Creador de Rambo se dice «avergonzado» de ‘Last Blood’

Hay franquicias de la cultura popular que se niegan a morir, incluso si debían haberse quedado bajo tierra hace años. La de Rambo parece ser una de ellas, pues su más nueva entrega, Last Blood, ha sido vapuleada por la crítica casi de forma unánime. Todo indica que ésta ha sido – finalmente – la conclusión de la saga, y la del creador de Rambo, David Morrell, sin duda está entre las voces que suspiran con alivio.

Morrell creó a Rambo en la novela First Blood de 1972, que luego fue adaptada al cine en 1982 y dio pie a la saga de orgiástica violencia protagonizada por Sylvester Stallone (también escribió las novelizaciones para las dos primeras secuelas fílmicas). Pues bien, el autor se lanzó a ver Rambo: Last Blood este fin de semana, y no tuvo más que malos comentarios sobre ella.

 

“Estoy de acuerdo con las críticas a Rambo: Last Blood”, escribió en Twitter. “La película es un desastre. Estoy avergonzado de que se asocie mi nombre con ella”.

Last Blood fue coescrita a cuatro manos por Matthew Cirulnick (Absentia) y el propio Stallone, y dirigida por Adrian Grunberg (Get the Gringo). Sin embargo, como creador de Rambo, el autor recibe el crédito de “basada en personajes creados por David Morrell”.

En comentarios posteriores para el sitio Newsweek, el escritor agregó: “Me sentí denigrado y deshumanizado al salir del cine. En lugar de conmover, a esta película le falta alma. Me sentí menos humano después de haberla visto, y hoy eso es un mensaje desafortunado”.

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La primera película de la saga, First Blood, es reconocida por su subtexto crítico de la Guerra de Vietnam. En dicho filme, Rambo regresa a casa de la guerra, y es tratado como un paria dentro de su propio país, que no tiene lugar para los veteranos que dieron todo para defenderlo. En las entregas subsecuentes, la franquicia gradualmente abandonó dicho trasfondo para enfocarse en la violencia.

Last Blood, claramente un nuevo esfuerzo de Stallone por bancarse en sus viejas glorias como héroe de acción, ha sido criticada por su violencia extrema y, sobre todo, a quiénes y de qué modo es dirigida. Como escribe Peter Bradshaw para The Guardian:

“Esta película, como una próstata inflamada, sólo puede provocar muecas con su geronto-ultraviolencia mal actuada, sus fantasías trumpianas de violadores mexicanos y una frontera estadounidense risiblemente insegura, y su grosero entusiasmo por sus ataques de venganza por violación ejecutados por un viejo de 73 años ‘que aún lo tiene’ en nombre de una dulce adolescente”.

Quizá sea lo último que veamos de Rambo. Quizá el gusto nos dure lo mismo que las ganas de Stallone de quedarse quieto.

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