Midsommar, la sorprendente segunda película de Ari Aster
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Luego de un sorprendente debut con Hereditary, Ari Aster presenta Midsommar y confirma su solidez como director de cine de terror.
Director: Ari Aster
Actúan: Florence Pugh, Jack Reynor, Vilhelm Blomgren
Duración: 147 minutos
★ ★ ★ ★ ★
Sinopsis
Cuando Dany (Pugh) recibe un correo electrónico de su atormentada hermana, inicia una muy mala época en su vida y decide unirse a su novio (Reynor) en un viaje a Suecia, donde espera acercarse más a él pero termina enredada.
Si te preocupaba que Ari Aster se volviera hollywoodense después de su Hereditary, que convoca a demonios y te pone los pelos de punta, estate tranquilo; aunque eso sí: teme, porque en lugar de Hollywood se fue a Hälsingland. En su segunda película, el guionista y director ha conjurado una pesadilla más loca y ambiciosa que se desarrolla en la parte remota y salvaje del norte de Suecia con ingredientes generalmente no encontrados en filmes de terror: cielo azul, sol brillante y personajes que se ven angelicales, adornados con flores y cantando felizmente.
Es justo lo opuesto a la temible y atiborrada casa de Hereditary, sin embargo Aster hace que la situación sea igual de perturbadora. Es una experiencia virtuosa que te sacude los huesos y hace dar vueltas a tu cabeza.
En principio, recuerda ligeramente a Hostel: después de un prólogo en el que una tragedia le cae a la familia de Dani (Florence Pugh), ella, su novio Christian (Jack Reynor) y sus amigos deciden irse de backpackers a Suecia. Dani y Christian parecen estar en lo último de su romance. Es un drama de relaciones interpretado con una intensidad operística, con brochazos asterianos, como una toma decididamente larga de Dani en el teléfono, dejando claro su estado mental, o un zoom lento a través de una ventana oscura que se siente como una caída al abismo.
Y llegamos a Suecia. Ahí la película no se apresura a presentarnos a Harga, la tribu peculiar y sonriente que vive en una pradera rodeada de bosques. Hay una pausa para un viaje de hongos mágicos y para que el amigo patán de Christian se burle de las mujeres nórdicas. Cuando llegan al poblado, nos sumergen de inmediato en rituales antiguos, actividades que no son explicadas y que pueden o no ser siniestras. Aster y su director de arte Henrik Svensson llenaron el poblado de estructuras con detalles enigmáticos, aunque hay claves de que algo no está bien. ¿Qué hay en el enorme edificio triangular amarillo? ¿Y por qué hay tantos penes dibujados en las paredes?
La mierda que pasa —y hay mucha mierda— seguramente inspirará un millón de memes. Poco después llega al clímax, el cual hace que el famoso final de The Wicker Man parezca documental del Festival Fyre. A pesar de que el foco del filme te aleja hacia las muchas distracciones obvias, resulta que sigue siendo un drama de relación de pareja, y tanto Pugh como Reynor son extraordinarios en un filme que lleva a sus personajes a direcciones extremas.
Midsommar pone a prueba no sólo a los actores sino a la audiencia: es un viaje que todo amante del cine debe hacer.
Veredicto
Midsommar es la película de horror a vencer en 2019; una experiencia visceral, única y verdaderamente jodida que tienes que ver en pantalla grande sí o sí. Aguas: tiene muchísima música folk.
Por Nick de Semlyen
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