Obra maestra Cine: ‘Güeros’
Por: Anaid Ramírez.
Los protagonistas de Güeros se refirieron a Epigmenio Cruz como el músico que “una vez hizo llorar a Bob Dylan” y el que “pudo salvar al rock nacional”. No fue más que un personaje secundario dentro de esta ficción pero fue el detonante para que Fede “Sombra” (Tenoch Huerta), Tomás (Sebastián Aguirre) y Santos (Leonardo Ortizgris) comenzaran un roadtrip que no perdonó ningún rincón de la Ciudad de México.
Los personajes de la ópera prima de Alonso Ruizpalacios fueron desde las barrancas de Santa Fe, hasta la periferia oriente, en Texcoco. La travesía le alcanzó al director para hablar de la violencia doméstica y hasta de una huelga en la Máxima Casa de Estudios —con referencias muy directas a la de 1999— desde un ángulo en apariencia pasivo pero muy provocativo. “Es la perspectiva de quienes se tomaron la huelga como una vacación”, aclaró el cineasta cuando presentó la película en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
Tomar el movimiento como telón de fondo y mostrar a sus protagonistas como unos “esquiroles”, provocó debates intensos entre cinéfilos y preguntas inquisitivas hacia el realizador. Incluso se rumora que uno de sus protagonistas, Tenoch Huerta, inicialmente se había negado a participar por el perfil de su rol. Al final aceptó el proyecto y defendió la cinta diciendo que era una historia acerca de los personajes y no del contexto —menos mal que dio el sí, Güeros fue un impulso para su carrera—.
Y tenía razón. El filme no se concentró en el movimiento estudiantil, más bien siguió a los tres chicos en un viaje por la capital del país para encontrar a Epigmenio Cruz. Aunque, en realidad, la odisea comenzó en Veracruz, donde la madre de Tomás sentenció al adolescente: “Te vas a ir con tu hermano un tiempo a la ciudad. Yo ya no puedo contigo”. La llegada del chico al defectuoso obligó a su carnal Fede y al roomie de éste, Santos, a salir de la pasividad que eligieron ante el paro: “Estamos en huelga de la huelga”, argumenta “Sombra” .
El silencio y la monotonía del trío comenzaron a desmoronarse al leer en el periódico que Cruz se encontraba hospitalizado, en estado grave, y un vecino les echó pleito por volarse su luz. El caos estaba por comenzar y Ruizpalacios lo advirtió por medio de una toma a toda velocidad que comenzó en el oscuro departamento y no paró hasta ubicarte en la luz de la calle. Algo estaba por cambiar.
Así inició el tour y el filme empezó a revelarse como una radiografía en blanco y negro de la capital. Visitando los lugares más opuestos, hizo que cualquiera se enamorara de ella. “Me parece que la ciudad está llena de dinamismo y, aunque nos queramos alejar de los lugares oscuros, siempre hay una manifestación de vida”, declaró en su momento Tenoch Huerta. Para el actor, la CDMX puede ser un sitio bellísimo y luminoso, y también un lugar donde te encuentras con lo más obscuro y triste, “pero la vida grita en cada momento, porque así somos los chilangos, la versión más acabada del mexicano y tal vez la más malhecha”.
Ese andar por cada punto cardinal del entonces Distrito Federal, no sólo le dejó al crew la satisfacción de ser el título ganador en 2014 a la Mejor ópera prima en la Berlinale, el Festival de Cine de la Havana, el de Morelia y el de Tribeca. O ganarse el Premio Horizontes y el del Jurado Joven en San Sebastián el mismo año. O el Ariel a Mejor película en 2015.
Asimismo, hubo lecciones citadinas: “En ese entonces yo vivía en Ecatepec. Tenía que salir de mi casa en la madrugada para poder estar a la hora del llamado. Entonces llegaba muy temprano al Centro y nos tocó ver cosas que nadie imaginaría que suceden”, confesó Huerta.
Güeros también fue un homenaje a la nouvelle vague que se entregó con un aspecto de ratio de 1.37:1 —casi cuadrado, pues—. Entre silencios de café y de chelas, conversaciones que parecían no tener ningún objetivo —“¿qué quieren decir con desayuno continental?”— y planos detalle, así como tomas en picada, el largometraje hizo recordar a cineastas como Jean-Luc Godard y François Truffaut.
A ese modelo francés se agregó un toque mexicano con canciones de Agustín Lara y de Juan Gabriel —“Hasta que te conocí” apareció para enmarcar un encuentro épico—, además de una sutil pero divertida referencia a Juventino Rosas. De acuerdo con el realizador, esta selección musical tuvo la finalidad de darle un toque romántico a momentos y situaciones que están lejos de ver la vie en rose; desde el más gris de los barrios de la ciudad, hasta tomarse un curado en la barra de una pulquería.
Y lo logró. Con el armado que construyó y el aire fraternal que se ve en pantalla—“Es una película que hicimos entre amigos, elegí a cada una de las personas con las que colaboramos y creo que el espíritu de amistad se ve reflejado en el resultado final”, dijo Ruizpalacios—, Güeros se convirtió en un clásico de la reciente década. Fue como darle un abrazo honesto a la ciudad. Como recorrerla con tu mejor camarada.
Güeros está disponible en DVD, Blu-Ray y On demand. Puedes ver el tráiler aquí abajo: