevar, Gerard McMurray entrega una perspectiva fresca en su precuela llena de sátira. Ojalá que la acción hubiera estado al nivel de sus ideas.