Hombres al agua, una comedia sencilla pero efectiva

La película francesa Hombres al agua debuta en cartelera con ciertos momentos frescos y efectivos, aquí el detalle.

 

Director: Gilles Lellouche

Actúan: SMathieu Amalric, Benoît Poelvoorde, Guillaume Canet, Virgine Efira, Leïa Bekhti

Duración: 110 minutos

★ ★ ★ ☆ ☆

 

Sinopsis

Crisis personales se convierten en el patrón de un grupo de hombres de mediana edad, pero no es eso lo único que los une: todos han encontrado en el nado sincronizado algo más que una actividad deportiva o recreativa.

Alejado de la Torre Eiffel, el Museo Louvre y otros lugares comunes —literal— de las producciones francesas, Gilles Lellouche opta por instalarnos en la provincia gala. Se agradece esa bocanada de aire fresco, pero el cambio de escenario no es la única virtud de Hombres al agua (Le gran bain). Si esta comedia consigue ser una de calidad es por el tratamiento de sus personajes —ellos sí, con características muy cliché—, los apuntes críticos que entrega en repetidas ocasiones y el sincronizado ritmo que mantiene a lo largo de dos horas.

Los protagonistas de esta historia no tienen características innovadoras, pero Lellouche intenta sorprendernos por el sutil arco que tienen y el realista desenlace, y hasta poco condescendiente, que le da a cada uno de ellos. Con el apoyo de sus coguionistas (Ahmed Hamidi y Julien Labroschini), el cineasta enfatiza en los defectos de los deportistas, los traumas que arrastran desde hace tiempo, sus incapacidades sociales y también sus depresiones, cada uno expresándolo a sus formas y modos.

Así conocemos a figuras como Bertrand (Mathieu Amalric), el hombre que lleva meses sumido en la depresión a raíz del desempleo; Laurent (Guillaume Canet), quien tiene serios problemas de comunicación con su familia; Simon (Jean-Hugues Anglade), un músico frustrado que lo ha dejado todo por cumplir su sueño; Delphine (Virgine Efira), la coach del equipo de nado sincronizado que lidia con su vicio y un amor no superado, o Amanda (Leïla Efira), exnadadora que convirtió su frustración en disciplina militar.

Todos son interpretados en el punto justo que requiere cada papel, y eso contribuye en gran parte a la efectividad del tono, de convertir un momento dramático en uno risorio, sin quitarle por eso seriedad o valor crítico a los momentos que así lo requieren —¿quiénes tienen realmente oportunidades laborales?, ¿hay lugar en estas sociedades para seguir los sueños reales?, ¿cómo y quiénes nos señalan cuando fracasamos?—.

Lo único que podríamos cuestionarle a Hombres al agua que se exhibió fuera de competencia en Cannes 2018, es la imparidad al momento de examinar a cada uno de los personajes. Aunque hay claridad sobre quién es el protagonista, se trata de una película coral que muestra a uno de sus nadadores (Balasingham Thamilchelvan) como una figura prescindible para la narración —¿fue error de edición?, ¿aparece sólo por cumplir con alguna cuestión de “diversidad” racial?—.

Pese a esta confusión y a la simpleza de su desarrollo, Le gran bain resulta en una pieza entretenida que remite a The Full Monty y te pone a bailar, o al menos a tararear, gracias a su rítmico soundtrack —con todo y “Physical”, de Olivia Newton-John—. En general, se trata de una mezcla poco común que funciona, entre otras cosas, para resignificar los deportes y sus triunfos.

Veredicto

Una comedia sencilla pero efectiva con lo que quiere contar y las risas que desea provocar. Vela si buscas una historia fresca y realista.

Por Anaid Ramírez

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