Tardi, Besson y el fantástico cine francés


El reciente estreno de Valerian, de Luc Besson, parece abrir una ventana hacia nuevas posibilidades del cine industrial, para sus espectadores y realizadores.

Al proponer un acercamiento al blockbuster desde la perspectiva europea y desde la voz de autor, esto tal vez permita recordar que hay otras maneras de ver y hacer cine. Además, con este filme, Besson continúa construyendo patrones para demostrar que la bande desinée –cómic o historieta– es una fuente natural, confiable y respetable, como cualquier otra narrativa.

La historieta francesa no sólo ha brillado por su gran calidad y su diversa y original forma de abordar y producir historias, sino igualmente por inmiscuirse en el desarrollo y evolución de la cultura de su país y su gente; es decir, la calidad de este medio en Francia ha permitido que sus obras influyan a autores de diversos entornos y crezcan de igual manera como cualquier otro género o medio, desde décadas atrás.

En 1997, hace veinte años precisamente, Besson realizó la sobresaliente y exitosa El Quinto Elemento, que prácticamente era una carta de amor a la bande dessinée de ciencia ficción, y en la cual tuvo la ayuda de dos de sus creadores favoritos Jean Giraud “Moebius” y Jean-Claude Mézèries. Jean es el ilustrador de los albumes de historieta en los que basó su más reciente filme.

Besson, igualmente, en 2010 dirigió la maravillosa The Extraordinary Adventures of Adéle Blanc – que en México se editó en su momento en Blu-Ray con el título de Adele y el Misterio de las Dos Momias–, filme que igualmente surge de una historieta, en este caso de la saga de Adèle Blanc, creada por el genial Jacques Tardi.

Y es Tardi, quien curiosamente de nuevo comparte un momento en las salas de cine en México con Besson. Durante las últimas semanas, como parte del 37 Foro Inetrnacional de la Cineteca, hemos podido ver Abril y el Mundo Extraordinario, filme franco-belga dirigido por Cristian Desmares y Franck Ekinci.

Este filme de animación se inspira en la ficción de Tardi, y cuenta con el diseño de este mismo autor para los personajes y escenarios de una notable ucronía desarrollada en los años 40 en Francia, donde la realidad ha involucionada a la era del vapor, ante la desaparición de los científicos.

El filme, efectivamente, nos entrega una refrescante historia al permitirnos ver el mundo con otros ojos. Esperemos que cada vez haya más filmes alternos a nuestra realidad hollywoodense.