Hablamos con el imitador de Jack Sparrow sobre la vida de pirata en las calles de Hollywood


Liderar las mares en las calles de Hollywood seguro no es tarea fácil. Entre tantas multitudes usando atuendos de temporada, un Superman de pacotilla y rumianes (nos referimos a los policías) que cuidan que no te empines una botella de buen ron mientras trabajas, ser el imitador del Capitan Jack Sparrow requiere de astucia, mucho delineador y humor ácido. 

Tomamos de pretexto el estreno de Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar para hablar con quien se hace llamar el Capitán Sparrow de Hollywood, ese que no llega a los sets bajo el nombre de Johnny Depp, pero que  mantiene en alto del pirata más borracho y torpe del océano entero. 

¿Cuánto tiempo llevas imitando a Jack Sparrow?
Jack: De hecho, Johnny ha estado imitándome a mí. ¡Juar, juar! Pero comencé en el verano de 2004.

¿Cuál es el secreto para caminar como él?
Si eres muy bueno, no hay un secreto exacto. Sólo tienes que observar, aprender y hacerlo.

¿Bebes mucho ron?
¡Por supuesto! Soy un pirata, ¿por qué no lo haría?.

¿Alguna vez te has topado con Johnny Depp?
Sí. Es muy buena onda. Tenemos una señal que nos hacemos el uno al otro.

¿Cuántas veces has visto las películas de los Piratas?
Ya perdí la cuenta.

¿Cuál es tu favorita?
Me gusta más la primera. Por eso mi traje está diseñado como el que usó en esa.

¿Qué otros personajes de Johnny Depp te gustaría imitar?
¿Hay otros personajes de Johnny Depp?

¿Alguna vez te han confundido por el verdadero Depp?
Oh, todo el tiempo. Sólo sonrío y trato de pensar: ‘¿Qué haría Johnny en esta situación?’. No quisiera hacer nunca algo que fuera una falta de respeto al personaje o a Johnny.

¿De dónde sacaste tu traje?
¡Yo lo hice! Me toma como 45 minutos estar listo.

¿Qué es lo mejor de este trabajo?
Tener la oportunidad de conocer a mucha gente de todo el mundo y hacerlos sonreír. Se emocionan sin importar la edad que tengan. Todos se vuelven locos.

¿Y lo peor?
Ver a los otros imitadores que no tienen integridad con sus trajes. Como la Marilyn Monroe de allá y el Superman de aquí. Es terrible.

¿Qué tiene de malo ese Superman?
Pues que cualquiera puede comprarse ese traje. ¡Juar, juar!