Stan Lee: El hombre que salvó Marvel Comics y cambió Hollywood en el proceso

Vida y obra de Stan Lee, el rey de cameo, el creador del Universo Marvel cuya fórmula ha recaudado más dinero que ninguna otra saga en las taquillas de la cinematografía mundial. Nuestro colaborador revisa el periplo creativo del escritor recientemente fallecido.

Por Luis Daniel De León

Aun cuando pocos conozcan quien fue el hombre detrás del icono que se hacía llamar “Stan Lee”, generaciones de padres e hijos sintieron por igual su pérdida este pasado 12 de noviembre.

Para muchos, ver el rostro de este hombre de noventa y cinco años haciendo su respectivo cameo en la más reciente película de Marvel, generaba una familiaridad inquietante: como la de reencontrarse con un tío favorito.

Este estatus de fama fue quizás su más grande recompensa tras haber dedicado la mayor parte de su vida a la industria del entretenimiento y a los cómics de superhéroes.

Muy pocas personas asociarán su nombre con escándalos o anécdotas negativas, todo lo que nos queda de él es el recuerdo de un hombre afable y bonachón que moldeó la infancia de muchos.

El origen secreto de un escritor de cómics

Stanley Martin Lieber nació en Nueva York en 1922, hijo directo de la inmigración judía a los Estados Unidos y un producto de una generación post-primera guerra mundial y entrante a la gran depresión.

A menudo la familia de Stanley estuvo envuelta en problemas económicos y la única vía de escape en el mundo del entretenimiento en ese entonces eran los seriales radiofónicos y cinematográficos de personajes como Tarzan o Errol Flynn, los héroes de esa generación. Los comics no eran un medio dominante todavía.

Lieber consiguió un trabajo después de finalizar sus estudios como bachiller, siendo asistente en la editorial Timely Comics, gracias a una recomendación por parte del editor Martin Goodman, su primo político.

Ahí conocería y tendría contacto directo con Jack Kirby y Joe Simon, creadores del Capitán América.

Cuando Timely cambió su nombre a Marvel Comics, Stanley ya había comenzado a darse paso entre los escritores de la editorial, ya incluso haciendo historias cortas para los cómics del Capitán América y adoptando el apodo “Stan Lee”, queriendo preservar su nombre real para cuando llegara el momento de hacer “su primera novela”.

Stan Lee: La salvación del género de superhéroes

Después de la segunda guerra mundial, la industria de los cómics había cambiado radicalmente. Pocos eran los lectores interesados en hombres peleando con mallas, la mayoría se centraba en historias de romance, western o terror.

Las cosas incluso empeoraron con la campaña mediática del psicólogo Fredric Wertham con su libro La seducción del inocente, donde satanizaba figuras como Batman y Wonder Woman.

Al mismo tiempo, Stan Lee no estaba contento con su trabajo en Marvel pues sentía que no estaba alcanzando su potencial como escritor y estaba estancado en un mundo que no le pertenecía, a pesar de tener años de experiencia en el medio.

Su esposa, Joan Boocock Lee, le dio un consejo vital en la historia de los cómics; antes de renunciar a todo, que por lo menos se diera el gusto de hacer una historia tal y como le gustaría que fuera. Algo que tuviera todos los diálogos y drama que sus editores evitaban a toda costa.

Para ese entonces DC comics (la competencia directa hasta el día de hoy), había lanzado por primera vez a La Liga de la Justicia y la presión que existía sobre Stan Lee y Jack Kirby era la de crear a otro icónico equipo de superhéroes que superara sus ventas. He ahí el nacimiento de los Cuatro Fantásticos.

Siguiendo el consejo de Joan, en esta ocasión Lee le daría un giro a la historia para satisfacer su propios gustos personales; presentar a los cuatros fantásticos no solo como un equipo de superhéroes, eran también una familia y al mismo tiempo, un grupo de desadaptados que por azar terminaron obteniendo poderes extraordinarios que cambiarían su manera de interactuar con el mundo.

El éxito del método Marvel

Los Cuatro Fantásticos fueron un éxito en ventas y fijaron una tendencia para una subsecuente línea de superhéroes en la editorial. Stan Lee cambio el paradigma de los cómics al enfocarse en las carencias e inseguridades de sus personajes, verlos como algo más que solo seres dotados de poder sino también como personas que debían cargar con las mismas complejidades de un mortal.

Esta forma que Stan Lee tenia de adjuntarle a seres poderosos características humanas que tuvieran una relación con el contexto social de la sociedad norteamericana, fue lo que impulsó en gran parte el éxito y legado de sus personajes, además de que sentaría las bases por las que todavía se rige Marvel.

Los X-Men eran una metáfora de los prejuicios raciales y como los marginados debían sobreponerse para demostrar ser mejores que sus detractores, Hulk era un hombre que cargaba con la maldición de transformarse en un monstruo imparable motivado por la ira, Doctor Strange era un hombre que lo perdió todo por culpa de su propio ego y Spider-Man era otro marginado que en el fondo no era más que un adolescente asumiendo la responsabilidad del mundo sobre sus hombros.

Por estas razones podían diferenciarse de una manera abismal de la competencia, situando también sus historias en un solo lugar; New York, una ciudad real en donde todos estos héroes podían coexistir y tener sus aventuras en paralelo, a diferencia de tomar lugares ficticios y alejados geográficamente como Gotham, Metrópolis, Keystone o Star City.

Su último merito antes del final de una era

Stan Lee seria el editor en jefe de Marvel Comics y supervisaría casi todas las historias publicadas entre 1962 y 1971, sumando cada vez más personajes icónicos a su lista como Black Panther y casi todos los integrantes de los Vengadores.

Aun cuando estas historias puedan ser juzgadas de tener estándares narrativos muy bajos en comparación con obras modernas, no se puede negar que había un intento de superar siempre las expectativas. Desafiando en ocasiones a los propios organismos promotores de la censura en los cómics.

Poco a poco la industria de los cómics considero a la misma audiencia como personas cambiantes, tomando el enfoque de introducir conceptos adultos a un mundo que antes era considerado solo para niños. Spider-Man llegó a lidiar con protestas estudiantiles y ver como su mejor amigo, Harry Osborn, se veía envuelto en un drama de adicción a las drogas, una de las últimas historias que escribiría Stan Lee para Marvel

Todo lo que le siguió a esto, fue el abrir a un nuevo mundo de posibilidades ilimitadas dentro de la industria…

La llegada a Hollywood

Stan Lee se mantuvo de forma activa con Marvel, aunque dejaría sus funciones como editor y se mudaría a Hollywood en los ochenta en busca de otras oportunidades, el ya se había convertido en el rostro de la compañía y fue uno de los principales promotores entre estudios de cine y cadenas de televisión para adaptar sus personajes al medio audiovisual.

La semilla de crear una fiel adaptación de un universo compartido de superhéroes se mantuvo en muchas series animadas.

Lamentablemente, los derechos de muchos personajes quedaron desperdigados en un intento por salvar económicamente la compañía, impidiendo un crossover masivo en pantalla grande durante muchos años.

Cuando Marvel optó por arriesgarse a hacer películas de superhéroes menos populares, jugaron con la expectativa de que todos podían llegar coexistir en un solo universo cinematográfico.

Aun cuando no tenían los derechos para usar a iconos como Spider-Man, los Cuatro Fantásticos o los X-Men si se probó el éxito comercial de esta fórmula con The Avengers y quizás, cambió radicalmente a Hollywood en el proceso.

Los cameos de Stan Lee eran una forma de honrarlo y hacer más visible al hombre que sirvió de influencia para todo, siendo una clave de su éxito el contar historias enfocadas en hacer al héroe verse más humano y enfrentándose a sus demonios internos.

Cuenten las pocas veces en que Tony Stark usa el traje de Iron Man en la primera película, pero pasa la mayor parte del tiempo trabajando por convertirse en una mejor persona. Esa es la esencia de Marvel.

Ninguna vida esta carente de momentos oscuros, pero el universo que nos brindó Stan Lee resultó lo suficiente brillante para opacar las cosas malas y contagiarnos a todos con su increíble positivismo y deseos de ser más creativos, por esa razón lo despedimos con un muy bien merecido… ¡Excélsior!