Chucky, el muñeco diabólico que cumple 30 años
En 1988, Don Mancini creó un culto con el primer muñeco diabólico, Chucky, sin saber que iniciaría una franquicia que este año suma otro episodio. A propósito del lanzamiento de Cult of Chucky, hace un año Cine habló con él, y ahora que su terrible creación cumple 30 años (Child’s Play se estrenó el 8 de noviembre de 1988), decidimos recuperar la entrevista.
Por César Hernández
Pese a ser el autor intelectual, Don Mancini empezó a dirigir las películas de Child’s Play a partir de la quinta entrega, Seed of Chucky, de 2004, pero siempre mantuvo control sobre su creación.
Así es como este año realiza Cult of Chucky y Cine le cuestionó todo acerca de su hijo, uno del que no estaría orgulloso ni la mamá de Javidú.
¿De dónde surge la idea de un muñequito diabólico?
Bueno, mi papá trabajaba en marketing y publicidad y cuando fui estudiante de cine en la UCLA (Universidad de California, en Los Ángeles) en los 80, pensé que quería escribir algo acerca de cómo la mercadotecnia afectaba a los niños. En ese tiempo los Cabbage Patch eran una locura en Estados Unidos. Además los animatronics se habían vuelto muy sofisticados y así fue como escribí el primer guion para hacer Child’s Play.
¿Qué hay con los niños y las películas de terror?
Pienso que la niñez es nuestro tiempo inocente. Es muy interesante el contraste entre los colores de la infancia inocente y el terror puestos al mismo tiempo; es una mezcla atractiva. Hay además algo terrible y abominable en la idea del horror como intruso en el mundo infantil.
¿Te ha pasado algo sobrenatural?
No (y ríe). La gente se desilusiona cuando lo escucha pero no, nunca nada sobrenatural me ha sucedido. De hecho, no creo en fantasmas, no creo en lo sobrenatural, pero sí en su poder metafórico. Así es como estoy en el género, no creo en fantasmas o demonios, no por experiencia propia, pero veo su valor como metáfora traumática.
¿Y Chucky es una metafóra de qué? ¿Algo que ver con el espíritu humano?
Bueno, durante 30 años y siete películas la metáfora de Chucky ha cambiado. Creo que las películas de horror, para que sean efectivas, deben reflejar sus propios momentos y cambiar con los tiempos. Cuando empezamos, Chucky era una metáfora acerca del consumismo que regía en Norteamérica durante la década de los 80. La mamá de Andy le compra el muñeco porque el niño tiene una vida muy solitaria. Hay que modificar la metáfora para mantener la franquicia fresca y relevante.
¿Guardas una cabeza de Chucky en una bóveda, como pasa en la película?
Tengo mi propia versión de eso, tengo muchos Chuckies de las diferentes cintas que hemos hecho pero, en mi caso, tengo una excelente relación con Chucky, así que no necesito tenerlo guardado para torturarlo como sucede en la nueva película. Él hace lo que le digo, así que lo puedo tener a la vista.
Veo una evolución, no sólo en la narrativa. Cult of Chucky está llena de recursos; los movimientos de cámara, los ambientes, incluso la forma en la que Chucky mata a las personas, ¿qué nos puedes decir de eso?
¡Oh! Muchas gracias, agradezco que lo veas así. Amo hacer películas, dirigir. Creo que soy como cualquier otro cineasta de horror: yo visto mis influencias en mi trabajo, ¿sabes? Una de ellas es Brian de Palma, amo la escuela de horror que construyó y también la de Darío Argento, que tiende a ser hermosa, algo operática y creativamente encuentro muy interesante el contraste entre eventos espeluznantes que son ejecutados de una forma incongruentemente bella. Ese es uno de mis intereses en el género de horror, por eso estoy tratando de encontrar maneras de hacerlo así.
Chucky como concepto, el del muñeco viviente, nos conduce en sí mismo a eso porque lo atractivo es que es fundamentalmente surreal: un muñeco que luce como humano pero no del todo, es una distorsión. Y un muñeco que cobra vida nos hace sentir una repulsión primaria hacia él. Hay algo pesadillezco y surreal, y un poco hermoso también. Eso me atrae.
¿Qué otra franquicia de horror te hubiera gustado crear?
¡Dios! Déjame ver… ¡ah! La franquicia de Final Destination me parece muy inteligente, muy creativa. Creo que es realmente original. Me encanta lo abstracta que es. Es muy interesante que no tiene una personificación específica del mal; no hay un monstruo per se. ¿Sabes? El caos aleatorio del mundo quiere atraparte, eso habla de los verdaderos miedos de las personas. Eso sí me da miedo a estas alturas de la vida, que algo caótico venga y me agarre cuando menos lo espero.
Estaría de lujo conocer tu punto de vista: podrías hacer una peli de Final Destination en un Toys”R”us.
Ja, ja, ja. ¡Sería supercool! Ojalá me dejaran hacerla algún día.
Llámame ciego pero no encontré ningún rastro de CGI (imágenes generadas por computadora) en la peli, ¿qué pasa con eso?
No tenemos nada de CGI, excepto el que usamos para borrar barras, cables y marionetistas, eso ya es muy fácil de hacer en estos tiempos. Pero Chucky es una animatrónico por completo, absolutamente sin CGI.
¿Eso es una preferencia tuya?
Sí, creo que es muy importante. Antes que nada, para que los actores tengan una figura hacia la cual puedan actuar y responder en el set. También me gustan los efectos de la vieja escuela, me gusta que son como táctiles, que están ahí y que no son perfectos. Con Chucky la idea es que sus movimientos sean desiguales y extraños, no tan suaves.
¿Crees que en la actualidad el género de horror es más acerca de los efectos especiales que de las historias?
Pienso que hoy en día se está volviendo más sobre las historias. Honestamente, desde donde yo lo veo, estamos experimentando un renacimiento del horror. Es decir, tú ves una película como Get Out y ciertamente nada tiene que ver con los efectos especiales, es acerca de la historia por completo. Eso también aplica con cintas como It Follows, The Babadook y The Witch. Esas son las películas que yo hice mías los últimos años, son mis favoritas y manejan un horror basado en la historia y no en artilugios o efectos. Creo que eso está bueno.
¿Podría ser Annabelle la próxima esposa de Chucky?
(Ríe) No creo que a Tiffany le guste eso.
