‘Wonder Woman’ o de cómo la mujer alfa llegó a la pantalla grande


En su primera aparición en las páginas de All Star Comics #8, La Mujer Maravilla parecía saltar fuera de la página con una bota por delante, los brazos presurosos y la falda con estrellas como torbellino a su alrededor. Se veía poderosa, hermosa y como nada que se hubiera visto antes. “POR FIN, EN UN MUNDO DESGARRADO POR LOS ODIOS Y LAS GUERRAS DE LOS HOMBRES”, decía el texto que la acompañaba, “APARECE UNA MUJER PARA QUIEN LOS PROBLEMAS Y DESTINOS DE LOS HOMBRES SON SÓLO UN JUEGO DE NIÑOS…”.

Era diciembre de 1941, Estados Unidos acababa de unirse a la Segunda Guerra Mundial y esta diosa había llegado para pelear por la verdad, la justicia y un mundo mejor. Fue una sensación instantánea, provocando un derrame de cartas de lectores entusiasmados y ganándose así un cómic propio. Pero a pesar de ese debut, en 75 años y cacho nunca había tenido una película propia. Los otros miembros de la Sagrada Trinidad de DC —Superman y Batman— han tenido seis y ocho filmes, respectivamente. Sin embargo, los créditos de La Mujer Maravilla en la pantalla grande son un papel de reparto en ‘Batman vs Superman: Dawn Of Justice’, un pequeño (aunque muy divertido) cameo en ‘The Lego Movie’, y uno que si pestañeas te lo pierdes en ‘The Lego Batman Movie’.

Pero este año definitivamente fue un parteaguas en su historia pues después del hit que fue en taquillas ‘Wonder Woman’, estelarizada por Gal Gadot y dirigida por Patty Jenkins, ya Warner trabaja en una secuela y el personaje sirvió de anzuelo para aumentar los fans que esperaban la llegada de Justice League. A continucación un recorrido en letras de la historia de este grandioso personaje. 

No es que hicieran falta ganas

Warner Bros. pasó dos décadas tratando de llevar La Mujer Maravilla a la pantalla grande, pero los esfuerzos se veían frustrados porque era un mal momento, debido a enfrentamientos creativos o a una mala suerte monumental. Fue necesario el relanzamiento y vigorizamiento del Universo Extendido de DC, que inició con ‘Man Of Steel’ (El hombre de acero) de Zack Snyder, para darle a la heroína —también conocida como Diana de Themyscira— la entrada que sus fans estaban esperando. “La gente ha estado tratando de realizar esto y creo que el éxito de películas de acción con una mujer protagónica, como ‘The Hunger Games’ (‘Los Juegos del Hambre’) han ayudado a que otros se den cuenta de que sí hay una audiencia”, dice la productora Deborah Snyder. “Su personaje y lo que representa son longevos. Ha superado la prueba del tiempo”.

Tal vez el retraso no debería sorprendernos. Tanto en la página como fuera de ella, las cosas nunca han sido fáciles para La Mujer
Maravilla. Después de ese inicio tan fuerte, fue relegada al rol de secretaria de sus hermanos superhéroes, mientras que sus cómics han sido atacados por críticos sexistas, e incluso han sido cancelados ocasionalmente. En su punto más bajo, el personaje fue rescatado de la oscuridad por la alianza aparentemente poco posible de una ícono del feminismo y una reina de belleza.

Aunque, quizás, la historia más improbable de todas es la de su creación

 La Mujer Maravilla fue concebida por William Moulton Marston, un “sicólogo consultor”, guionista y defensor de los derechos humanos quien creó uno de las primeras máquinas detectoras de mentiras, despertando en él un interés eterno sobre el engaño que amarró en el “Lazo de la Verdad” de La Mujer Maravilla. Él estudiaba en Harvard cuando la sufragista Emmeline Pankhurst dió una plática allí y le impresionó mucho lo que escuchó. Pero después de graduarse en el todavía nuevo campo de la sicología, Marston fue expuesto como un farsante que realizaba afirmaciones y experimentos dudosos basados en investigaciones que no podía comprobar. Mientras su reputación académica declinaba, se transformó en un científico de lo popular, analizando las respuestas de la audiencia para Universal y escenificando estratagemas de detección de mentiras para los anunciantes.

En casa, Marston llevaba una vida poco convencional. Estaba casado con Elizabeth Holloway Marston, una editora graduada de una universidad de Boston. La pareja vivía con Olive Byrne, una ex estudiante de Marston, y ambas mujeres tenían hijos suyos. Parte del feminismo idiosincrático de Marston era del tipo amor libre, y una adopción de ideas sobre la “sumisión por amor”, donde las mujeres podían controlar a los hombres y alcanzar la paz mundial. Por ello, no debe sorprenderte que el mismo Marston sea objeto de una biopic, ‘Professor Marston & The Wonder Women’ (‘El profesor Marston y las mujeres maravilla’), estelarizada por Luke Evans, que se estrenará este año.

Byrne fue la causante de que Marston se involucrara con los cómics. Como periodista independiente, entrevistó al supuestamente eminente sicólogo respecto a los cómics, y él lanzó una defensa robusta de éstos. La casa editorial DC, bajo el ataque de las fuerzas defensoras de los valores familiares, lo subió a bordo para darle respeto a su marca tan azotada. Pero Marston llevó su papel más lejos y propuso la idea de crear a una superheroína. 

“Es bueno ser fuerte”, les explicó. “Es genial ser generoso. Pero de acuerdo con las reglas exclusivamente masculinas, es afeminado ser dulce, cariñoso y seductor… Ni siquiera las chicas quieren ser
chicas si al arquetipo femenino le falta fuerza, influencia y poder… El remedio obvio es crear un personaje femenino con la fuerza de Superman y el atractivo de una mujer buena y hermosa”.

 La heroína resultante, La Mujer Maravilla, tomó la forma de Holloway y Byrne, pero también del mismo Marston. Byrne usaba el tipo de brazaletes anchos que sirvieron de modelo para los de Diana, mientras que Holloway había sido una estudiante más ávida de la mitología griega que su esposo. También se sugiere, en el libro ‘The Secret History Of Wonder Woman’ (‘La historia secreta de La Mujer Maravilla’), de Jill Lepore, que al trío le gustaban las relaciones sexuales que involucran ataduras (bondage), algo que llamaban “atando al amor” y que representaron con el lazo de La mujer maravilla por el hecho de que ella perdería todo su poder si quedara atada a un hombre.

Las primeras tiras mostraban a una figura que era fuerte, independiente, que se oponía a la guerra pero que estaba dispuesta a luchar por la democracia. La Mujer Maravilla luchó contra los acaparadores de leche y los maridos dominantes, y por los dependientes de tiendas departamentales en huelga. Su debut en 1941 fue un éxito y las ventas pronto superaron la barrera de Superman y Batman. Para su tercer número estaba imprimiendo 500 mil copias, y en 1944 tenía 10 millones de lectores. Una edición del verano de 1943 la vio siendo elegida como presidenta, aunque en el año 3004. En agosto de 1942, por demanda popular, se unió formalmente a La Sociedad de la Justicia, precursora de La Liga de la Justicia. Por desgracia, fue puesta a trabajar como secretaria por el escritor Gardner Fox, quien interpretaba al personaje como un pegoste inútil. Sin embargo, vendrían problemas mayores.

Marston se vio incapacitado por la polio en agosto de 1944 y aunque continuó trabajando, no pudo satisfacer la demanda. Murió de cáncer en mayo de 1947. Sin él, La Mujer Maravilla perdió su camino. La oferta de Holloway de tomar las riendas del cómic fue rechazada por DC, y Robert Kanigher fue contratado en su lugar, a pesar de que no le gustaba “la grotesca e inhumana Mujer Maravilla original”.

 A principios de los 50, el psiquiatra Fredric Werham comenzó una cruzada moral contra la violencia en los cómics, y docenas de ciudades y estados prohibieron la venta de éstos. Aunque Wertham era elogiablemente más duro contra el racismo casual en los cómics, se volvía casi histérico ante lo que le parecía una insinuación de lo pervertido, y consideraba a La Mujer Maravilla lesbiana, racista y viciosa. ”Hitler era un principiante en comparación a la industria de los cómics”, decía. En medio de una oleada de indignación, un Código de los Cómics (el Comics Code) fue puesto en efecto para asegurar la decencia en su trajes (adiós a los trajes sexys) y que no hubiera ni el menor indicio de indecencia (menos erotismo bondage).

Así que La Mujer Maravilla hizo lo mismo que millones de
mujeres verdaderas que trabajaron por la victoria durante la guerra y cedieron su lugar a los hombres. Los 50 la vieron reaparecer como columnista de consejos, niñera, modelo y estrella de cine. Para finales de los 60 había cedido sus poderes para permanecer en la Tierra cuando las demás amazonas se fueron a otra dimensión. Diana, ahora mortal, abrió una boutique.

La salvación llegó en 1972, cuando la revista Ms., bajo la editora ícono Glorian Steinem, la puso en su portada de lanzamiento encabezada junto con “La Mujer Maravilla para presidente”. Rápidamente se volvió la cara de una segunda oleada del movimiento feminista, y después del éxito de la aparición de The Bionic Woman (La mujer biónica) en The Six Million Dollar Man (El hombre nuclear), La Mujer Maravilla se ganó su propia serie en la pantalla chica. Había tenido dos salidas en falso —La terrible ‘Who’s Afraid Of Diana Prince? ‘(‘¿Quién le teme a Diana Prince?’), de 1967, y una película para televisión estelarizada por Cathy Lee Crosby como una espía rubia sin superpoderes aparentes— pero la tercera, en noviembre de 1975, dio en el blanco.

‘La Nueva y Original Mujer Maravilla’ (renombrada La Mujer Maravilla), y vuelta a renombrar ‘Las nuevas aventuras de la Mujer Maravilla’) fue estelarizada por la reina de belleza y cantante Lynda Carter y duró tres temporadas —una que se desarrollaba en los años 40 y dos en el presente para reducir costos. Carter le dio a Diana dulzura y una fuerza sobrenatural.

“Cuando empezó la serie”, dice Carter, “todo y todos alrededor [de Diana] eran muy falsos. Pero yo la hice real y muy directa, la hice tener sentido del humor sobre sí misma para que no se tomara tan en serio. Yo creía en ella y en lo que ella representaba”.

Ya fuera en las togas color pastel de Themyscira o en “el mundo de los hombres”, Carter se movía con la gracia de una bailarina. Su giro de marca transformaba su ropa de calle en su traje; repelía balas con un movimiento de muñecas. “Quería que fuera capaz e inteligente”, dice Carter. “No tenía una visión de rayos X o algo así. Pero no iba a dejarse de nadie”.

Repetida durante décadas, la serie de Carter fue el punto de entrada para muchas fans adultas de la actualidad. “Tengo recuerdos vívidos de estar en el recreo”, recuerda Patty Jenkins “y discutir con otra niña sobre quién sería La Mujer Maravilla”. Deborah Snyder dice: “El giro y las manos en la cintura es lo que más recuerdo. Me encantaba”. Pero las malas críticas sobre la nueva versión de la tercera temporada, donde La Mujer Maravilla se muda a Los Ángeles y tiene un nuevo elenco secundario— mataron la serie y La Mujer Maravilla regresó a las páginas. En 1993, se propuso una serie animada llamada ‘Wonder Woman And The Star Riders’ (‘La Mujer Maravilla y las jinetes estelares’) con “superheroínas centelleantes” llamadas Dolphin y Starlily, y un unicornio alado para que lo montara Diana, pero afortunadamente la versión estilo ‘Mi Pequeño Pony’ nunca fue producida.

Para muchos en Hollywood, una película de La Mujer Maravilla ha sido el Santo Grial. En abril de 1996, Entertainment Weekly reportó que el director de ‘Ghostbusters’ (‘Los cazafantasmas’), Ivan Reitman, estaba involucrado en una adaptación para la pantalla grande, después de sus esfuerzos a mediados de los 80 para realizar una película de Batman protagonizada por Bill Murray. Reitman permaneció atado durante tres años antes de dejar el proyecto, y es difícil no pensar en ‘My Super Ex-Girlfriend’ como una versión mutada de la supercomedia romántica que deseaba realizar, o una sátira de su gran desilusión.A principios de los 2000 hubo más tentativas. La guionista Laeta Kalogridis (‘Shutter Island’/’La isla siniestra’) realizó un aproximamiento épico y mitológico en el 2003, centrado en las amazonas, Themyscira y una lucha contra Ares, el dios de la guerra. Quizá esa idea era demasiado fantasiosa: también se quedó en el infierno de los proyectos.

Después, un Joss Whedon pre-Avengers fue subido a bordo para escribir una historia moderna.En la versión de Whedon, Diana deja Themyscira con su amigo humano Steve Trevor para llevar ayuda a los refugiados —sólo para terminar lidiando con narcotraficantes y algo peor en su hogar de Gateway City. “Trabajé muy duro en esa película y significaba mucho [para mí]”, dice Whedon, “pero no sé si lo que yo intentaba hacer encajaba con la visión [del estudio]. Mi idea fue algo que no le gustaba a nadie… Simplemente veíamos diferentes películas y considerando el precio de la producción de este tipo de film, esto nunca iba a funcionar”. Llegó  entonces el intento de George Miller de una cinta sobre La Liga de la Justicia, con Megan Gale lista para interpretar a La Mujer Maravilla. En el 2007 el proyecto tenía elenco, estaba consumado y casi listo para despegar cuando una fatal combinación de la huelga de escritores y un cambio en los créditos de impuestos de Australia lo mataron.

Los fans comenzaron a perder esperanzas de que la dama del lazo dorado alguna vez llegara a la pantalla de plata.Y aparece Patty Jenkins. El mismo año que se vino abajo ‘Justice League’ (‘La Liga de la Justicia’), Jenkins propuso la idea de dirigir una película de La Mujer Maravilla. Sugirió un aproximamiento moderno, similar en tono pero no en contexto al film de época que está realizando. “¡Hace 10 años!, se maravilla Jenkins.“Estaba tratando de realizar la historia fundamentalde origen en la era moderna. Temía hacer todo tan completamente como fuera posible desde el origen histórico”. Warner Bros. no mordió. “A la gente le daba miedo meterse con lo que se consideraba un mercado masculino con una protagonista femenina”.

Con la película detenida, David E. Kelley, de Ally McBeal, intentó otra adaptación en 2011 pero en el mundo televisivo —másamigable con las mujeres—. Adrianne Palicki protagonizaba como La Mujer Maravilla, también conocida como la directora tecnológica Diana Themyscira, también conocida como Diana Prince, una soltera tímida que pasa las noches con su gato viendo ‘The Notebook’. Las primeras fotografías se veían bien y tenía un elenco secundario sólido que incluía a Cary Elwes como subrazo derecho y a Liz Hurley como la villana. Pero cuando se filtró a Internet se volvió obvio que había un problema enorme: no se aproximaba ni remotamente al personaje.

La Mujer Maravilla aparece primero frunciendo el ceño, tortura a un sospechoso para obtener información, mata a secuaces a placer, y dice:“¡Nunca dije que mercadearan mis tetas!”. La respuesta fue salvaje —un crítico de TV.como describió las escenas “gloriosas en su mierdineptitud”— y el piloto nunca salió al aire oficialmente. “Sé que es famosa como serie de televisión,pero no creo que se preste para la televisión”, notó Whedon en el 2013. “Creo que ella sólo funciona en una escala épica”.Felizmente, la escala épica estaba por volver al menú.

El productor Charles Roven ha estado involucrado con DC desde que Christopher Nolan realizó ‘Batman Begins’ (‘Batman inicia’) en 2003, pero Nolan era “un universo muy cerrado” que no se prestaba a personajes de DC más tipo dioses. Con ‘Man Of Steel’ (‘El hombre de acero’) y Zack Snyder, sin embargo, las cosas se abrieron. “Comenzamos a trabajar en ello”, dice Roven, “y claro que Zack dijo: ‘¡Hagamos Batman v Superman!’. Y todos dijeron: ‘¿Qué?’. [Ahora] tienes esta expansión increíblemente emocionante. Y está evolucionando constantemente”.

La otra productora, Deborah Snyder, recuerda el momento en que su esposo primero tocó el tema de La Mujer Maravilla. “Zack estaba
trabajando en el guión [de ‘Batman v Superman’] y dijo: ‘¿Sabes qué? ¿No sería genial introducir a esta mujer misteriosa?’ Comenzamos a hablar de conectar los universos”.

En una búsqueda mundial se encontró a Gal Gadot. Había sido propuesta brevemente para un papel en ‘Man Of Steel’ como la mano derecha de Zod, Faora-Ul, pero estaba embarazada y el papel le fue dado a Antje Traue. Después de que se estrenó el film, Gadot fue llamada de nuevo para otra entrevista con Zac Snyder. Resultó ser una prueba de cámara. “Le dije: ‘grandioso, pero, ¿cuál es el personaje?’”, recuerda Gadot. “Mi agente dijo: ‘Oh, ¿tú no lo sabes? Porque yo tampoco’. Zack me llamó como dos días antes de que viajara de Tel Aviv a Los Ángeles. Nada galante me dijo: ‘Por cierto, ¿sabes para qué es esta prueba?’. No sé si la ubican en Israel, pero, ¿conoces a La Mujer Maravilla?’. Después, literalmente me desmayé, volví en mí, traté de poner mi voz más alivianada y dije: ‘Sí, la ubico’”.

Para Deborah Snyder, lo más crucial era que fuera interpretada por alguien que personificara la bondad de La Mujer Maravilla dentro y fuera de la pantalla. “Lo redujimos a cinco mujeres y luego decidimos hacer una prueba de química entre cada una y Ben [Affleck]”, dice. “Lo que resonó más que la prueba misma, porque hizo un gran trabajo e iluminó la pantalla, fue el hecho de que cada departamento quería que fuera ella porque la adoraron”.

No mencionaron una película con Gadot como protagonista hasta que el rodaje de BvsS casi llegaba a su fin: “creo que todavía estaban audicionándome mientras rodaba la película”, dice sonriendo, pero entonces las cosas comenzaron a moverse con rapidez. Michelle MacLaren fue contratada para dirigir, pero diferencias creativas con el estudio le abrieron el paso a Jenkins, quien finalmente consiguió su oportunidad. Al principio, se sentía aprehensiva porque ya hubieran elegido a su protagonista. “Me dije: ‘Uy, ya se fue esa oportunidad’, ¿sabes?”, dice Jenkins. “Pero ella es un milagro; suena como que estoy alabando a mi estrella pero no puedo decirlo lo suficiente. No sé si se me hubiera ocurrido buscar en todo el mundo, pero gracias a Dios que ellos lo hicieron y gracias a Dios que es ella”.

Así que las piezas finalmente han caído en su lugar. Tres cuartos de siglo después de su debut, La Mujer Maravilla ha completado su salto de la página de cómic a la pantalla grande. “¡Mejor tarde que nunca!”, dice Gadot. “Estoy agradecida de que haya tomado tanto tiempo, porque eso me dio la oportunidad de interpretarla”.

Alguna vez, el personaje representó las esperanzas de William Moultron Marston de un futuro donde las mujeres serían fuertes, independientes e iguales. Ahora Jenkins, Snyder y Gadot han tomado la misma causa. Si todo sale de acuerdo con el plan este verano, las audiencias sentirán la misma maravilla que esos fans de 1941.