Un jefe en pañales: Tanta hiperactividad puede ser riesgosa
Si Alec Baldwin actuando como un bebé petulante obsesionado con los negocios desatando un torbellino en la Casa Blanca se siente como la mejor idea dentro del mundo de Trump, quizá sea mejor recordar que las ruedas de la animación se mueven despacio. Basada en el libro infantil que Marla Frazee publicó en 2010, ‘Un jefe en pañales’ estuvo demasiado tiempo en proceso de producción como para empatar con la imitación de Baldwin en SNL. En cambio, el film ofrece un visual frenético e intermitentemente gracioso muy apegado al estilo de ‘Toy Story’: un personaje ensimismado y muy fanfarrón al final tiene que formar una improbable alianza para salvar el día.
Hay una metáfora bastante obvia en el corazón de la película que a los padres les será fácil reconocer: los bebés que entran al negocio de la familia se adueñan del tiempo y las rutinas del resto de los involucrados. En este caso, el hermano mayor de nuevo integrante, Tim, es desplazado por sus padres debido a que no entra dentro de las prioridades. Sin embargo, ‘Un jefe en pañales’ propone la idea de distanciarse en lugar de participar. Como se establece en los primeros diez minutos de la película, Tim es un niño con una imaginación impresionante—la cena se convierte en una aventura en la selva y bajar las escaleras es una expedición bajo el mar—y la llegada del bebé se siente como una simple y hostil adquisición corporativa.
En vez de inventar un mundo en donde el bebé se convierta en el manda más de la casa (al estilo que ‘Family Guy’ lo hace con Stewie), lo que estamos viendo es parte de la cabeza de Tim, así que la acción no tarda nada en llegar.
Lo sabemos, es difícil invertir cuando sabes que lo que vas a ver son 97 minutos de fantasía super volada.
Por la misma razón no ayuda que el mythos del bebé sea enrevesado y mecánico. Para explicarles un poco, el jefe en pañales está en una misión de Baby Corp, la fábrica de donde vienen los bebés, para desmantelar la empresa multimillonaria de Forever Puppy, una corporación que vende la idea de que es mejor enamorarse de un perro que dar amor incondicional a un bebé.
En cuanto Tim se da cuenta que el jefe en pañales se irá cuando la misión sea completada, la película se convierte en una aventura donde el dúo debe dejar sus diferencias a un lado para destruir a Forever Puppy. Básicamente es una historia que mezcla una expo de perros, con un villano que desea destruir el mundo, una fórmula mágica que evita que los bebés crezcan y evidentemente un mensaje que habla sobre la importancia de compartir y amar.
A veces, el visual tiene estilo, un par de chistes muy graciosos (en donde se incluye una broma relacionada con talco de bebé y pedos) y en una de las escenas cuenta con la gloriosa aparición del tema de S.W.A.T. Muy a la manera de DreamWorks, tambiéncuenta con referencias extrañas de ‘The Apartment’ a ‘Raiders’ y de ‘The Six Million Dollar Man’.
VEREDICTO
‘El jefe en pañales’ está repleta de energía pero nunca logra hacer efecto. Hay risas y emociones fuertes en la idea. Sin embargo, la película es demasiado hiperactiva como para encontrarla.