Top 5: Películas que parecen videojuegos… pero que no están inspiradas en videojuegos


Seguimos en una etapa donde las películas basadas en videojuegos aspiran a convertirse en los próximos dueños del verano cinematográfico. Lamentablemente siguen sin poder superar a sus contrapartes en consolas y están muy lejos de los fenómenos en la taquilla generados por los héroes y villanos de los cómics. Extrañamente, los mundos inspirados en videojuegos no han sido precisamente un fracaso en las salas de cine.

Sin tratarse algún videojuego en específico, pero desarrollando su historia en un mundo que claramente sigue las reglas de un Xbox o PlayStation, la audiencia ha visto desfilar algunas historias que podrían jugar están disponibles en su consola favorita.

 

1. Wreck-it-Ralph.

El primer avance de la película animada de Disney en 2012 se liberó en el marco del E3 de ese año, o sea en el evento de videojuegos más importante de la industria. La idea era bastante simple:

¿Qué hacen los personajes de tus videojuegos cuando dejas de jugar?

La respuesta estaba en la historia de Ralph, el villano de un título clásico de arcade que tras 30 años de servicio estaba cansado de ser el malo de su juego. Los primeros minutos en Wreck-It-Ralph son todo un sueño para el gamer más nostálgico, pues se puede ver a Ryu bebiendo una cerveza, Sonic dando consejos para no perder vidas o Pac-Man celebrando junto a Felix Jr.

Después de la primera media hora la historia sigue a los protagonistas por mundos inspirados en Doom y Mario Kart e incluso se alcanzan a ver guiños al Konami Code, pero nada que nos haga sentir como en el salón de arcade al inicio de la cinta.

 

2. Pixels.

Seguramente Adam Sandler no es la mejor referencia de un jugador o cinéfilo a la hora de buscar una buena adaptación de videojuego, pero en 2015 el comediante alcanzó a rescatar algunos puntos clave para muchos de los gamers más empedernidos de la actualidad. Pixels está inspirada en un corto que retrata una invasión alienígena en forma de personajes clásicos de los arcades ochenteros como Donkey Kong o Space Invaders y un inesperado final que convierte a la Tierra en un enorme pixel.

Para Pixels la idea es esencialmente la misma, con un poco más de trama al explicar que los alienígenas tomaron las grabaciones de un torneo de videojuegos como una amenaza y es por ello que la invasión tiene forma de Centipede o Dig Dug. Lo curioso son los guiños a un gamer de la vieja escuela al comparar los gráficos actuales con los pixeles de un Atari 2600, la violencia en cada cinemática, la poca dificultad o cómo se visualiza el jugador dentro del juego. Por más horrible ques ea el humor de Adam Sandler esos detalles pueden sacar una sonrisa sincera a cualquier gamer.

 

3. Jumanji: Welcome to the Jungle.

La continuación de uno de los clásicos más importantes en la historia de Canal 5 decidió adoptar la temática de los videojuegos en sustitución de los juegos de mesa. El tablero que conocimos en 1995 se convirtió en una especie de Atari con gráficos de PlayStation que al igual que la primera parte absorbió a un incauto joven que no sabía lo que le esperaba después de elegir a su personaje.

En esta ocasión el reto era terminar el videojuego. Más de 20 años después cuatro jugadores se unieron a la aventura de Jumanji. La misión era relativamente simple: encontrar una brillante gema de color verde. devolverla a lacima de la montaña más alta y gritar “Jumanji”. Al tener equipo completo cada uno de los jugadores tiene habilidades distintas, un límite de tres vidas y una serie de objetos predeterminados. Además de que en el camino se podían con NPC que solo respondían algunas dudas o vehículos que no podían utilizar por no estar programados para tal acción. ¿Te recuerda algo?

 

4. Scott Pilgrim vs. The World.

Afortunadamente en el mundo real no tenemos que pelear contra todos los ex de la chica con la que queremos salir el próximo fin de semana, pero sin duda suena como una buena trama para un videojuego… o un cómic.

La historia de siete partes de Bryan Lee O’Malley es un viaje a través de la cultura pop con una mezcla de fantasía gamer en cada una de sus acciones. Y en el cine Edgar Wright no se limitó en ningún punto para llevar esa increíble sensación a una nueva audiencia. En apariencia el mundo de Scott Pilgrim es normal, pero en pocos minutos nos damos cuenta que las personas no dejan monedas en el suelo al morir o que las guerras de banda no terminan conanimaciones de bestias increíbles en el escenario. Básicamente Scott Pilgrim vs. The World es como The Legend of Zelda para (más) millennials: una princesa secuestrada, un villano excéntrico, la versión oscura del protagonista y un montón de objetos esparcidos por el mundo que en algún momento podremos utilizar.

 

5. Ready Player One.

De alguna manera Ready Player One sí está inspirada en el videojuego que aparece en la obra prima de Ernest Cline. Sin embargo, ese mundo está hecho -literalmente- de todos los mundos de videojuegos, así como lugares inspirados en películas, cómics, libros y hasta canciones.

La peculiaridad de la más reciente película de Steven Spielberg es que el mundo de Oasis es únicamente el escenario, con todo lo que eso conlleva, pero no es lo más importante en la historia y hasta cierto es un problema que exista para los protagonistas. Oasis oculta todo lo malo que hayen el mundo real. Tal y como Wade Watts, el protagonista de la historia, lo menciona “la gente entra a Oasis por lo que puede hacer, pero se queda por lo que puede ser”.

En este mundo la realidad se vive en la ficción de los mundos coloridos y las zonas de guerra inspiradas por Halo. Mientras que la realidad nos deja ante la pobreza de un mundo al que no se le ha dedicado el mismo tiempo que al videojuego.

Los guiños de la película son increíbles y seguramente la tienes que ver más de una vez para encontrarlos todos… pero el mensaje seguramente te dará un flashback a todos los regaños que te han hecho por pasar horas “jugando al Nintendo”.