The Legend Of Zelda: Breath Of The Wild


El momento exacto en el que se vuelve claro que Breath of the Wild no es un típico juego de Zelda llega a las dos horas. Después de haber adquirido un Ala Delta (Hang glider), volarás desde la zona del tutorial del juego y pisarás las llanuras de Hyrule. Desde ahí, colinas y valles se extienden hasta el horizonte, los caballos descansan perezosamente en la hierba y tú con espada en mano, te quedas sin idea de qué hacer después. 

Los juegos de mundo abierto son apenas inusuales, pero la despreocupación con la que te invitan a crear tu propia historia es absolutamente desconcertante. Te han entrenado con la mecánica principal del juego, te dan una Sheikah Slate (el equivalente a un iPhone 7 en Hyrulian) y educadamente te piden que mates al villano del juego que te pusieron en el camino. La forma en que elijas ocupar las siguientes cien horas de juego dependen totalmente de ti. 

La falta de una narrativa rígida sería una preocupación si el mundo no fuera tan encantador. El maravilloso render al estilo Ghibli, Hyrule es el ambiente más impresionante que el juego ha creado: más rico que el de Skyrim, con una vida interior vibrante. Hay criaturas para matar y atrapar, ingredientes para recolectar, secretos para descubrir y santuarios antiguos para explorar. Estos santuarios son lo que más se acerca a las mazmorras tradicionales de otros juegos de Zelda, cada una de las cuales plantea un rompecabezas que debe superar con la ayuda de sus habilidades (bombas, imanes, stasis y hielo). La búsqueda y resolución de santuarios se vuelve adictivo, no sólo porque desbloquean puntos de viaje rápido, sino porque  son un medio para aumentar la resistencia (stamina) y corazones de vida. 

Cada encuentro es un experimento de matanza creativa 

El medidor de vida se convierte rápidamente en una preocupación pues el combate en Breath Of The Wild es implacable. 
Ya que ninguna zona en Hyrule está fuera de tu alcance, es totalmente posible (de hecho inevitable) que vayas a una zona sólo para ser aplastado por un troll enojado – es la única pista del juego para que elijas otra ruta. Morirás en Breath Of The Wild y morirás mucho. Es un paradigma con los que los veteranos de Dark Souls están muy familiarizados, pero puede ser un despertar muy violento para aquellos que están acostumbrados a los juegos cálidos y tiernos por los que la franquicia es conocida. 

El combate se complica aún más por la durabilidad del armamento, que se rompe después de un uso prolongado, obligándote a improvisar sobre la marcha. ¿Te metes en ese campamento de Bokoblins dormidos y robas sus armas primero?, ¿lanzas rocas?, ¿utilizas magnetismo para lanzarles grandes objetos metálicos? ¿O mejor haces algo demente como atar explosivos a un globo que haces flotar hacia ellos con una hoja de palma gigante? Cada encuentro es un experimento de matanza creativa, que alimenta la euforia de la libertad que permea todos los aspectos del juego. Si ves algo, lo más probable es que puedas subirlo, aplastarlo, deslizarlo, nadarlo, quemarlo o empujarlo. Incluso los peligros ambientales no son arbitrarios. Al entrar en un área muy fría que consume rápidamente tu salud puedes permanecer vivo por corriendo de fogata en fogata. Alternativamente, abandona tu espada y carga una antorcha encendida. ¿No? ¿Por qué no cocinar una buena comida con chiles calientes  para evitar el frío, o simplemente encontrar una camisa más caliente? Y así sucesivamente …

Otras misiones y tareas de bajo nivel abundan en cada pueblo que encuentres, por lo que los jugadores que necesitan más estructura pueden encontrarlo si lo desean. Del mismo modo, el objetivo general se simplifica al conquistar a los cuatro robots gigantes – o Divine Beasts—que se encuentran paseando por el mundo. Cada uno es parte del rompecabezas de cada mazmorra, parte de la pelea con el jefe y, una vez derrotado, será reclutado a tu causa. Por supuesto que cuándo y en qué orden e incluso si decides o no hacerlo no está determinado.

Puede estar llegando dos años después de lo prometido, pero Breath Of The Wild es una experiencia exquisita que valió la pena esperar. Tendrás dificultades para encontrar un juego tan libre, o como fuente de tanta diversión. Nintendo Switch ha conseguido el mejor juego de lanzamiento desde Mario 64, y aunque su encanto puede parecer infantil al lado de The Witcher III, su firme negativa a atar las manos de los jugadores asegura que ningún juego te tratará más como un adulto. Esta aventura absorbente y embriagadora no es sólo una mejora para los juegos de mundo abierto, sino un nuevo máximo para Zelda. Sí, una que incluso supera Ocarina Of Time.