‘John Wick’, ‘Fast & Furious’, y la masculinidad frágil

Si algo define a la franquicia de Fast & Furious es el nivel de sus escenas de acción, que a punta de testosterona pura desafían la lógica y hasta las leyes de la gravedad. Y si por algo recordamos a John Wick es por la inquebrantable voluntad de su protagonista para luchar contra las peores posibilidades. A primera vista, parecería absurdo establecer un nexo entre ambas franquicias y la masculinidad frágil, ese miedo patológico a perder el (supuesto) estatus de macho alfa lomo plateado. Pero sí que lo hay, y es uno curioso.

Hace unos días trascendió en el Wall Street Journal (WSJ) la particular demanda que negociaron las estrellas de Fast & Furious (en particular Vin Diesel, Dwayne Johnson y Jason Statham) para sus apariciones en la franquicia: no perder ninguna pelea en pantalla. Todos ellos tienen que propinar, al menos, la misma cantidad de golpes que reciben. Statham tiene un acuerdo con Universal Pictures que estipula límites para las golpizas que recibe. Samantha Vincent, productora de la franquicia y hermana de Diesel, supervisa cuántos golpes recibe él para asegurar la reciprocidad. Johnson ha negociado con productores y enlistado la ayuda de coreógrafos y editores para salir siempre bien parado.

 

Michael Fottrell, otro productor de la franquicia, señaló a la fuente que las peleas están diseñadas para que ninguno de los protagonistas parezca “un perdedor”. Cuestionado sobre si la vanidad de los actores juega un rol en esas decisiones, respondió: “sin comentarios… ¡por supuesto que sí!”.

La historia continúa con la periodista de Total Film y The Guardian, Hanna Ines Flint. Ella retomó la nota de Rebecca Ballhaus de WSJ en Twitter, y la contrastó con su entrevista a Keanu Reeves por John Wick: Chapter 3 – Parabellum.

“Cuando entrevisté a Keanu Reeves hablamos sobre su pelea con Cecep Arif Rahman y Yaya Ruhian en John Wick 3”, escribió la periodista. “Lo tiraron tanto en los ensayos, y lo levantaron tantas veces del piso, que incluyeron ese momento en la película. Keanu se rehusó a dejar que (sus personajes) fueran asesinados por John”.

En el clímax de Parabellum, Wick combate contra el asesino Zero (Mark Dacascos) y varios de sus estudiantes (entre ellos, Rahman y Ruhian). Wick deja ir con vida a estos últimos, quienes lo superan en múltiples ocasiones durante la pelea, pero también muestran respeto hacia él.

En un tuit posterior, Flint añadió que Keanu “dijo ‘no puedo matar a estos increíbles peleadores porque son mucho mejores que yo’”.

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Ambas Parabellum y Hobbs & Shaw (primer spin-off de Fast & Furious con Johnson y Statham) son de las más grandes películas de acción del año. Ambas, también, muestran a sus respectivos héroes realizar proezas casi imposibles, pero este contraste de noticias pone en evidencia sus diferentes enfoques para ello (y por qué son importantes).

Desde que Hollywood existe, la imagen de actores y actrices delante y detrás de cámaras siempre han estado inevitablemente unidas. Es un aspecto tan indisociable del negocio que muchas estrellas acuerdan lineamientos similares en sus contratos, que van desde ser el primer acreditado en el póster, a la forma en la que viste o cuántos minutos tendrá en pantalla. Sin embargo, el contraste entre las estrellas de John Wick y Fast & Furious abre la conversación sobre la representación del macho alfa y la masculinidad frágil.

En acción, los héroes de Fast & Furious son del tipo que todo lo puede por obra y magia de la testosterona. El macho indestructible que esquiva balas y que, si ha de sangrar, se asegurará con facilidad que al otro le vaya peor. Todo es invulnerabilidad, pero no vaya a usar shampoo de una botella rosa porque eso es de mujeres y homosexuales, y su masculinidad estará en peligro (el perfecto ejemplo de masculinidad frágil). Dada la evidencia, esa misma imagen es la que Diesel, Statham y Johnson quieren proyectar, apoyándose en una de las franquicias de cine más taquilleras de la actualidad.

John Wick no es, por ninguna definición, un héroe del todo humano, pues es capaz de levantarse hasta herido de muerte. Pero ni el actor ni los productores temen mostrar a un personaje vulnerable, que es muchas veces superado por sus oponentes con creces. Los guiones establecen que Wick es un asesino cuyo poder casi sobrehumano viene de entrenar su voluntad hasta el límite. Además, se trata de alguien impulsado por la pérdida de su esposa y, sí, el cachorrito que ella le dejó.

“Las peleas (en Fast & Furious) aseguran que cada personaje tenga su momento y que todos sean vistos como oponentes formidables”, menciona la historia de WSJ, citando a un vocero de Universal Pictures. “Cada personaje es un héroe para alguien del público, y nunca nos olvidamos de eso”.

Y eso es precisamente el punto, que quizá va siendo hora de otra clase de modelos a seguir. La imagen del macho alfa – y la masculinidad frágil que le acompañan – se asocia a comportamientos nocivos como la homofobia y el machismo, pues en la primacía del macho, cualquier otra cosa parece menos deseable. Sin embargo, el cine, la televisión y demás productos de la cultura popular tienen una de las posiciones más privilegiadas para cambiar ese paradigma.