Shoplifters, nosotros elegimos a nuestra familia

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Se estrena Shoplifters (2018) de Hirokazu Kore-eda, una película que ofrece una reflexión sobre un tema que no es ajeno a su trayectoria ¿qué es la familia?

Director: Hirokazu Kore-eda

Actúan: Lily Franky, Sakura Andô y Mayu Matsuoka

Duración: 121 minutos

★ ★ ★ ★ ☆

Sinopsis

Aunque Osamu Shibata (Lily Franky) trabaja en un edificio de Tokio y su compañera Nonbuyo (Sakura Ando) lo hace en una lavandería, deben recurrir a robar en tiendas para alimentar a su prole, sobre todo cuando rescatan otra boca que alimentar, Yuri (Miyu Sasaki), una niña de cinco años víctima de abuso.

El autor japonés Hirokazu Kore-eda ha pasado más de una década examinando la dinámica de la vida en familia, y merecidamente ganó la Palma de Oro en Cannes por esta saga escrita intrincadamente e interpretada impecablemente, la cual se centra en una unidad aún menos convencional que la mostrada en la genial Nobody Knows (2004).

Shoplifters - Hirokazu Kore-eda - nominación - Premios Oscar - Oscar 2019 — Manbiki kazoku (2018) Cortesía de AOI Promotion.

Como siempre, la influencia de Yasujiro Ozu y Mikio Naruse se sienten en el compasivo humanismo de Kore-eda, pero con su foco en el sacrificio y sufrimiento femenino, ésta también recuerda a los melodramas rompecorazones de Kenji Mozoguchi de los 30, donde mujeres marginadas hacían lo que fuera necesario para mantener a sus seres queridos.

Nada es lo que parece cuando Kore-eda establece su escena en una vivienda destartalada en una parte olvidada de Tokio.

De hecho, hay una sensación de cuento de hadas poco convencional de adultos en el que se juntan el obrero Osamu (Franky) y la lavandera Nobuyo (Ando), con la abuela Hatsue (Kirin Kiki) recogiendo la pensión de su esposo fallecido, la veinteañera Aki (Mayu Matsuoka) enamorándose de un alma perdida en el peep show donde se exhibe en una cabina tras un vidrio, el adolescente Shota (Kairi Jyo) siendo educado en la escuela de la vida, y la pequeña Yuri (Sasaki) recibiendo el cariño de su nueva familia después de haber sido golpeada por sus padres.

Pero mientras Kore-eda consigue en Shoplifters que la audiencia se encariñe con este extraño grupo, también comienza a dejar pistas inquietantes sobre el pasado de cada personaje.

Gracias a lo brillante del elenco (con Franky y Ando sobresaliendo en una secuencia en la que hacen el amor), sus palabras despreocupadas, pequeños gestos y expresiones delatadoras adquieren un poder emocional enorme, con la cámara de Ryuto Kondo insinuándose en cada rincón y grieta de los interiores atiborrados de Keiko Mitsumatsu.

Sin embargo, no hay nunca indicios de sentimentalismo barato mientras Kore-eda desafía las convenciones sociales y cuestiona las prioridades de quienes ejercen el poder separados de la realidad.

Veredicto

Los espíritus de los viejos maestros impregnan Shoplifters, un inquietante pero conmovedor drama, y Kore-eda permanece como el cronista de la vida familiar en un país que enfrenta una crisis de identidad.