‘Late Night’ (‘Ellas Mandan’): el show de Emma y Mindy

Late Night (estrenada en México como Ellas mandan) parte del mundo de los talk shows para abordar una amplia gama de temas. Te contamos más en nuestra reseña.

Estreno: 18 de octubre

Dirige: Nisha Ganatra

Actúan: Emma Thompson, Mindy Kaling

Duración: 102 minutos

★ ★ ★ ★ ☆

Sinopsis

Katherine Newbury, la primera mujer en tener un talk show nocturno de comedia, enfrenta la posibilidad de salir del aire luego de 30 años. Acusada de nunca querer trabajar con mujeres, contrata a Molly como la primera – y única – mujer en su equipo de guionistas. Juntas tendrán que reinventar el programa y limar asperezas en el camino.

 

Los talk shows nocturnos, piedra angular de la dieta mediática estadounidense – y exportados al resto del mundo por vía de YouTube –, tienden a ser el punto de encuentro perfecto para discutir los temas en la agenda política, cultural y social, al menos de forma superflua. La guionista y protagonista Mindy Kaling (The Office) y la directora Nisha Ganatra (Transparent) usan la posible desaparición de uno como el detonante para una serie de conflictos que reflejan nuestra realidad contemporánea.

Para empezar, el mundo de Late Night ya parece, al menos, un poco más progresista que el nuestro. El talk show en peligro de desaparecer es el de Katherine Newbury (una fenomenal, si acaso demasiado seria Emma Thompson), quien lleva tres décadas al aire pero se niega a adaptarse a los nuevos públicos (¿cuántos programas similares en Estados Unidos pueden presumir a una conductora? Sólo Full Frontal with Samantha Bee se codea hoy con Stephen Colbert, John Oliver y el par de Jimmys).

En un intento por salir de la irrelevancia, Newbury pide contratar a una mujer que renueve a su sala de guionistas, integrada exclusivamente por hombres de diversas edades durante años. Por virtud de su entusiasmo y estar en el lugar y momento correctos, la aficionada Molly (Mindy Kaling) es reclutada para cubrir la cuota de diversidad, frustrando en el proceso una contratación por nepotismo. Su alegre e ingenua disposición chocan con el equipo de escritores bastante cómodos con el status quo, y con una conductora desdeñosa con las nuevas generaciones.

Hay mucho que desempacar sólo de los minutos iniciales de la trama: diversidad en el espacio de trabajo, misoginia cotidiana, choques generacionales, representación de las mujeres en los medios y el eterno debate sobre la corrección política. Incluso si no saca una gran cosecha de todos los temas que siembra, Kaling – quien claramente escribe desde sus experiencias personales como becaria, cómica y guionista en esta industria – muestra la suficiente habilidad para entramarlos y, a partir de ellos, poner varias reflexiones sobre la mesa, pero sin ser condescendiente (al menos la mayor parte del tiempo: el final merece su propia discusión).

La supervivencia del talk show, pues, se vuelve más el pretexto para que los personajes entren en conflicto y expongan varias de nuestras verdades contemporáneas, sin que nadie salga exento. El contraste de visiones entre las generaciones boomer y millennial es quizá el mejor desarrollado de todos, sin caer en la confrontación gratuita: es menos un “nosotros contra ellos” y más sobre hallar el punto medio.

El guión de Kaling encuentra sus argumentos más fuertes en cuanto junta a su personaje con el de Thompson, pero pudo beneficiarse con una pasada de tijera en sus tramas tangenciales. Sin embargo, son fallas que por fortuna son más que compensadas por la actuación de Thompson, que por sí sola prácticamente justifica pagar el boleto.

Veredicto

Aunque entorpecida por algunas de sus subtramas, Late Night toca temas relevantes de nuestra cultura mediática actual, y es enaltecida por una genial Emma Thompson.

Por Lalo Ortega

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