12 documentales para celebrar 12 años de Ambulante


De los más de 100 títulos que este año presenta Ambulante Gira de Documentales, de donde seleccionamos aquellos que debes mantener en tu radar para cuando el festival llegue a tu ciudad. Además, ¿qué mejor excusa para festejar que Ambulante cumple 12 años que con una selección de sus mejores documentales?  

12. La pesadilla de Darwin

Dir. Hubert Sauper. Austria-Bélgica-Francia, 2004.
El lago Victoria, en Tanzania, está a punto de desaparecer a consecuencia de la introducción de la perca del Nilo a sus aguas. El cineasta Hubert Sauper denuncia las consecuencias de la destrucción de ese ecosistema –la presencia de ese pez ha provocado la extinción de más de 200 especies y la multiplicación de algas–, pero también da un vistazo a los efectos socioeconómicos que eso ha ocasionado. 

El aumento de la pobreza de la región y el tráfico de armas –los pilotos rusos las dejan a cambio de perca del Nilo– son algunos de los temas que toca Sauper para dimensionar los efectos sociales. El director construye esos escenarios a partir del acercamiento a prostitutas y los niños en situación de calle, por ejemplo.  
A excepción de la forzada relación que muestra entre la industria pesquera y las guerras civiles de la zona, el cineasta ofrece un relato fluido que invita a reflexionar y sencibilizar sobre el tema a partir de su discurso y las crudas –pero poéticas– imágenes que plasma.

11. Etiqueta no rigurosa

Dir. Cristina Herrera Bórquez. México, 2017.

En más de una ocasión, Víctor y Fernando alistaron trajes y anillos para contraer matrimonio en el ayuntamiento de Mexicali. No es que se divorciaran para casarse de nuevo, sino que el gobierno y la sociedad de su ciudad buscó cualquier pretexto para impedir su unión: que si las firmas de los testigos no coinciden, que si amenazas de bomba en el juzgado, que si están locos.

Desde periódicos locales hasta medios internacionales como The New York Times hablaron del caso de Víctor y Fernando, y ahora toca conocer una versión audiovisual de 91 minutos, creado por Cristina Herrera Bórquez. 
Ganadora del premio a Mejor documental en el Palm Springs International Film Festival, la película se acerca a la primera pareja gay del estado de Baja California que luchó por sus derechos como pareja. Lejos del morbo, el documental es más bien una pieza que exhibe cómo el caso de Fernando y Víctor  desencadenó una movilización y el despertar de la sociedad de Mexicali.

10. Los amos locos 

Dir. Jean Rouch. Francia, 1955.

¿Le dirías que no a uno de los primeros mockumentaries de la historia? Aquí la cámara de Jean Rouch sigue al movimiento Hauka para conocer sus ritos de posesión y profundizar en cómo esas sesiones se convirtieron en una especie de aliado para resistir el colonialismo de ese momento. 

Danzas coléricas, cantos y sacrificios fueron utilizados por los pobladores locales a fin de contrarrestar el choque cultural y religioso que provocó la invasión occidental. 

9.Batallas íntimas

Dir. Lucía Cajá. México, 2016.

Retratar y contener la violencia doméstica en un documental requería de tiempo. La cineasta Lucía Cajá optó por no precipitarse al relatar el caso de cinco mujeres de países, razas y niveles socioeconómicos distintos que padecen agresiones en su hogar, al contrario, dejó madurar las historias por cinco años para que la cinta fuera un relato de demanda pero también de sensibilización.

Presentado antes en el Festival Internacional de Cine de Morelia, este documental de Lucía Gajá (Mi vida entro, 2007) nos traslada a cinco países distintos –España, Estados Unidos, India, México y Finlandia– para dimensionar el tamaño de esa violencia pandémica y de la que también están propensos a sufrir los hombres. 

El viaje audiovisual abarca desde los momentos más violentos de las protagonistas hasta el punto de quiebre, cuando decidieron terminar con ese padecimiento. El periodo de recuperación de los cinco personajes es también momento para reflexionar sobre una solución preventiva a nivel mundial. 

8. WR: los misterios del organismo

Dir. Dusan Makavejev. Yugoslavia-Alemania del Este, 1971.
Ver esta cinta en la pantalla grande es todo un lujo. La combinación de crítica política, la exploración de la líbido y las perturbadoras escenas que distinguen al cine surrealista, ocasionaron que esta película, al momento de su lanzamiento, fuera censurada varios países.

El juego de ficción y cine documental que vemos en WR: los misterios del organismo funciona para presentarnos la historia de una joven yugoslava comunista que mantiene una aventura con un patinador ruso parecido a Stalin. Al alternar ese relato –apenas distinguible– con la teoría de Wilhem Rich sobre la energía orgánica, escandalizó a los socialistas “rojos”.

La propuesta visual, el sentido liberador que transmite y el humor que utiliza para criticar las posturas socialistas sobre la represión social y sexual, hacen de este filme aún vigente y disfrutable.

7. The Rolling Stones Olé, Olé, Olé!: un viaje a través de América Latina

Dir. Paul Dugdale. Reino Unido, 2016. 

Desde la cálida Ciudad de México hasta una noche lluviosa en Sao Paulo, la banda inglesa liderada por Mick Jagger no defraudó a los miles de fans que presenciaron alguna de sus escalas en el tour de 2016. Este documental sigue a The Rolling Stones por esa gira que culminó con un momento histórico, un concierto masivo y gratuito en Cuba. 

Los fragmentos de las rolas que conformaron el setlist, como “Gimme Shelter” y “Jumpin’ Jack Flash”, son abstraídos de esos conciertos para trazar la columna vertical del documental, aunque no es lo únic veremos. Seguirlos por este viaje es tener un vistazo rápido a la cultura de los países que los recibieron. 
Si bien no hay nada revelador sobre la banda, tampoco hay algo por reprocharle a este modesto tributo de poco menos de dos horas.

6. La libertad del diablo

Dir. Everardo González. México, 2016. 

Si hay un “cliente frecuente” en Ambulante, ese es Everardo González: La canción del pulque (2003), que apareció en la primera edición del festival, y Los ladrones viejos (2007) son ejemplo de su constancia y, sobre todo, de la calidad de su trabajo. 

En La libertad del diablo, que recién ganó en la Berlinale el Premio Amnistía Internacional para documentales, González muestra la violencia en México a partir de testimonios de quienes se involucran en ella, tanto victimarios como víctimas –que aquí aparecen sin rostro–. El resultado es un documental psicológico que te hará reflexionar sobre la manera en la que la crueldad y la furia se apropian lentamente de nuestro imaginario. 

5. Soy curiosa 

Dir. Vilgot Sjöman. Suecia, 1967.

Esta cinta desdibuja la barrera de la realidad y la ficción. El punto de partida es la iniciativa del cineasta Vilgot Sjöman por hacer una cinta protagonizada por su novia Lena, estudiante de drama y 20 años menor que él, sobre una chica activista que sale a las calles de Estocolmo para entrevistar a diversas personas y así tener las respuestas a sus dudas sociales, esto mientras explora su propia sexualidad.

Dada su estructura, la cinta resulta en un metarrelato irreverente. Pero si Sjöman logra salir del lugar común es también por las imágenes que captura: escenas de sexo explícito que, lejos de la pornografía de ese entonces, buscan retratar la cotidianidad y naturalidad de cualquier pareja.

La relevancia de esta película le han valido tributos en el cine y la TV, incluso en Los Simpson, con el capítulo “I’m Furious (Yellow)”

4. La mirada del silencio

Dir. Joshua Oppenheimer. Dinamarca-Indonesia-Noruega-Finlandia-Reino Unido, 2014.

Joshua Oppenheimer vuelve a poner el dedo en la llaga del genocidio de Indonesia. Como una especie de continuación de El acto de matar (Joshua Oppenheimer y Christine Cynn, 2012), el nuevo documental del realizador muestra a Adi, un optometrista de 44 años que inicia una búsqueda para confrontar a los asesinos de su hermano, Ramli.

Esta cinta, al igual que Los amos locos y La pesadilla de Darwin, llega al festival como parte de la sección curada por el documentalista Werner Herzog, cuya versatilidad le permite hacer cintas tan memorables como La cueva de los sueños olvidados (2010) y hasta videoclips-documentales  (The Killers: Unstaged, 2012).

3. Varieté

Dir. Ewald Andre Dupont. Alemania, 1925.

Quizá sea el único título del festival que no es documental, pero es indispensable ponerlo en la lista de prioridades. 
Esta joya del expresionismo alemán gira en torno a Huller, un trapecista que abandona a su familia para irse detrás de una acróbata llamada Berta-Marie. Ambos reciben una gran oportunidad cuando un famoso trapecista les propone montar un espectáculo entre los tres, en Berlín. Todo parece fluir hasta que el protagonista descubre que le ponen el cuerno.

El relato no lineal que propone –conocemos la historia porque 10 años después de haber ocurrido, Huller la cuenta desde la cárcel–, los juegos de cámara que seguía el trazo de los artistas circenses y la imágenes sin tapujos, hicieron de esta película una pieza revolucionaria y a la vez escandalizadora para su tiempo, incluso se le recortaron escenas para lograr su estreno en varios países. 

Apenas en 2015 fue reconstruida casi en su totalidad y restaurada, esto gracias a que algunas tomas se agregaron de un duplicado que había en el Museo de Múnich y otro negativo del MoMA de Nueva York.

2. The Beatles: Eight Days a Week

Dir. Ron Howard. Estados Unidos-Reino Unido, 2016.

Pareciera que esta película no ofrece algo distinto narrativamente respecto a otros documentales musicales: se trata de la reconstrucción del tour de una banda armado a partir de entrevistas e imágenes de archivo. Sin embargo, ambos elementos están empapados de distinción y, hasta cierto grado, exclusividad. 

En la parte de las entrevistas, figuran declaraciones del propio Ringo Starr y Paul McCartney, y de personas cercanas a The Beatles –es el caso de Elvis Costello y el periodista Larry Kane, quien fue el único reportero que siguió a la banda en cada parada de su gira por Estados Unidos–; aunque también aparecen rostros de la cultura pop actual que atestiguaron en su infancia el efecto de la Beatlemania –cof, cof Whoopi Goldberg y Sigourney Weaver–. Pero lo que hace en realidad único a Eight Days a Week es que sus imágenes de archivo son resultado de una convocatoria lanzada en redes sociales –sí, esos fragmentos de conciertos que grabas con tu celular pueden servirle de mucho a futuros documentalistas–.

Los dos elementos se unen para integrarnos a ese icónico tour y mostrarnos dos paisajes: si miras por la ventanilla derecha, observarás cómo el entusiasmo con el que la agrupación inició la gira, se transformó en presión y hastío. La vista del lado izquierdo incluso gustará a quienes no sean fanáticos de la banda, se trata de una radiografía para entender la popularidad de The Beatles y cómo es que se convirtieron, por ejemplo, en la primera banda en la historia en dar un concierto en un estadio.
Se intenta así una reconstrucción casi total de ese paisaje llamado Beatlemania, que llega a su totalidad hacia el término de la cinta: está la mejor y –quizás– más larga escena postcréditos de la historia.

1. Nick Cave and the Bad Seeds: de nuevo, pero con sentimiento

Dir. Andrew Dominik. Reino Unido-Francia, 2016.

Uno de los riesgos de los documentales es que, en cualquier momento, puede llegar un factor y transformar la historia llevándola por un rumbo muy distinto al original, este filme es uno de esos casos.

El director Andrew Dominic tenía la intención de seguir a Nick Cave and The Bad Seeds en la grabación de un nuevo disco; sin embargo, la repentina y trágica muerte del hijo de Cave convirtió a la cinta en un retrato sobre el duelo que el artista vivió.

La delicada fotografía de Alwin H. Kuchler y Benoit Debie, y la atinada edición de Shane Reid, contribuyen al esfuerzo del realizador por convertir al público en testigo de una cruda pena, pero no con morbo; la finalidad es, más bien, mostrar cómo el dolor tiene la capacidad de transformarse en creatividad. 

A diferencia de 20,000 Days on Earth (Iain Forsyth y Hane Pollard, 2014), otro documental sobre Nick Cave, la película que esta vez veremos en Ambulante es un acercamiento más íntimo a la vida del artista y su búsqueda por ese abrazo confortante que es la aceptación.