Orange is The New Black: La quinta temporada supera con creces a las dos anteriores














Las aventuras de Alex y Piper decayeron seriamente para esta tercera temporada. Justamente pensamos que la decadencia se basó en el desgaste de la historia de las dos protagonistas que ya no sabían cómo mantener juntas en la misma prisión, obviamente debido a un capricho de los guionistas.

Para esta quinta temporada la tensión aumenta, ya que ahora empoderaron a las presas, tras el injusto —y basado en la vida real—, asesinato de Poussey Washington, uno de los personajes más queridos de la audiencia; que demostró tres cosas muy claras para la continuidad de la historia: uno, los personajes secundarios cobran importancia por sí mismos y nadie puede detener el hecho de que tienen una vida propia; dos, una lección que Game of Thrones enseñó a toda serie: tienes que matar al personaje que más útil sea para disparar la trama —sin importar qué tan querido sea—. La tercera cosa que se aprecia mucho más en esta quinta temporada es que Piper y Alex ahora son básicamente espectadoras de la acción y, aunque participen, podríamos decir que no intervienen y eso le dio más juego a este giro de la historia.

La quinta temporada de OITNB retoma el momento en el que la muerte de Poussey fue la gota que derramó el vaso contra el tirano Piscatella y, aunque esperábamos una fuerte reacción a este brutal asesinato, lo que obtuvimos fue una revolución en la que las inmates obtienen por la fuerza el control de la prisión.

Esta situación sin duda inyecta sangre a la trama porque cada personaje secundario pelea por atención; y vemos como cada una de las facciones busca su momento de acomodarse de mejor forma a las circunstancias, y esto nos brinda horas de diversión sin fin: desde ver cómo quién tiene la única pistola tiene el poder, hasta ver cómo quién puede se adueña de la tiendita o de la farmacia, se visten como quieren, y disfrutan de esa efímera libertad ganada a la fuerza.

Cada personaje tiene su momento en esta versión tomada de Litchfield, y vemos un emotivo intento por superar la muerte de Poussey por parte de su exnovia.

VEREDICTO

Por supuesto que mejoró desde la cuarta temporada demostrando que también las series se caen y se levantan y a nosotros, ¿qué nos cuesta perdonar? Enorme acierto poner en tercer plano a las ahora sosas protagonistas; hasta parecen sindicalizadas que hay que tener ahí  aunque no aporten nada. Esta temporada supera las dos anteriores al menos; sin duda alguna.