Macabro XVIII: ‘Alex Winter’ y los límites de la sanidad mental

La ópera prima de César Demian, Alex Winter, ofrece un relato onírico sobre la violencia y la fragilidad de la salud mental.

Por Jonathan Eslui

Como ya es una macabra tradición desde hace algunos años, recientemente la Ciudad de México fue tomada por una nueva edición del Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México Macabro. Su programación incluyó una triada de cintas mexicanas perturbadoras, entre las que sobresale Alex Winter, primer largometraje del novel director César Demian, acreedora a una Mención Honorífica en la Sección Oficial en Competencia de Mejor Largometraje Iberoamericano. La cinta también fue proyectada con éxito en el Festival Internacional de Cine de Monterrey.

César Demian y su equipo han quedado impresionados con la reacción del público, pues se han llenado todas las salas en las que se ha proyectado. Esa buena respuesta colectiva le ha dado cierta esperanza a los involucrados en el proyecto y también es una prueba de que hay gente viendo cosas nuevas, más allá de lo que suele ofrecer la cartelera comercial.

Alex Winter es un coming of age oscuro sobre homicidios y salud mental. El protagonista, Alex (Sebastián Aguirre), es un adolescente solitario afectado por el abandono de su padre. Vive en el campo junto a su madre (Úrsula Pruneda), una mujer conflictiva y autoritaria con la que el joven tiene una relación turbia y vulnerable, que por momentos parece cruzar la línea del incesto. Alex explora nuevas oportunidades que lo llevan a empeorar su condición mental y a perder el control de sus emociones, lo cual lo lleva por una violenta espiral de caos y muerte.

“Yo estaba muy metido en hacer un documental con jóvenes homicidas que habían cometido crímenes siendo menores de edad y que habían cumplido una condena por ello, se vino abajo el proyecto y apliqué lo que teníamos a la ficción”, comentó César Demian para Cine al finalizar la primera función de su ópera prima en Macabro. “También usamos el mundo onírico, las pesadillas y los sueños para reflejar la enorme distorsión de la realidad que tiene el protagonista. Él ve el mundo de una manera distinta a como lo ven quienes lo rodean”.

Esta película es la tesis de su director, quien primero les presentó el guión a los actores y al equipo de producción. Ese fue el parteaguas para atraer atención, sobre todo porque se trataba de abordar un tema que resultaba un tanto difícil, y para lograr filmar se tuvieron que asociar tres casas productoras de Monterrey. “Estoy agradecido con todos los que participaron conmigo en este proyecto, sobre todo por tratarse de mi primera película y de una producción independiente. Hay que saber cuándo ser tercos y hacer las cosas con pasión a pesar de las limitaciones que puedan surgir”, compartió el realizador.

Alex Winter obtuvo un premio de distribución, lo que le ha asegurado ya un estreno comercial en salas de cine en diciembre de este año.

Estamos ante un filme mexicano independiente al que vale la pena seguir de cerca por su propuesta visual interesante y por su historia, que resulta diferente a lo que la cinematografía nacional suele ofrecer.

 

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