Héroes reales para una película: Hablamos con Clint Eastwood y los protagonistas de ‘The 15:17 to Paris’


Clint Eastwood está de vuelta en territorio conocido para él: dirigiendo una historia basada en hechos de la vida real con héroes estadounidenses. The 15:17 to Paris tiene al centro la vida de tres jóvenes que detuvieron un atentado terrorista a bordo de un tren en 2015. Después de American Sniper y Sully, Eastwood continúa su trilogía heroica detrás de la cámara haciendo algo distinto en Hollywood: utilizando a los héroes reales para protagonizar su propia historia.

Cine platicó con el legendario actor y director, acompañado de sus tres protagonistas para hablar de esta nueva producción.

Cine: ¿Cómo se da  cuenta que hacía falta contar esta historia con los héroes reales?
Clint Eastwood:
No lo sé… no sé si siquiera si me di cuenta. Es como cuando en Sunset Boulevard, Norma Desmond dijo, “nosotros como actores, tenemos rostros”, refiriéndose a su periodo en el cine mudo. Y yo pensé “claro, estos muchachos tienen grandes rostros”. Sólo me pregunté si podrían hacerlo, lo comenté con Spencer y él me preguntó “¿no deberíamos tomar clases de actuación antes?”, a lo que yo contesté, “ya veremos”. Algo así sucedió… no lo recuerdo. Mientras más crecía la idea en mi mente, vi a varios actores que seguramente hubieran hecho un gran trabajo, pero nunca se verán como ellos, nunca serán ellos. Quería que fuera algo orgánico.

Y para ustedes, ¿cómo fue este proceso de hacer de ustedes mismos?
Spencer Stone: Al principio fue muy confuso.
Anthony Sadler: Sí, nos sentimos confundidos. Nos dijeron que actuáramos algo y asumimos que era para que los actores lo vieran y cuando nos aclararon que se referían a que nosotros protagonizáramos la película, nos volteamos a ver como pensando “¿a qué se refieren?”.
Stone: Tuvimos que aclarar si lo que querían era realmente nuestras actuaciones.

¿Y eso los hizo sentir más responsables por no ser actores?
Sadler: Al principio no, sólo estábamos muy emocionados.
Stoner: Y luego entró el señor al cuarto [Clint Eastwood] y nos comenzamos a preguntar en qué nos habíamos metido.
Sadler: Fue muy intimidante pero fue una de esas cuestiones donde uno no podría decir que no.

En el libro, al hablar de su vida infantil, una de las referencias fílmicas que usan es Letters from Iwo Jima, ¿qué se siente tener su propia película dirigida por el Sr. Eastwood?
Sadler: Fue el destino. Hasta las películas que veíamos de niños nos llevaron a este punto.
Alek Skarlatos: La mejor forma de definirlo es como cerrar un círculo. Lo he dicho antes: nosotros crecimos viendo películas de Arnold Schwarzenegger y Clint Eastwood y cuando nos preguntó si queríamos hacer esto, claro que estábamos emocionados. Yo recién había visto Sully y eso me reafirmó que podría ser algo increíble.

¿Qué tan especial es ser parte de la historia de tres personas que parecen haber estado destinadas a algo grande?
Eastwood: Me di cuenta que soy un hombre viejo y no podía hacer algo que lo arruinara [ríe]. Estoy muy interesado en los héroes estadounidenses. En el momento en que ellos tres decidieron unirse, todos quisieron unirse también. Hablamos con las otras personas involucradas y todos ayudaron. El posible asesino es el único que no participó, yo podría haberlo interpretado [ríe]. Así ellos me podrían haber roto la cara.

El hecho de tener a los héroes reales y no actores, le da un tinte de documental, aunque no lo es. Tampoco es realmente una dramatización, ¿cuál fue el acercamiento para hacer algo diferente a lo usual en esta cinta?
Eastwood: Estos muchachos hicieron un viaje muy largo, vivieron cosas distintas y dejaron que sucedieran. Así he sido siempre con mi carrera, he dejado que las cosas sucedan, no quiero arruinarlas por pensar; hay que dejar que todo suceda orgánicamente.

¿Cómo fue leer un guion basado en una situación de su propia vida?
Skarlatos: De hecho, ayudamos a escribirlo. Lo que más me gustó de este proyecto es que hay diálogos que son literalmente las palabras que dijimos, o es algo que definitivamente hubiéramos dicho. Así que para nosotros es algo completamente auténtico.
Sadler: Aunque hubiéramos confiado en la forma de escribir el guion, fue increíble poder participar y sentirnos incluidos. Fue un esfuerzo de equipo porque, de hecho, los tres recordamos ese día de forma ligeramente distinta, pero nos comprometimos a contarlo de la forma más precisa y justa.

Siendo el director, ¿cómo fue el proceso de tener actores que también fungieron como consultores?
Eastwood: Los incluí todo el tiempo. Siempre les estaba preguntando: “¿Dirías algo como esto?” o “¿Hubieras reaccionado de esta forma?”. El filme se fue escribiendo sobre la marcha. Si todos los actores supieran tanto de sus personajes como ellos… Fueron lo suficientemente inteligentes como para no quedar atrapados en algo pseudo-intelectual y al final ellos entregaron esa parte real que tanto buscaba. No es la primera vez que trabajo con talento que no es profesional. En Gran Torino también lo hice, así que en esta ocasión tal vez fue más fácil.
Sadler: Fue más fácil para nosotros, que estábamos muy preocupados por querer ser actores, pero nos ayudó mucho durante el todo el proceso.

¿Hay algo más que falta en una carrera como director, cuyos últimos proyectos incluyen dos historias reales y un musical?
Eastwood: Ya veremos. No estoy ansioso de hacer algo inmediatamente, pero estoy probando con varias cosas. No sé si me vayan a dejar. Dirigí tres películas casi seguidas y pensé: “Qué demonios, deja que suceda”. Un amigo mío, Jerry Fielding, era un compositor que se ponía frente a su orquesta y, cuando algo salía mal, decía: “Hemos llegado tan lejos, no lo arruinemos pensando”. Y hay algo en esa línea de pensamiento, algo que intenté transmitirle a estos muchachos: todo va a estar bien, no lo sobre-pensemos.

Y ahora que son parte de la industria cinematográfica, ¿planean quedarse?
Todos: Claro que sí.
Skarlatos: He estado tomando clases de actuación, él [señalando a Eastwood] me llamó “robot” en el set y lo tomé personal [ríe].

The 15:17 to Paris se estrena el 9 de febrero en México.