Top: las mejores adaptaciones de Tolkien en el cine

Es innegable que J.R.R. Tolkien ha dejado un legado inmenso para la ficción y la fantasía mundial. Su obra ha tocado muchísimos rincones de la cultura (pregúntenle a George R.R. Martin), y el cine no es la excepción. Todos recordamos las adaptaciones de su trabajo que Peter Jackson realizó para la pantalla grande.

El 3 de enero es el natalicio de Tolkien, y por ese motivo, aquí te presentamos un top de las películas inspiradas en su obra, de la peor a la mejor:

 

6. El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos (The Hobbit: The Battle of the Five Armies)

De las seis películas basadas en la Tierra Media que Jackson dirigió, es un consenso que, en general, la trilogía de El señor de los anillos es superior a la de El Hobbit. Y dentro de ésta, la conclusión suele considerarse como la más débil.

La batalla de los cinco ejércitos es donde se notan las consecuencias de esparcir muy poca mantequilla en demasiado pan. Originalmente concebida como una adaptación de dos películas, esta tercera fue anunciada meses antes de estrenarse la primera.

Sobra decir que se percibe un poco anticlimática, pues el antagonista principal, el dragón Smaug (voz de Benedict Cumberbatch) es aniquilado durante la primera secuencia de la película. El resto de la historia extiende la discordia por los tesoros de la Montaña Solitaria, hasta la climática batalla de ejércitos de CGI. Mueren personajes que no llegamos a conocer bien, y Legolas (Orlando Bloom) desafía la gravedad. Ah, y Bilbo (Martin Freeman) acaba desplazado al fondo de su propia película.

 

5. El Hobbit: Un viaje inesperado (The Hobbit: An Unexpected Journey)

El inicio de la segunda trilogía es, con toda seguridad, la más nostálgica para los fans de la primera. Regresamos a La Comarca, vemos un cameo de Ian Holm como el viejo Bilbo e incluso de Elijah Wood como Frodo. También presenciamos el evento que pone en marcha los eventos de El señor de los anillos: el encuentro de Bilbo con Gollum (Andy Serkis de vuelta en el papel que lo convirtió en leyenda).

Sin embargo, el fan service parece ser lo más emocionante en viaje que se prolonga demasiado. Es fácil olvidar que vamos en camino a la Montaña Solitaria.

 

4. El Hobbit: La desolación de Smaug (The Hobbit: The Desolation of Smaug)

“El sándwich” de la trilogía puede ser un poco entorpecida por los rencores entre enanos y elfos, la política de Ciudad del Lago, o por Tauriel (Evangeline Lily), el personaje original que nadie pidió.

Por otro lado, sin duda es la entrega más espectacular de las tres, desde lejos. Basta la trepidante secuencia de la persecución en el río, los combates en Ciudad del Lago, o bien, la infiltración de Bilbo en la Montaña Solitaria. Smaug brilla en todo su esplendor, demostrando ser uno de los villanos más intimidantes de la saga.

 

3. El señor de los anillos: Las dos torres (The Lord of the Rings: The Two Towers)

El capítulo medio de la trilogía original sufre precisamente de eso: ser el puente entre el conmovedor inicio y un final todavía más espectacular.

Pero no es una mala película, por ningún motivo. Si acaso peca de ser un poco repetitiva en el la batalla del Abismo de Helm, lo cual no es un defecto con tal espectacularidad. También presenta el debut de Gollum en pleno, y sabemos cómo eso ha cambiado al cine para siempre.

 

2. El señor de los anillos: La Comunidad del anillo (The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring)

La que lo inició todo y, como tal, nos enamoró de La Comarca, de Rivendell y de los elfos, de la Comunidad misma y del magnífico mundo de Tolkien en general, realizado en pantalla grande por primera vez.

La Comunidad del anillo no tiene las batallas masivas que veríamos después, pero a las que hay no les falta dramatismo. La huida de Moria es, fácilmente, una de las secuencias más impresionantes de comienzos del siglo. Pero no todo en la película ha envejecido bien, así que no esperes mucho del troll la próxima vez que la veas.

 

1. El señor de los anillos: El retorno del rey (The Lord of the Rings: The Return of the King)

La joya de la corona se mantiene como uno de los mejores blockbusters de la historia, aún a quince años de su estreno. No hace falta mencionar la cantidad de galardones que ha recibido (once Premios Óscar, por ejemplo), basta presenciar la magia de la tecnología digital para hacer realidad las enormes batallas que Tolkien imaginó.

Quien la ha visto (¿quién no?) seguro recuerda la emoción de ver al ejército de Rohan arrasar con los orcos. O del poderoso discurso de Aragorn a las puertas de Mordor. O las icónicas palabras de Éowyn (“¡No soy ningún hombre!”). Pero ningún momento más emotivo que el adiós (se vale llorar).