‘Goodfellas’, de Martin Scorsese: Historia de una toma

Veintiún años después de que Goodfellas llegara rugiendo a nuestras vidas, Martin Scorsese reflexionó que siempre había considerado la película como “un tipo de ataque”. Hablando con el historiador de cine Richard Schickel, le dijo: “Quería seducir a todos y que se metieran en la película y el estilo. Y luego quería despedazarlos con ella. Supongo que quería realizar un gesto de rabia”.

No hay un momento en el filme que se sienta más como “un ataque” que la violenta muerte del pobre joven mafioso Spider (Michael Imperioli). Una que, como gran parte de la adaptación de Scorsese y Nicholas Pileggi de las memorias del ex asociado de la familia Lucchese, Henry Hill, estaba basada en un evento real.

Después de que la semana anterior le disparara en el pie Tommy DeVito (Joe Pesci) y ahora sufriendo una humillación verbal, Spider se quiebra y lentamente, casi tartamudeando, le dice a su atormentador: “¿Por qué no te vas a la mierda?”. Inicialmente, es un momento ligero, con los amigos de Tommy —incluyendo a Jimmy Conway (Robert De Niro) y Henry (Ray Liotta)— elogiando los cojones de Spider y dándole codazos en las costillas a Tommy por dejar que le gane este chico cojo. Son sólo un montón de adorables tipos listos divirtiéndose, ¿cierto? Después Tommy saca una Colt .45 y vacía el cartucho en el pecho de Spider.

“Lo que es muy interesante es que empieza como algo divertido”, dijo la productora ejecutiva Barbara De Fina sobre la película. “Somos tan malos como se puede; nos da la misma alegría ver al cartero entrar en el horno. Pero después súbitamente, cuando le disparan a Spider, todo da una vuelta. Todo cambia”.

Como el resto de Goodfellas, la escena fue ampliamente ensayada, con Scorsese motivando la improvisación —“Siempre dice: ‘No actúen como esta gente. Compórtense como ellos’”, dijo Pesci en 1990—. Como recordó Imperioli, el último “vete a la mierda” fue “el único diálogo en esa escena que estaba escrito”.

Interpretar el asesinato fue “lo más aterrador” para Pesci. “Me salí de mi cuerpo como por un minuto, ¿sabes? Tuve que ponerme en ese estado mental de matar a alguien de verdad. Les hice poner cargas completas en la pistola porque quería escuchar el eco. Quería sentir la pistola reculando como una .45 real. El silencio después del último tiro fue más ensordecedor que el arma”.

El “ataque” de Scorsese funcionó. Casi demasiado bien. “Las proyecciones de prueba fueron atemorizantes”, dice De Fina. “Cuando Spider es asesinado, la audiencia se enojaba. La película los llevaba a un lugar al que no estaban seguros que querían ir”. Recuerda a los productores escondiéndose en un boliche cercano, y a la multitud enojada. Como resultado, el estudio quiso bajarle a la violencia, pero afortunadamente Scorsese se mantuvo firme y todavía tenemos esta horrible pero ultimadamente necesaria escena. Es el punto de apoyo dramático de la película, su epicentro ético.

 

“No es la manera de vivir”, concluyó Scorsese. “No te dejes atrapar por estos chicos. Porque sólo va a terminar de una manera. Muerte”.

Por Dan Jolin

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