’13 Reasons Why’: ¿por qué eliminar su escena más polémica?

La controversial serie 13 Reasons Why, basada en la novela homónima de Jay Asher, está haciendo olas de nuevo. Ahora, es debido a que Netflix ha decidido eliminar una de sus escenas más polémicas.

Se trata del suicidio de la protagonista Hannah Baker (Katherine Langford), que ocurre en el episodio final de la primera temporada. La serie causó revuelo en su momento por su representación gráfica de la escena. En ésta, la cámara yace impávida conforme Hannah se mete a la tina con agua y se corta las venas. Éste fue sólo uno de otros acontecimientos duros que retrató la serie: el suicidio sigue la también muy gráfica violación de Hannah a manos de Bryce (Justin Prentice).

En preparación para el estreno de la tercera temporada, Netflix emitió el siguiente comunicado:

“Hemos escuchado de muchos jóvenes que 13 Reasons Why los alentó a iniciar conversaciones sobre temas difíciles como la depresión y el suicidio, y buscar ayuda — a veces, por primera vez”, lee el comunicado. “Conforme nos preparamos para el estreno de la temporada 3 este verano, hemos sido conscientes del continuo debate alrededor de la serie. Así que, bajo recomendación de expertos médicos, incluida la doctora Christine Moutier, médico en jefe de la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio; hemos decidido junto con el creador Brian Yorkey y los productores editar la escena en la que Hannah toma su propia vida en la temporada 1”.

La escena modificada ya está en Netflix a partir de hoy, y omite el momento preciso del suicidio. Después de que Hannah se mira al espejo antes de cometer el acto, la escena corta al momento en que su madre (Kate Walsh) la encuentra muerta en el baño.

 

Las polémicas previas

Ésta no sería la primera vez que Netflix realiza modificaciones en torno a 13 Reasons Why. En 2017, el mismo año de estreno, la compañía se vio obligada a añadir advertencias al comienzo de cada episodio. Luego, Netflix comisionó un estudio global al Centro de Medios y Desarrollo Humano de la Universidad Northwestern. Los resultados señalaron efectos positivos de la producción:

“71% de los adolescentes y adultos jóvenes se identificaron con la serie, y cerca de tres cuartos dijeron que la serie los hizo sentirse más cómodos procesando temas difíciles. Otros hallazgos fueron más inesperados y profundos — más de la mitad de los adolescentes se acercaron a alguien para disculparse por cómo los habían tratado, y casi tres cuartos dijeron que intentaron ser más considerados con cómo trataban a otros después de haber visto la serie”.

No obstante, Netflix añadió una advertencia adicional al inicio de cada temporada. En ella, los actores señalan que si el espectador “está luchando” con cuestiones como abuso de sustancias, abuso sexual o ha contemplado el suicidio, la serie podría no ser indicada para ellos.

 

Luego del estreno de la serie, se reportaron casos de suicidios por imitación, entre ellos, uno de un hombre en Perú, dos mujeres adolescentes en California, y una joven en Alabama. Un estudio de la revista médica JAMA Internal Medicine determinó que 13 Reasons Why aumentó la conciencia sobre el suicidio pero, a la vez, incrementó la “ideación” del mismo. El mismo estudio señaló un aumentó de búsquedas en Google de los términos “cómo suicidarse” y similares.

La serie también contravino las Recomendaciones para Reportar Suicidios en los medios, desarrolladas por varios expertos en el tema, quienes señalan que una cobertura poco cuidadosa puede propiciar incidentes en individuos vulnerables.

Por su parte, Netflix también ha puesto a disponibilidad del público el sitio 13ReasonsWhy.info. Éste incluye enlaces a artículos, videos, recursos y líneas de ayuda en diversos países, incluido México. Te recomendamos revisarlo antes de ver la serie, si tú o alguien que conoces padece de las cuestiones antes mencionadas.

Independientemente de los argumentos anteriores, habría que reflexionar si Netflix hace lo correcto al autocensurarse. Primero, porque es difícil establecer una relación causal indisputable entre un producto audiovisual y suicidios entre sus consumidores. Segundo, porque series como ésta no pertenecen a Netflix como tal: son producciones de terceros, cuyos derechos de distribución exclusivos pertenecen a la plataforma. Por último, hay que pensar si censurar del todo una escena como ésta en verdad «protege» al espectador, y nos evita reflexionar sobre la dura realidad del suicidio.

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