Obra maestra Cine presenta: ‘Gremlins 2: The New Batch’

¡Ah, Gremlins. Fue en 1984 que el mundo conoció a Gizmo, un pequeño y adorable Mogwai que por un motivo muy noble como un regalo de un padre a su hijo, terminó en el pueblo Kingston Falls, lugar en el que con su llegada se desataría un caos inimaginable.

Por: Edgar Huerta.

¿Quién diría que una criatura tan tierna podría causar tantos problemas? Ese pequeña comunidad en Nueva York –y el público- nunca olvidarían lo que los Gremlins son capaces de hacer. Seguirían recordándolo seis años después con una secuela.

Nuevamente regresamos a la tienda china de la que surgió Gizmo en la primera parte. Daniel Clamp (John Glover) quiere comprar el lugar para poder seguir expandiendo sus negocios, aunque el señor Wing se niega a venderlo. Aparentemente una excavadora sufre un accidente y termina por tirar parte del negocio, dejando libre a Gizmo, quien es encontrado por algunos científicos y llevado al Centro Clamp para su investigación.

El Centro Clamp es una parodia completa del corporativismo y la visión sobre el futuro.

¿Un edificio que contenga oficinas, centro de investigación científica, estudio de televisión y prácticamente una plaza comercial? Eso es lo que su dueño busca para el futuro del mundo.

Rememorando un poco, hay tres reglas que uno debe seguir para cuidar a un Mogwai correctamente:

  • No exponerlo a la luz brillante (de lo contrario muere).
  • No mojarlo (se reproduce al contacto con el agua).
  • Nunca alimentarlo después de la media noche (se transforma en Gremlin).

Los problemas surgen cuando los Gremlins comienza a aparecer y tienen a su alcance una enorme cantidad de investigaciones científicas que les permiten jugar con su genética y resultar en divertidas y peligrosas variantes. Nuevamente será tarea de Billy Peltzer (Zach Galligan) y –su ahora prometida- Kate Beringer (Phoebe Cates) detener la epidemia de Gremlins antes de que estos puedan salir del edificio y aterrorizar Nueva York y el mundo.

Gremlins 2 deja de lado el tono oscuro que tenía su primera entrega y se centra más en hacer una sátira muy al estilo de las caricaturas animadas. Desde el inicio de la película, un logo de Warner Bros, Bugs Bunny y el Pato Lucas acaparan la atención como si se tratase de un nuevo episodio de los Looney Tunes, aunque sólo es una introducción de la línea que seguirá la película.

El director Joe Dante (Gremlins, Small Soldiers) logra crear una película que deja retomar los recursos de los dibujos animados y traspasarlos a un live-action crítico y disparatado. Los Gremlins no solo tienen números musicales; algunos son intelectuales, otros cambian de sexo, e incluso, los hay eléctricos… Las referencias a películas como Rambo, el Fantasma de la Ópera, Batman y la primera entrega, son detalles que sin duda sacan más de una carcajada.

Hoy en día la película ha sido dejada un poco de lado como un clásico del viejo canal 5. Sin embargo, pese a su apariencia, mantiene una frescura casi intacta y esperemos que así siga por mucho tiempo.