Top 8: películas antirrománticas para ver en San Valentín

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En el mundo hay dos tipos de personas: las primeras son las que celebran en pareja el Día de San Valentín, y aprovechan la fecha para celebrar su relación con una cena y “viendo películas”. Las segundas son solteras, y generalmente pasan el día evitando la melosidad del ambiente. Nada mejor para eso que un maratón de películas antirrománticas.

“¡El amor está sobrevalorado!”, pensarán, y quizá estén en lo correcto. Si eres de esas personas (o conoces a una), éstas son las películas que harán a cualquiera a huir del prospecto de una relación, sin pensarlo. Ojo, que hay algunos spoilers por si no las han visto.

1. Gone Girl

Nick (Ben Affleck) y Amy (Rosamund Pike) viven un matrimonio feliz en la superficie, pero insípido en el interior. Cuando Amy desaparece en su quinto aniversario de bodas, Nick se convierte en el principal sospechoso de su asesinato. Su vida es puesta de cabeza cuando (sorpresa), todo resulta ser un elaborado plan de su esposa para fingir su muerte.

En Gone Girl, dirigida por David Fincher con guión de Gillian Flynn (basado en su novela homónima), Amy es la encarnación de la proverbial “novia psicópata”, dispuesta a la más cruel venganza para castigar a su pareja. Tampoco es que Nick fuera inocente: su adulterio es lo que incita la furia de su mujer. Pero al menos él no es quien mata a un hombre en la cama.

2. The Voices

Imagina que estás en busca del amor. Conoces a una persona agradable, tierna, atenta, quizá un poquito intensa. Y lo siguiente que sabes es que estás corriendo por tu vida, mientras esa misma persona te persigue con un cuchillo. Sí, la vida está llena de riesgos, pero los asesinos en potencia son justo los que deben evitarse.

Dirigida por Marjane Satrapi (la misma de Persepolis), The Voices es la más violenta en esta lista de películas antirrománticas. La historia sigue a Jerry (Ryan Reynolds), un esquizofrénico que decide no tomar sus medicinas. Como consecuencia, cree que su gato le habla y lo incita a hacer cosas malas, contra los mejores consejos de su perro. No hace falta decir que la cosa no termina muy bien para su crush, Fiona (Gemma Arterton), ni para la chica que que tiene un crush con él, Lisa (Anna Kendrick).

3. The Lobster

El amor está lleno de expectativas, y muchas veces ajenas a nosotros mismos. De cierto modo, todo el mundo espera que tengamos pareja en algún momento, nos casemos y seamos felices para siempre (las princesas Disney deberían considerarse un peligro para la salud mental). ¿Qué pasaría si nuestra sociedad misma se construyera alrededor de esas expectativas?

De Yorgos Lanthimos (The Favourite), The Lobster se sitúa en un futuro distópico en el que todo el mundo, sin excepción, debe tener pareja romántica. Si no, son enviados a un misterioso hotel, donde tienen cuarenta y cinco días para volver a enamorarse para no terminar convertidos en animales. Es como esa tía que te pregunta por la pareja en cada reunión, pero con la presión de una cuenta regresiva y peores consecuencias.

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4. Blue Valentine

La vieja confiable de las películas antirrománticas, porque nada es más repelente para el amor que la autopsia de un matrimonio en ruinas. Y tiene a Ryan Gosling con calvicie, así que doble nivel de repelente.

El director Derek Cianfrance (The Place Beyond the Pines) salta hacia atrás y hacia adelante en la historia de Dean (Gosling) y Cindy (Michelle Williams). Blue Valentine retrata el inicio de la relación llena de esperanza – como en todas – hasta su amargo y triste final – como en muchas otras –. De todas las películas en la lista, quizá quieras ahorrarte ésta en caso de un rompimiento reciente.

5. Eternal Sunshine of the Spotless Mind

La otra vieja confiable de las películas antirrománticas, porque si hay algo más triste que el fracaso del amor, es una relación fallida condenada a repetirse. El “amiga, date cuenta” no funciona si la persona no es capaz de aprender.

Y en el mundo de Eternal Sunshine of the Spotless Mind, las personas pueden elegir olvidar en vez de aprender, porque al parecer lidiar con las propias emociones es para tontos. Cuando Joel (Jim Carrey) descubre que su ex, Clementine (Kate Winslet) se realizó un procedimiento para borrarlo a él de su memoria, decide hacer lo mismo. Obviamente se arrepiente cuando ya es demasiado tarde para detener el proceso.

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6. Eraserhead

Hay que ser claros sobre la ópera prima de David Lynch: existen demasiadas interpretaciones posibles para esta pesadilla febril urbana que desafía la lógica narrativa tradicional, y el propio cineasta se ha negado tajantemente a explicarla.

Sin embargo, algunos coinciden en que Eraserhead puede interpretarse como un descenso al infierno por vía de la hermosa ansiedad que viene con la paternidad no deseada. En un punto de la película, Henry Spencer (Jack Nance) es obligado a casarse con su novia, quien acaba de tener a su hijo… si es que a ese ser se le puede considerar un bebé. Es la clase de criatura que puede provocar un amor incondicional por los condones.

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7. Kill Bill

Nada dice “te amo” como una bala en el cerebro de una mujer embarazada por parte de su ex pareja… y en el día de su boda. Claro que en la película, Bill (David Carridine) olvidó cerciorarse de que Beatrix (Uma Thurman) en realidad muriera.

En realidad no existe método mejor para poner a una persona en la senda de la venganza insaciable, y así es justo como sucede en ambos volúmenes de la película de Quentin Tarantino. Nada más impulsa al personaje de Thurman a lo largo de casi 250 minutos de metraje, entre brutales entrenamientos y combates con espada contra ejércitos de matones. Todo el que diga “quiero matar a mi ex” se queda corto en comparación a Kill Bill.

8. Twilight

Ésta es, por mucho, la peor película de la lista. ¿Por qué está aquí, para empezar? Porque ha generado expectativas seriamente erradas entre legiones de adolescentes sobre lo que se puede considerar romántico dentro de los parámetros saludables. En una lista de películas antirrománticas, ésta peca de considerarse lo contrario.

Ya conocen la historia: Bella Swann (Kristen Stewart) se muda a un nuevo pueblo, y conoce a Edward Cullen, el vampiro de los brillitos. Él siente un deseo incontrolable por ella, a pesar de que los separa una diferencia de unos ochenta años de edad entre los dos. ¿Y quién le dijo que meterse a la casa de alguien para verlo dormir es una buena idea? Twilight puede ser horrible, pero justo por eso puede darte unas buenas risas.