Rápidos y Furiosos 8: El freno no es más que un rumor












Cuando una sombría figura chantajea a Dom Toretto (Vin Diesel) para que traicione a su equipo, le toca a Luke Hobbs (Johnson) detener a su viejo amigo y tal vez salvar al mundo en el proceso, con la ayuda de un peligroso enemigo (Statham)

El número ocho le podrá quedar bien al jugador de fútbol Steven Gerrard, pero no necesariamente a una película. ‘Fast & Furious 8’–un título mucho más aterrizado que la exageración de ‘The Fate of the Furious’– se propone romper con la maldición de películas cómo ‘Friday The 13th’ y ‘The Pink Panther’. Y lo logra en la manera que transforma la franquicia de una simples carreritas en un de los titanes de taquilla más grandes de los últimos tiempos: subiéndole a todo al doble. Esta ya no es la típica historia de un grupo de adorables roba coches; es un festival mundial que cambia de escenarios solo porque sí y que desafía la lógica. ‘Fast8’ es más de lo mismo, más o menos, pero haciendo énfasis en “más”.

Empieza bastante tranquila, con una escena que se siente fuera de lugar en la que el Personaje de Vin Diesel, Dom Toretto, y su esposa Letty (Rodríguez) están de vacaciones en Cuba, y se ven involucrados en una de las obligatorias carreras clandestinas de la franquicia. Pero para cuando acaba, esta tediosa secuencia nos regala algo nunca antes visto: una persecución de coches submarinos. Mientras tanto, el número de coches destruidos hace que el final de ‘The Blues Brothers’ se vea como el principio de ‘The Blues Brothers’. Estas secuencias de acción son manejadas con mucha comodidad por el nuevo director, Gray, aunque nada de eso se le compare con la locura de la persecución del camión en ‘Fast7’. Es durante las explicaciones donde Gray tiene problemas, cuando los personajes tienen que explicar algo mientras ven una pantalla que nos hacer recordar series tipo ‘NCIS’. Esto refuerza la noción de que algunos de los personajes secundarios no son tan interesantes. Demos gracias entonces a tres actores que parece se la están pasando bomba.

Primero está Kurt Russell, quien en su papel de Mr. Nobody aparece de la nada para explicar que cuernos está pasando. Toda la parte de acción se la deja tanto al novato Scott Eastwood, como a su ayudante, Pequeño Nobody. Pero cada vez que aparece en escena tiene un brillo en los ojos como el de alguien que está gozando del lindo el resurgimiento de su carrera.

El segundo, y no debería sorprender a nadie, es Dwayne Johnson. La presentación del superpolicía Luke Hobbs en ‘Fast Five’ fue esencial
en la evolución de la franquicia, en donde de simples persecuciones pasó a ser un monstruo de taquilla consciente de sí mismo, empapado en sudor y gloriosamente ridículo. Y aquí, con el personaje de Paul Walker ausente por trágicas y obvias razones , el peso –literal y figurativamente– de la acción en la película cae en él. Y lo hace soberbiamente, ya sea tacleando un torpedo con sus propias manos o intercambiando insultos con Jason Statham.

El Deckard Shaw de Shaw de Statham fue el villano en la película pasada, cazando a la pandilla de los coches uno por uno, sobresaliendo tanto que lo tuvieron que dejar con vida. En esta ocasión, y gracias a una excusa ridícula, está del lado de los ángeles y se vuelve el jugador más valioso de la película. Aquí no hay actos furtivos –ésta versión de Shaw es un hombre ejercito que suelta mordaces insultos alegremente y usa el carisma natural de Statham de una manera que Hollywood había ignorado hasta ahora. Sus escenas principales, aunque toman mucho de ‘Hard Boiled’ de John Woo, son una montaña de diversión. Ya denle su propio spin-off a este hombre.  

Russell, Johnson y Statham, obviamente, están  conscientes de la broma que es la película. Algo que parece no ser el caso de Vin Diesel. Y se nota, mientras todo el equipo de Dom se enfoca en lo “Rápido”, Diesel se quedó trabado con lo “Furioso” en su propia película melodramática y seria con Charlize Theron de villana sin hacer poco más que ver pantallas y ladrar las clásicas amenazas. Pero el cambio de velocidad es inevitable: justo cuando creías que esta historia estaría libre de diversión, Vin Diesel tiene unas escenas con Helen Mirren (acento bizarro incluido).

Ah, y si estás jugando el juego de tomarte  un shot cada vez que Vin diga “familia”, vas a salir más puesto que un calcetín. Así que todos salimos ganando.

Una película donde el freno no es más que un rumor. Si no toleras esta franquicia saldrás Furioso, pero si eres un fan vas a pasártela explosivamente bien.