‘Glow’: Posiblemente la competencia de ‘Orange is the New Black’













SINOPSIS

Unas actrices inadaptadas de Hollywood tiene la oportunidad de su vida cuando Sam Sylvia (Marc Maron), un director de cine de serie B que no tiene los mejores modales, las recluta para formar el programa Gorgeous Ladies of Wrestling.

La década de los ochenta lleva medio camino recorrido. Las mujeres no se suben a un ring —bueno, en México sí, aquí ocurre desde finales de los setenta—, no se divorcian si se sienten infelices y pocas son las que se atreven a alternar la maternidad con el trabajo, sólo por mencionar algunas ataduras. Pero estamos por conocer a un grupo de mujeres de la época que no encajan en alguno de esos modelos.

El nuevo show de Netflix, creado por Liz Flahive (Nurse Jackie) y de los mismos productores de Orange Is The New Black, nos presenta a un grupo de chicas dispuestas a subirse al cuadrilátero. Al no encajar en Hollywood, cada una de ellas ve la posibilidad de materializar sus sueños en un programa de lucha libre femenina que está bajo las manos —y también los vicios— de Sam Sylvia (Marc Maron).

Los diez episodios funcionan para seguirlas como grupo, desde que se conocen en la audición y a lo largo de su preparación para la grabación del programa piloto; las vemos en la apropiación de su respectivo personaje y en el dominio de piruetas, llaves y quebradoras. Pero también las observamos en sus conflictos personales, los roces que pueden surgir en la convivencia y los aspectos que las convierten en una manada —no es ofensa, lo entenderán cuando conozcan a Sheila the She Wolf (Gayle Rankin)— muy unida.

Ese aspecto personal es lo que coloca a Glow en la cima de la tercera cuerda. El conflicto central ocurre entre Ruth (Alison Brie), quien no teme a los prejuicios de vivir sola y se muestra dispuesta a tomar todas las decisiones necesarias con tal de conseguir sus metas, y su mejor amiga, Debbie (Betty Gilpin), una actriz que decidió retirarse para convertirse en una acomodada ama de casa; hasta que descubre el amorío que su esposo mantiene con Ruth y le llega el momento de ponerse leotardo, mallas y botas para pelear contracorriente.

 Las situaciones rudas también abofetean a varios personajes secundarios; la mayoría, tal como la pelea estelar, enfocadas al empoderamiento de las mujeres en esos años, y algunas de ellas tocando temas delicados que se han colado a nuestros tiempos.

Pero antes de que le demos el cinturón de oro al programa, —que por cierto está inspirado en el show ochentero G.L.O.W.—, es necesario señalar también los faults. Si la serie se pone solita contra las cuerdas es por el arranque desangelado de su personaje central; se muestra el esfuerzo de Brie por sacar adelante su rol pero fácilmente queda fuera tono y la opacan sus compañeras de reparto. Por fortuna, cuenta con un factor que nos guiña el ojo y convence de seguir: sus caracteres secundarios diversos (racial y personalmente hablando).

Glow logra pararse así de la primera caída. Pero tiempo después aparece el factor “exceso” dispuesto a aplicar una llave definitoria. Si bien es necesario abordar todos los temas que menciona a través de los personajes secundarios, hay algunos líos que están de sobra y no cuajan, lo que da la impresión de que se aplican como una salida fácil —y fallida— para aumentar el drama y no reducirle minutos al programa.

Pero bueno, al igual que sus luchadoras, Glow aumenta fuerza y habilidades con la práctica, y agarra cayo para reponerse nuevamente. Se levanta de la lona y se sacude. Nos deja satisfechos con el desenlace. Sugiere que tiene la destreza para luchar y ganarle a quien quiera disputarse el trono, actualmente en manos de Orange Is The New Black, de las series femeninas alejadas del glamour y las frivolidades. 

VEREDICTO

Tarda en tomar cuerpo y forma, y puede que te pierda en ese intento. Pero te gustará el resultado final y te emocionarás con varias escenas.