‘Joker’: payasos contra ricos

Joker, ganadora del León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, es la reinvención del icónico villano de DC Comics dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquin Phoenix. Te contamos más sobre ella en nuestra reseña.

Director: Todd Phillips

Actúan: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz, Frances Conroy

Estreno: 04 de octubre

★ ★ ★ ☆ ☆

Sinopsis

Aislado de la sociedad en una ciudad devorada por el crimen y la miseria, el fracasado comediante Arthur Fleck comienza su descenso hacia la locura hasta convertirse en uno de los criminales más conocidos de Gotham.

 

Después de que su título aparece con enormes letras que abarcan la pantalla entera, a Joker no le toma más que unos cuantos minutos sumergirnos en la desgracia de su protagonista, Arthur Fleck (Joaquin Phoenix). Éste trabaja como un payaso de alquiler y aspira a ser cómico de stand up, pero es tan torpe que apenas puede sostener un letrero correctamente. En una ciudad donde la empatía parece haber muerto, es atacado por un grupo de adolescentes sin que nadie intervenga. Vive en casa con su madre enferma, y él mismo acude a terapia en una clínica pública. Y encima de todo, padece de una extraña condición mental que le provoca una risa incontrolable bajo situaciones de estrés.

El director Todd Phillips nos presenta a Arthur como un personaje cada vez más marginado por una sociedad en la que, para empezar, los políticos no parecen tener el mínimo cuidado por los menos afortunados. Conforme las calles se convierten en basureros, el gobierno decide recortar presupuestos para atención médica pública. En tanto, un violento incidente convierte a Fleck (de forma anónima, maquillado de payaso) en un símbolo del resentimiento de la ciudadanía contra la clase política.

Dicha desconexión es encarnada por Thomas Wayne (Brett Cullen), quien desde su pedestal de superioridad moral hecho de dinero, anuncia su candidatura para alcalde con la intención de salvar de sí mismos a los vagos y criminales, a los que llama “payasos”. “Maten a los ricos”, es el mensaje que veremos escrito más tarde en pancartas, cuando manifestantes maquillados y enmascarados se apoderan de las calles.

La caracterización de este Joker, pues, está esencialmente vinculada al clima social de esta versión de Gotham. Si el de Jack Nicholson era una caricatura del gangsterismo, y el de Heath Ledger era una fuerza anónima del caos anárquico, el de Phoenix es un símbolo de la ira colectiva. El payaso enciende la mecha de una bomba formada por miles que, como Arthur, han sido defraudados por los ricos y los poderosos. Es tanto un estudio de personaje como una oportuna metáfora del movimiento Occupy y su grito de batalla, We’re the 99% (inexplicablemente trasladada a 1981 por Phillips y el coguionista Scott Silver). Gotham, de este modo, engendra su propia destrucción.

Sin embargo, oportuno no quiere decir cuidadoso, y tan adecuada como resulta en lo macro, Joker es más errática en el tratamiento de su protagonista en el guión. Por diseño, éste vincula esta ira social y la criminalidad con las enfermedades mentales. Si bien no glorifica la violencia en pantalla (ni nos hace simpatizar incondicionalmente con su perpetrador, cosa que se agradece), tampoco profundiza en las complejidades de su condición psicológica. Quizá no deberíamos esperar que lo haga – es un personaje de tira cómica, una caricatura después de todo –, pero sí se corre el riesgo de estigmatizar cuando la enfermedad mental es tratada como mero peldaño narrativo. Los diálogos, como salidos de una desquiciada galleta de la fortuna (“solía creer que mi vida era una tragedia”) tampoco ayudan mucho a la causa.

Joaquin Phoenix está exento de culpa aquí, pues dentro de los parámetros del guión entrega una de las actuaciones más espectaculares de su (de por sí) ilustre carrera. La extraña contorsión de su cuerpo y de su rictus, en el que logra equilibrar profundo dolor y demencial risa, lo ponen en un territorio aparte de cualquier otra encarnación del personaje. Que no nos extrañe verlo nominado a todos los premios habidos y por haber en los próximos meses.

Pero no nos equivoquemos: a pesar de ser laureada como una película subversiva e impactante, lo cierto es que el viaje de su protagonista es uno que ya hemos visto antes. Si bien no hay nada nuevo bajo el sol, y el propio Phillips reconoce con orgullo la influencia del cine de Martin Scorsese, los fans de Travis Bickle sentirán una inevitable sensación de déjà vu. Quizá el gran acierto aquí por parte de Warner Bros. y el director es haber tomado ese mismo desencanto social y extrema violencia, para revestirlos como personaje de cómic, esas creaciones de la cultura pop que pueden ser moldeadas a conveniencia para simbolizar lo que sea.

Veredicto

Con Joker, Todd Phillips logra elevar la vara para el cine basado en cómics de superhéroes. Pero en lo que respecta al cine en general, tampoco es algo que no hayamos visto antes (y con mayor impacto).

Por Lalo Ortega

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