Vice, el poder siempre tiene un nombre y apellido
Contenido
Vice (2018), una comedia política basada en hechos reales sobre la vida de Dick Cheney el Vicepresidente norteamericano que adquirió un poder exacerbado cambiando el rumbo social y económica de la mayor potencia mundial.
Director: Adam McKay
Actúan: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell y Sam Rockwell
Duración: 132 minutos
★ ★ ★ ★ ☆
Sinopsis
Un vistazo a la vida de Dick Cheney (Bale), un burócrata e inversionista petrolero de Estados Unidos que, al convertirse en el Vicepresidente de EUA durante la presidencia de George W. Bush, adquiriendo un poder de proporciones históricas, que a la fecha aún se padecen las consecuencias de sus actos.
Muchos momentos de Vice (2018) — o El Vicepresidente: más allá del poder, como la titularon en español — se sienten como lecciones aisladas de política. Desde explicaciones muy detalladas de conceptos como la Teoría del Estado Unitario, hasta metáforas hábilmente construidas como aquella secuencia en la que un pez muerde el anzuelo. Pese a esas explicaciones, esta producción no tiene ni remotamente el nivel de clavadez de The Big Short (2015) (el anterior filme de Adam McKay).
Esto no implica algo necesariamente negativo para Vice (2018), de hecho podríamos considerarla por eso como una cinta más fácil de digerir: si bien refleja una situación que marcó al mundo, la película explora las vivencias de un hombre imperfecto y con una inteligencia maquiavélica, Dick Cheney protagonizado por Christian Bale que supo conseguir un poder inaudito cuando se convirtió en el Vicepresidente de los Estados Unidos.
Sin embargo, sí hay puentes claros entre ésta y la cinta que en 2016 le dio a McKay su primer nominación a los premios Oscar en otro filme protagonizado de igual manera por Christian Bale The Big Short (2015) como “mejor guión adaptado.”
Vice (2018) conserva un narrador para guiarnos por la historia en este caso Jesse Plemons como un personaje aparentemente incidental pero con grandes repercusiones al final; una narrativa que rompe lo lineal para llevarnos del pasado al presente y a veces aún más lejos en el pasado.
Sin omitir las notas al margen en voz de nuestro cronista para especificar algunos puntos; la recreación exagerada para enfatizar el carácter hipotético de momentos inciertos; las imágenes de archivo y el tono cínico para ridiculizar costumbres y apatías de la sociedad estadounidense.
Aunque nuevamente esta combinación funciona para causar carcajadas ante un contexto turbulento y oscuro, es inevitable que esta vez esas herramientas se sientan desgastadas y reutilizadas; pese a que McKay parte ahora de un guión original, irónicamente el montaje no se siente tan auténtico como debería.
Si bien eso le quita méritos a esta producción, no son lo suficientemente fuertes o marcados como para que Vice (2018) pase desapercibida o se sienta indigna de ser contar con más una nominación.
Por otro lado, a Christian Bale no hay nada qué reprocharle ante su apropiación —y transformación— de un hombre sesentón que no parece tener llenadera en cuanto a poderío se refiere; desde los movimientos en las manos previos a los infartos hasta el arqueo de las cejas.
La actuación de Bale y el personaje mismo adquieren mayor fuerza por el trazo de los roles secundarios y la interpretación del resto del elenco. Pese a las diferencias físicas con el expresidente, Sam Rockwell te convence con su George W. Bush; mientras que Steve Carell hace lo propio con su Donald Rumsfeld, aunque de momentos parece una fusión entre Michael Scott y Mark Baum. Pero quien mejor hace contraparte al protagonista es Amy Adams con su Lynne Cheney, y es a través de este papel que, además, McKay aporta a la agenda feminista —¿será un toque honesto o algo para complacer a la Academia?—.
Más que mostrar un “detrás de un hombre siempre hay una gran mujer”, el cineasta presenta a la pareja central como una dualidad en la que ambos avanzan a la par, muchas veces colocando a Lynne como la mano que mueve los hilos y a Dick sólo como quien aparece en el escenario. La postura se refuerza con frases como “Si tienes poder, siempre intentarán quitártelo”, que le dice Lynne a una de sus hijas y que seguramente se quedará en nuestra mente por mucho tiempo; pero el papel de Adams no se convierte por eso en heroína, intencionalmente se contradice a través de líneas y acciones que toma con tal de que su linaje mantenga el poderío.
Así como como son cínicas las figuras reales en las que se inspira McKay para Vice, la película es descarada al mostrar abiertamente su postura de izquierda y que no existe para rendir complacencias. El resultado es un armado inteligente y provocativo, sin por ello sacrificar el entretenimiento.
Veredicto
Mantenla en tu radar de este mes; te va a divertir y te hará reflexionar al mismo tiempo. Si quieres seguir a las cintas oscareables, Vice podría ser una de las ganadoras.
