Fighting with my family (Luchando con mi familia) – reseña

Llega Fighting with my family (Luchando con mi familia), una palícula que a más de una puede inspirar a ser ruda sin perder el glamour.

 

Director: Stephen Merchant

Actúan: Dwayne Johnson, Nick Frost, Lena Headey, Florence Pugh, Jack Lowden, Olivia Bernstone, Vince Vaughn

Duración: 108 minutos

★ ★ ★ ☆ ☆

 

Sinopsis

La vida de la excéntrica familia Knight, de Norwich, Inglaterra, gira alrededor de la lucha libre, pero los lazos de los hermanos Zak (Lowden) y Raya (Pugh) son puestos a prueba cuando la WWE toca a la puerta pero sólo uno es aceptado. ¿Podrá la familia sobrevivir el éxito de uno de ellos?

Cuando la WWE era conocida como la WWF y nadie la confundía con una fundación pro animales era el hogar de hombres adultos que usaban mayas neón y máscaras ante audiencias respetables en arenas modestas. La World Wrestling Federation se convirtió en la World Wrestling Entertainment Inc. (empresa de Entretenimiento Mundial de Lucha Libre) y como sugiere eso de que es empresa, se trata de una compañía que atrae multitudes y genera miles de millones de dólares. A los hombres en mallas se les han unido mujeres en mallas y una de las más famosas de los últimos años es Paige (su nombre real es Saraya-Jade Bevis), una luchadora nacida en Norwich e hija de los Knight, la infame familia de luchadores.

Los padres, Patrick ‘Rowdy Ricky Knight’ (Nick Frost) y Julia ‘Sweet Saraya’ (Lena Headey) están obsesionados con la lucha libre, dirigen un gimnasio local y realizan eventos competitivos. Es una obesión que le enseñan a sus hijos, incluyendo Raya (Florence Pugh) y Zak ‘Zodiac’ (Lowden) —“Estamos plagados”, dice Zak. “Eso no está bien. Lo haces parecer como si fuera hepatitis”, le responde Raya—, pero las grietas comienzan a aparecer cuando ambos se presentan a pruebas para la WWE y solo Raya (quien toma el nombre de luchadora de Paige), es llevada a Florida para entrenar para la alineación principal.

La dinámica dulce, auténtica y divertida es el latido constante del filme —centrándose en la narrativa emocional de una familia de clase trabajadora en lugar de las sentencias de prisión y los embarazos no planeados, lo cual se siente casi como una revelación. Es Jack Lowden, como Zak, quien eleva la película por encima de la típica película británica alentadora gracias a una interpretación de poder verdadero. Este es el hombre que alguna vez fue el niño que podía nombrar a cualquier luchador de la WWE viendo sólo sus botines. Su deseo es tangible, su desesperación devastadora y su manera de desentrañarse le da un empuje dramático muy necesario.

Sin embargo, y de una manera frustrante, esto no es igualado por Florence Pugh como Raya/Paige. No por falta de habilidad —Pugh es una de las mejores actrices jóvenes británicas de hoy—, pero sientes que es por falta de material. Su personaje está pintado con brochazos amplios y nunca entiendes bien qué la motiva, a qué le teme y cómo son sus inseguridades. Pugh le da encanto, fuerza y algunos toques de vulnerabilidad, pero de todos modos te quedas sintiéndote insatisfecho con lo poco que sabes de ella como luchadora y como mujer.

Fighting with my family es más interesante cuando explora la tensión entre las grandes sumas de dinero, el mundo deslavado de la lucha libre estadounidense y la variación británica de vieja escuela. Dwayne Johnson/The Rock aparece en un cameo divertido cuando los chicos Knight comienzan a meterse al mundo de la WWE. Hay un contraste tonal marcado con las escenas posteriores cuando la brecha entre los hermanos aumenta y nos unimos a Zack tras bambalinas mientras se saca alfileres de la espalda bajo un foco pelón.

Pero es a Paige a quien seguimos, enfrentando la brutal realidad del lustroso mundo estadounidense —algo que es evidente en su relación con el entrenador de WWE Hutch (un relativamente decepcionante Vaughn). Tristemente, nunca sobresale de la típica biopic deportiva y el filme —especialmente la última media hora— depende de saltos narrativos convenientes para seguir con la historia sobre la improbable triunfadora hasta su conclusión natural.

Veredicto

Con mucho corazón y temas con los que identificarnos, además de una gran interpretación de Jack Lowden, nunca resuelve por completo la tensión entre la rudeza y el glamour del mundo de lucha libre que habita la familia Knight.

Por Terri White

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