Game of Thrones: Los guionistas no son tus perras

Ante la ola de críticas hacia la temporada final de Game of Thrones, atribuidas incluso a los actores del show de HBO, nuestro colaborador hace una acalorada defensa de la creatividad de los guionistas de la serie.

Por Luis Daniel de León

«GEORGE MARTIN NO ES TU PERRA».

Eso lo que dijo una vez el escritor Neil Gaiman, refiriéndose a las personas que hostigaban al autor de Canción de Hielo y Fuego para apresurarlo a terminar sus novelas.

Una anécdota que parece relevante recordar en una era en donde existe esta noción de que nosotros como fans tenemos un «derecho» que parece estar por encima de la integridad del artista. ¿Pero qué hay del autor? ¿La persona que de verdad está haciendo un trabajo y un esfuerzo en entregar el material que tanto le exiges?

Es una gran coincidencia que las palabras dichas por Gaiman para defender a George R. R. Martin, diez años después todavía puedan ser usadas para otro argumento también relacionado con Canción de Hielo y Fuego. En específico con su adaptación televisiva.

Esta última temporada de Game Of Thrones, la serie ha recibido una cantidad abrumadora de críticas negativas. Algo no tan frecuente en el pasado y mentiría si dijera que estoy en desacuerdo con varias de las mofas que aparecen con cada episodio de la octava temporada.

Desde hace un par de temporadas hemos visto que se han tomado decisiones en el curso de la historia que parecen arbitrarias y van en contra de lo que cualquiera esperaría de la serie. Hemos visto que se han tomado a la ligera conceptos iniciales o se han dejado de lado actitudes de personajes que son fundamentales en su identidad y comportamiento.

Todas estas críticas pueden ser válidas, pero algo con lo que no puedo estar personalmente a favor es en demeritar el trabajo de los creadores de la serie. El descontento ha llegado a niveles tan ridículos al punto de lanzar una petición para rehacer esta última temporada con guionistas más «competentes».

Pero muchos parecen olvidar que David Benioff y D. B. Weiss han trabajado durante siete temporadas de la serie antes de esta última. Son el equipo creativo que ha dado la cara desde el inicio del proyecto. No es como si alguien se hubiera olvidado y le hubiera dado toda la responsabilidad al becario de la sala de guionistas.

En primero y principal, ellos son los que se dieron la tarea de adaptar el trabajo de George R. R. Martin cuando para ese momento era considerado «inadaptable». Y son los responsables de la existencia de la serie en HBO, en primer lugar.

Muchos usan como argumento que el declive de la serie se debe a que no han sido publicados los dos libros restantes para culminar la saga literaria, lo cual es posible que si sea un factor importante para tener cambios drásticos en la historia.

¿Pero eso elimina el arduo trabajo previo que se hizo para convertir esta en una de las series favoritas de muchos? ¿Es por esa razón que debes señalarlos a ellos como los «culpables» y tacharlos de idiotas?

Es una posición cómoda etiquetar a los showrunners como «ineptos» tomando en consideración todo lo que se les ha alabado y aplaudido en el pasado desde el estreno de la primera temporada. George R. R. Martin siempre mantuvo una estrecha relación con los creadores de la serie, ha sido muchas veces consultor e incluso escribió algunos episodios para la serie.

Pero su falta de presencia en las últimas temporadas no es del todo un buen argumento si se quiere “señalar culpables”, por supuesto, él es la mente detrás de la historia que estamos viendo y se justifica que su visión sea la que prevalezca para nuestros ojos.

Pero el trabajo de adaptar un libro en algo como una película o serie es un proceso creativo completamente aparte, requiere igual de la compleja tarea de tener que enfrentarse a una hoja de papel en blanco.

No es algo tan sencillo como agarrar un fragmento favorito y decir «voy a copiar estas palabras y colocarlas nuevamente aquí». Por mucho que les duela de admitir, George R. R. Martin realmente no hizo la serie. Lo que hizo fue prestar y dar su consentimiento para que alguien más se encargara de hacer una versión televisiva de sus novelas.

Toda adaptación está sujeta a cambios que pueden ser del agrado o disgusto de fieles seguidores. Pero la serie ha diferido en múltiples ocasiones de los libros desde las primeras temporadas, con desaciertos pero también con muchos aciertos.

Muchos personajes han cambiado en comparación con sus contrapartes literarias. Algunas veces con el objetivo de hacerlos carismáticos o darles un punto de vista más evidente para las audiencias y poder darles un rol más relevante dentro de la trama.

Incluso se han incluido fragmentos que nunca ocurrieron en los libros pero que muchos así lo hubieran querido. Un ejemplo de esto; Tywin Lannister jamás conoció a Arya Stark en los libros y las interacciones de ambos en la serie se consideran como uno de los puntos más altos en varios episodios.

Si señalamos los peores momentos de las últimas temporada, no se puede negar que siguen existiendo situaciones impactantes y una considerable cantidad de buenos diálogos. Después de todo, debe existir una razón por la que los niveles de audiencia siguen altos.

Aun con todas las incongruencias narrativas en las que se han enfocado los más fervientes críticos de esta temporada, sigue existiendo una expectativa por conocer el final. Si los guionistas fueran verdaderamente mediocres, habríamos simplemente dejado de ver y comentar la serie mucho tiempo atrás.

El final puede que sea decepcionante, ¿pero que nos garantiza que pueda llegar a ser mejor cualquier cosa que pudiera publicar George R. R. Martin? Estamos hablando de libros que no existen todavía. Por ello sigue siendo muy hipotético usar un argumento a favor del autor para ponerlo en contra de los guionistas.

Por mucho que no existan estos libros para poder compararlos con las últimas temporadas, sigue existiendo una impronta del material original en todo lo que hemos visto. Después de todo, fue el mismo escritor de las novelas quien reveló detalles esenciales aún desconocidos para poder terminar con la serie de manera apropiada y fiel al espíritu de la obra original.

Los guionistas pueden haber cometido errores en este camino, pero si los libros tampoco llegaran a satisfacer a la mayoría, ¿entonces también culparemos al autor? ¿Le exigirían también a él que los “rehiciera” para darles el gusto? No, eso es ridículo, aunque extrañamente si es probable que ocurriera en un escenario actual.

Dejemos algo claro: nadie tiene porque estar obligado a hacer libros, películas o series con el puro propósito de complacer a un sector de la población, mucho menos esperar que este termine por gustarle a todo el mundo. Si así fuera el caso, el mundo de la ficción sería muy diferente al que conocemos ahora.

Nadie nos debe nada a nosotros como consumidores de entretenimiento. Los escritores y guionistas son en la mayoría de los casos artistas que trabajan lo mejor que pueden para tener una obra que primero los enorgullezca a ellos y, con suerte, también sea del agrado de otros.

Pero hasta ahí termina la relación, nosotros no deberíamos adjudicarnos una responsabilidad de “salvaguardar” el material. Mucho menos el autor debería de cambiar algo que fuera en contra de su visión original por nosotros, así de simple. Podemos odiar las precuelas de George Lucas y The Last Jedi de Rian Johnson, pero el caso es que existen y no podemos hacer nada, son la visión de sus respectivos creadores.

Los autores no son seres perfectos que merezcan ser idolatrados con cada nuevo proyecto que terminen. Podemos admirar sus logros y al mismo tiempo ser capaces de reconocer sus errores. Debe existir una versión del mundo en el que vivimos en donde puedan coexistir estas ideas en equilibrio. Ser “fan” no te da un derecho de propiedad.