Don Mancini sobre su nuevo film, cuántos muñecos diabólicos tiene en casa y la evolución de Chucky


En 1988 un joven escritor Don Mancini creó el primer muñequito diabólico de culto, Chucky, sin saber que fundaría una franquicia que no deja de dar frutos. 

Don Mancini de hecho empezó a dirigir las películas de Child’s play a partir de la quinta entrega, Seed of Chucky del 2004, pero siempre mantuvo control sobre su creación. Este año, además, realizó Cult of Chucky y Cine lo tomó de pretexto para hablar todo acerca de su hijo, uno del que no estaría orgulloso ni la mamá de cualquier político. 

Cine: ¿De dónde surge la idea de un muñequito diabólico?
Bueno, mi papá trabajaba en marketing y publicidad y yo viví muy expuesto a ese mundo. Cuando fui estudiante de cine en la UCLA en los ochenta, pensé que quería escribir algo acerca de cómo la mercadotecnia afectaba a los niños. En ese tiempo los Cabbage Patch eran una locura en Estados Unidos. Además los animatronics se habían vuelto muy sofisticados y me di cuenta que podíamos hacer a un muñeco viviente muy elaborado, así fue como escribí el primer guion.

¿Cuándo te diste cuenta que tenías en tus manos una franquicia?
Creo que fue después de la segunda película. Después de Child’s Play 2, que de hecho ganó la taquilla en la semana de estreno en 1990. Entonces Universal dio luz verde para Child’s Play  inmediatamente y luego luego nos pusimos a trabajar en ella. Creo que ahí tuve el pálpito de que teníamos una franquicia.

¿Qué hay con los niños y las películas de terror?
Bueno, yo pienso que la niñez es nuestro tiempo inocente. Creo que, viéndolo desde el punto de vista creativo, es muy interesante el contraste entre los colores de la niñez inocente y el terror puestos al mismo tiempo; es una mezcla atractiva. Hay además algo terrible y abominable en la idea del horror como intruso en el mundo infantil.

¿Cuáles eran tus peores miedos cuando eras niño?
No me daban miedo los muñecos pero sí me daban miedo los adultos. ¿Sabes qué me alteraba mucho de niño? Creciendo en los setenta, cuando fue lo de Watergate, yo vi las audiencias cuando era chavito y de ahí vino el entendimiento por primera vez en mi corta vida, de que los adultos pueden ser corruptos. Pueden mentir y ser corruptos con intenciones infames. O sea, yo tenía ocho y trataba de comprender que el presidente de Estados Unidos era un gran mentiroso. Eso era inquietante y me daba miedo.

¿Cuál ha sido tu peor pesadilla?
No tengo pesadillas, pero en algunas ocasiones en la vida he sentido esa cosa horrible que la gente describe como que se te sube el muerto. Esas veces en la que te encuentras semi consciente, estás acostado en la cama pero no te puedes mover y te imaginas que estás soñando, que hay algo espantoso oprimiéndote hacia abajo. Me ha pasado un par de veces en la vida y fue terrible.

¿Te ha pasado algo sobrenatural?
No. [Ríe] La gente se desilusiona cuando lo escucha pero… no, nunca. De hecho, no creo en fantasmas, no creo en lo sobrenatural, pero creo en su poder como metáforas; es así como estoy interesado en en el género. No necesariamente tiene que ver con fantasmas o demonios, o por lo menor no por experiencia propia, más bien como metáfora traumática.

¿Y Chucky es una metafóra de qué? ¿Algo que ver con el espíritu humano?
Bueno, durante estos 30 años y siete películas, la metáfora de Chucky ha cambiado. Creo que las películas de horror, para que sean efectivas, deben reflejar sus propios momentos. Cuando empezamos, Chucky era una metáfora acerca del consumismo que regía en Norteamérica durante los ochenta con Wall Street y todo eso. Con Chucky siendo un producto que puedes comprar en Madison Avenue, se siente convincente que tu vida va a ser mejor con él y que será tu mejor amigo; la mamá de Andy le compra el muñeco porque el niño está sólo.

Pero durante todos estos años, Chucky fue una metáfora para cosas diferentes. En Bride of Chucky, lo usamos como una metáfora del romance y en Seed of Chucky es acerca de la familia. Cult of Chucky lo que simboliza es mantener el sentido de la vida estando literal y figurativamente paralizada mientras cambia. Hay que modificar la metáfora para mantener la franquicia fresca y relevante.

¿Cuál fue el mayor reto de producción en The Cult of Chucky?
Una cosa que te tengo que decir es que estábamos congelándonos; estábamos filmando en Winnipeg en Canadá en el invierno, donde estábamos a menos cuarenta en ocasiones. Filmamos probablemente cinco escenas de noche y en exterior mientras había ventiscas y tuvimos que parar varias veces porque la nieve caía con una fuerza tremenda. Estaba endemoniadamente frío y eso creaba toda clase de problemas a los que no me había enfrentado antes. Por otro lado el equipo en Canadá con el que trabajamos para Cult of Chucky eran nativos y ya se la sabían. 

En particular fue difícil para nosotros los Angelinos. Pero valió la pena porque se ve super en cámara. De hecho, escribí en el guion lo que tenía que haber nieve, lo quería… algo así como con una vibra de The Shinning en un paisaje invernal surreal. Tú notarías la diferencia entre nieve de verdad y la que hacen con animación. No puedes reemplazar lo verdadero.

¿Guardas la cabeza de Chucky en una bóveda como pasa en la película?
[Ríe] Tengo mi propia versión de eso, tengo muchos Chuckies de las diferentes películas que hemos hecho. Pero yo tengo una excelente relación con el muñeco, así que no necesito tenerlo guardado para torturarlo como sucede en la película. Él hace lo que le digo, puedo tenerlo a la vista.

Veo una evolución, no sólo en la narrativa. Cult of Chucky está llena de recursos: los movimientos de cámara, los ambientes… incluso la forma en la que Chucky mata a las personas. ¿Qué nos puedes decir de eso?
Muchas gracias, agradezco que lo veas así. Bueno, yo amo hacer películas, amo dirigir. Creo que soy como cualquier otro cineasta de horror: muestro mis influencias en mi trabajo, ¿sabes? Una de ellas es Bryan de Palma. Amo la escuela de horror de Bryan de Palma y Darío Argento que tiende a ser hermosa, algo operática. Creativamente encuentro muy interesante el contraste entre eventos espeluznantes, ejecutados de una forma incongruentemente bella. Ese es uno de mis intereses en el género de horror, por eso estoy tratando de encontrar maneras de hacerlo así.

Chucky como concepto, el del muñeco viviente, nos conduce en sí mismo a eso porque lo atractivo es que es fundamentalmente surreal: un muñeco que luce como humano pero no del todo. Es una distorsión. Hay algo pesadillezco y surreal y un poco hermoso también. Eso me interesa. Y, además, la película tiene lugar en un hospital psiquiátrico en el que lidiamos con un montón de personajes que están locos y cuyas relaciones están todas distorsionadas. Eso ilumina todo tipo de oportunidades para mostrar en la pantalla que hay varias opciones sesgadas de la realidad.

¿Qué otra franquicia de horror te hubiera gustado crear?
[Ríe] Dios, déjame ver…. ¡Ah! Encuentro la franquicia de Final Destination muy inteligente, muy creativa. Creo que es original. Me encanta lo abstracta que es. Es muy interesante que no hay una personificación específica del mal; no hay un monstruo per se. ¿Sabes? El caos aleatorio del mundo quiere atraparte, eso habla de los verdaderos miedos de la gente. Eso sí me da miedo en este punto de la vida, que algo caótico venga y me agarre cuando to menos lo espero.

Estaría de lujo conocer tu punto de vista, podrías hacer una peli de Final Destination en un Toys R Us.
[Ríe] Sería súper cool, ojalá me dejaran hacerla.

Llámame ciego, pero no encontré ningún rastro de CGI (imágenes generadas por computadora) en la peli, ¿qué pasa con eso?
No tenemos nada de CGI excepto el que usamos para borrar barras, cables y marionetistas, eso ya es muy fácil de hacer en estos tiempos. Pero Chucky es animatrónico por completo, absolutamente sin CGI.

¿Eso es una preferencia tuya?
Sí, creo que es muy importante, ¿tú no? Sobre todo para que los actores tengan algo hacia lo que actuar y responder en el set, eso es bueno para sus actuaciones. También me gustan los efectos de la vieja escuela, me gusta que son como táctiles, me gusta que están ahí y que no son perfectos. Con Chucky, la idea es que sus movimientos sean desiguales y extraños, no tan suaves.

¿Crees que, en la actualidad, el género de horror es más acerca de los efectos especiales o de las historias?
Creo que hoy en día se está volviendo más acerca de las historias. Honestamente, desde donde yo lo veo, estamos experimentando un renacimiento del horror. O sea, tú ves una peli como Get Out y ciertamente nada tiene que ver con los efectos, es acerca de la historia. Eso también es verdad con It FollowsThe Babadook y The VVitch. Esas son las películas que yo hice mías los últimos años. Son mis favoritas y manejan un horror basado en la historia y no en artilugios o efectos. Creo que eso está bueno.

¿Podría ser Annabell la próxima esposa de Chucky?
[Ríe] No creo que a Tiffany le guste eso.