Ridley Scott: cine casi bipolar


¿Eres de las personas que si ven el nombre de Ridley Scott en los créditos corren al cine? En la vida nadie es perfecto, así que esa decisión no siempre trae los mejores resultados; aunque cuando salen las cosas bien, entonces jamás las vas a olvidar.

Parece increíble creer que el mismo director que hizo un casi ridículo intento de empoderar a su personaje femenino, G.I. Jane (con una rapada Demi Moore) sea el mismo que logró una de las mejores películas de libertad femenina de todos los tiempos: Thelma y Louise.

Claro, aquí le pusieron Un final inesperado, efectivamente arruinando ese final. Esta misma manera de terminar la película que gloriosamente llevó a la cumbre a Geena Davies y a Susan Sarandon, haría que muchos se cuestionaran justo ese mensaje feminista. Pero para entonces Ellen Ripley (de Alien) ya estaba tan marcada en nuestras mentes que la pregunta estorbaba. Mujeres fuertes aunque en ocasiones fallidas para uno de los directores más intensos que aún trabajan hoy en día son la norma. Pero como su filmografía, Scott siempre se ha negado a ser definido por una sola cosa.

¿Cuántos directores conoces, aparte de George Lucas, que dejarían su obra maestra en manos de alguien más? Porque aunque sé que muchos gritarían que en este caso es Alien y sus derivados, sé que somos más los que consideramos a Blade Runner como una muestra superior de lo que es un visionario cinematográfico. Tan visionario, de hecho, que el inglés tuvo que pelear y pelear con el estudio cuando hizo la cinta en 1982 ya que ellos insistieron en un final menos lúgubre y más optimista. 

Cuentan quienes estuvieron cerca de esas batallas, que fueron épicas aunque el estudio ganó—por lo menos al principio. Recién iniciados los noventa, por fin salió la versión oficial del corte del director, donde muchos aseguran que cambiaron por completo de opinión sobre quienes eran los replicantes e incluso el sentido de la que muchos consideran una de las obras de ciencia ficción y futurismo más brillantes de todos los tiempos. Ahí fue cuando a Scott se le puso el mote “padre del corte del director”.

Claro, si se quieren asustar un poco, les recuerdo que ese futuro tan obscuro y confuso, donde Harrison Ford se la pasaba cazando seres no del todo humanos, se llevaba a cabo en el año 2019. Ups. Por eso, ahora con Blade Runner 2049 (dirigida por Dennis Villanueve y donde Scott es productor ejecutivo), los fans se volvieron locos. 

Pero bueno, tampoco podemos dejar de lado Alien, que tiene la virtud de convencer a los que huyen sistemáticamente del género del horror. No sólo por su brillante manejo de la ciencia ficción y sus grandes actuaciones, sino porque el suspenso es tan bueno que por más que sufrimos en tu butaca, sabíamos que estábamos viendo algo que iba a dejar pensando. Para muchos, las siguientes, y seguramente las próximas continuaciones, mantuvieron viva la sensación de claustrofobia. 

Y es que usualmente, en entrevistas, el cineasta suele aclarar que a la gente no le importan tanto las batallas, sino la naturaleza humana que nos lleva a ellas. Y sin la menor duda, tomando en cuenta la diferencia en la naturaleza de sus cintas, ese es el caso que hizo tan exitosas también a Gladiador (Russel Crowe) y American Gangster (Denzel Washington). ¿Ven? Un poco de todo.

Superbowl 1984

Aunque los orígenes creativos de Ridley Scott no venían de la publicidad (él empezó su carrera en la BBC), ese año no había nadie más en la mente de Steve Jobs y su equipo para presentar la computadora Macintosh. Evidentemente haciendo referencia a George Orwell— el comercial que él acabó dirigiendo—, donde un grupo grande de personas grises oprimidas son, en cierta forma, liberadas por una hermosa atleta (Anya Mayor) con un martillo que devasta la pantalla que los aleccionaba.

Lo fascinante, más allá de que sí fue un producto que cambió el mundo, fue que la realización de Scott también cambió el Superbowl para siempre. El comercial no se volvió a mostrar en los medios (no estaba listo el producto) y a partir de ahí comenzó la locura por producir específicamente para ese gran momento.

Subidas y bajadas

En este momento, Ridley Scott tiene nueve películas (ya sea como director o productor) en diferentes etapas de producción. Su carrera no ha sido sencilla, sabe que se ha equivocado. Ha tenido perdidas terribles, como la muerte de sus dos hermanos, la de Tony el menor y su socio, por suicidio hace pocos años. Pero ha perseverado, haciendo cintas que el público y la critica ha amado como The Martian (Matt Damon) e incluso produciendo series de televisión extraordinarias como The Good Wife (Julianne Margulies) y su spinoff The Good Fight (Cristine Baranski) que tocan todo tipo de temas, particularmente legales y políticos. Ridley Scott no tiene para cuándo parar, pero lo que sí es seguro es que siempre regresará a sus orígenes. De ahí que volveremos a encontrar seres aterradores en el espacio y a adivinar quién es replicante y quién no en un futuro no muy lejano. 

Ah, por cierto. Para los que no hayan tenido suficiente con Narcos, Barry Seal, Savages y lo que se les ocurra, esperen pronto The Cartel con Leo DiCaprio. Sí, de la mano del hombre objeto de estas letras.

Las tres de Susana: 
Blade Runner
Thelma y Louise 
American Gangster