Reseñamos el Nintendo Switch


Con el Wii, Nintendo tuvo un éxito rotundo. Al no tratar de competir con Xbox 360 o PS3 en su propio territorio, crearon un mercado dirigido totalmente a los jugadores casuales. La pequeña caja blanca con sus controles atados a las muñecas movió más de 100 millones de unidades y se convirtió en la consola más vendida de la generación anterior. La innovación, la visión y una comprensión cuidadosa de su audiencia dio frutos. Fue un truco que la compañía no pudo repetir con el Wii-U, una consola que carecía de audiencia clara, con una propuesta confusa en el mejor de los casos. El resultado fue una mala jugada, que no emocionó ni al jugador casual ni al hardcore y vendió menos de 14 millones de unidades durante sus cuatro años de vida.

Con el Switch, Nintendo parece haber aprendido de su error. Al igual que con el Wii, el Switch no desea comparar el poder de procesamiento contra Microsoft o Sony. A diferencia de la Wii-U, sin embargo, es una máquina con un rol definido: una consola de habitación que también puedes llevar y usar en el camino. 

La consola consiste en una base (dock) y un dispositivo similar a una tableta con pantalla táctil de 6.2’’. Colocas la tableta en la base —que permanece conectada a la televisión— y tienes una consola de juego estándar. Si la quitas, tienes una consola portátil. La pantalla, que se extiende casi hasta los bordes de la tableta, es nítida y la reproducción de color es vibrante con buenos ángulos de visión. La resolución de 1280 x 720 en lugar de 1920 x 1080 de full HD, puede escalar a 1080p cuando se conecta a la base. La facilidad con la que se puede deslizar fuera del muelle y sin problemas llevar a cabo su ZeldaSession cuando alguien más necesita la televisión, es algo que Sony PS4 / Vita Remote Play nunca lograron. Por otro lado, Nintendo incluyó una batería de hasta seis horas, pero es poco probable que alcance la mitad con un juego pesado, lo que es un poco decepcionante.

En tus manos, el Switch es un dispositivo de lujo para jugar. Con un procesador Tegra de Nvidia, el Switch es una mejora tanto del 3DS como del Vita de Sony y gracias a su magnífica pantalla, nunca se siente como un compromiso por encima del tethered gaming. La facilidad con la que se desliza fuera de la base cuando alguien más necesita la televisión, realmente cambia el juego de una manera que el Sony PS4/ Vita Remote Play nunca pudo. 

El Joy-Cons (disponible en gris oscuro o neón rojo y azul) es tan relevante como la portabilidad de la consola. Pueden ser utilizados de forma independiente para juegos multiplayer como Mario Kart, juntarlos para formar un controlador tradicional, colocados a ambos lados de la tableta en modo portátil o, lo que es más interesante, como iteración avanzada del Wiimote. Cada Joy-Con incluye tanto acelerómetro como giroscopio (el derecho también tiene un sensor IR) y, al igual que el control original de Wii, viene con correas de muñeca para evitar daños colaterales.

El aspecto más impresionante de la Joy-Cons es el HD rumble. Los motores minúsculos permiten haptic feedback que sorprende por su sutileza. Esto es mejor demostrado por algunos de los mini-juegos en 1-2 Switch, uno de los cuales logra convincentemente la ilusión de que sentir objetos rodando dentro de los Cons.

Que los Joy-Cons son una proeza excepcional de ingeniería es innegable, pero esto es algo que por desgracia se refleja en el precio, que representa la mayor amenaza del Switch: los accesorios están lejos de ser baratos. Seguramente vas a querer un juego extra de Joy-Cons para juegos multiplayer y eso te costará $1, 764.04 pesos. Mientras tanto, la memoria interna de la consola de 32 GB será devorada en un momento si planeas descargar juegos digitales, por lo que vas a considerar una tarjeta Micro-SD de tamaño decente también. Los Joy-Cons no se pueden cargar a menos que estén conectados al Switch en si, por lo que para jugar y cargar al mismo tiempo vas a necesitar un charging grip, disponible por otros $ 658.43 pesos ¿Quieres cargar el Switch fuera de casa? Tendrás que comprar un cable USB-C también. Y probablemente una funda  ($ 399.67 pesos).

Otra aconsejable—posiblemente esencial—compra es el Switch Pro Controller. Al igual que el Wii-U, este es un tradicional, gamepad estilo Xbox que hace exactamente lo que esperas. Para sesiones cortas de juego no es necesario, pero para las sesiones extendidas con el Joy-Con Grip puede volverse incomodo rápidamente. El Pro Controller es una gran mejora ergonómica para aquellos con manos más grandes y hace que toda la experiencia se sienta mucho más natural. Sin embargo, te costará otros $1,528.80 pesos. Con todos estos accesorios en consideración, el precio del Switch ($6,563.10 pesos) puede subir fácilmente.

Dejando a un lado las consideraciones del costo, el Switch logra hacer que los consumidores re-examinen la naturaleza de una consola de videojuegos y cómo encaja en sus vidas—su foco en el juego social, la versatilidad y la portabilidad. A diferencia de cualquier cosa que haya existido antes. Como una consola all- in-one que cambia el panorama del juego, la séptima consola de Nintendo sobresale. Pero tan ingenioso como es sin duda el Switch, queda la duda de si existe suficiente demanda para que tal dispositivo híbrido justifique su existencia.