A ti te quería encontrar, Eréndira Ibarra (Entrevista)

Eréndira es famosa por ser ella y nos equivocaríamos al pensar que lo es por su famoso padre Epigmenio Ibarra; en realidad su mamá fue quien la sumergió en el mundo del teatro y del cine y del arte en general.

Podría sonar típico que su mamá la hiciera actuar frente a la familia o las amigas, a lo mejor todas las mamás hacen eso, pero pocos ejecutantes conservan el talento para siempre. Mientras eso sucedía Epigmenio Ibarra era corresponsal de guerra y cuando empezó a producir, Eréndira tendría once añitos apenas, pero una beta de talento impresionante. A pesar de eso, Epigmenio no fue una influencia y si por él hubiera sido, no habría Eréndira para nosotros en el firmamento.

“Yo creo que por un lado me estaba tratando de proteger y por otro lado, como productor, le toca ver esa cara de las actrices que pues ¡somos una chinga! Y que es un medio cañón donde hay de todo y pues él estaba tratando de protegerme. Me acuerdo perfecto; tomó muchas lágrimas y una conversación muy larga de México a Miami entre mi papá y Ana Celia para que Ana Celia lograra que él me permitiera estudiar actuación.

A partir de ahí soltaron un monstruo. Obviamente me dijeron que no podía trabajar hasta qué yo entregara el diploma porque era importante, sobre todo por el apellido, para que la gente no pensara ‘claro, porque es Ibarra entró luego luego’. Siendo que estudié una carrera de 4 años con maestros que no me conocían, con gente que me fue descubriendo poco a poco. Como mi maestro de primer año de la carrera el último semestre me dijo ‘Eres la hija de Epigmenio Ibarra’ y le pregunté ‘¿Cómo te diste cuenta?’, ‘Pues cuando hicimos el ejercicio de que estás enterrada abajo de los escombros en un terremoto y tenías que gritar, tu papá llego a abrir la puerta del salón.’ Y yo así de ‘¿En serio? Nunca me enteré’ Fue por lo gritos, imagínate.

 

Fue un reto pero lo logramos y agradezco todos los días esa plática que tuvo Ana Celia con mi papá. Agradezco haber tenido maestros extraordinarios como Carlos Corona, como Mauricio García Lozano, como Enrique Singer que, me salvaron la vida. Me ayudaron a no seguir una vida por miedo que no me iba a hacer feliz y a llevar una vida que no sólo me hace feliz sino que me da las fuerzas para enfrentar a cualquier hater que se me acerque porque no le gusta el apellido Ibarra. Ahora me toca que a mi papá le digan ‘¿tú eres el papá de Eréndira?’ Eso para mí es fabuloso trece años de carrera después y yo ¡yes! ¡Lo logré!”

Fotografía: Cortesía Cosmopolitan.

Uno no necesariamente es lo que hace pero, ¿qué tanto define la palabra “actriz” a Eréndira?

Todo. Creo que ser actriz es tan parte de mí que no puedo pelearme en la calle, ni discutir con mi esposo, ni amamantar a mi hijo, sin pensar con mi cerebro de actriz: “esto cómo se siente y cuándo pone su mano aquí… y cuando grito así qué siento y por qué ”. Todo el tiempo estoy analizando, estoy haciendo tarea; dice mi esposo “es una chinga pelearme contigo porque de repente te tiras al piso a llorar” y le digo “si, es que estoy viendo qué siento, dame chance, no tiene que ver contigo sino con mi forma de trabajar”. Vivimos en este precipicio entre la locura y la vida sana emocional y yo estoy más tirada hacia mi locura interna, constantemente. Si me trajeran un cirujano y me dijera “te vamos a quitar lo actriz”, ya hay metástasis, ya no hay más, ya no existe nadie más.

 

¿Cambió algo al hacer más visible el acoso y la paga inequitativa en la industria?

Hasta que la dignidad se haga costumbre. Creo que estamos en pañales en el sentido de que antes de que las cosas pasen de la visibilidad a la acción, necesitamos educarnos. Creo que es una lucha muy necesaria en un país muy jodido para las mujeres, mucho más jodido en estadística que en cualquier otro país de los que han echado luz en esto. Que es algo que yo siempre hablé con mis compañeras: no estamos hablando de un Harvey Weinstein; estamos hablando de un mundo entero. Entonces de una narrativa apabullante que no nos deja ni respirar que tú ya piensas que “bueno, el asistente de dirección me agarra de la cintura para llevarme al set, pues es normal, aunque yo me sienta incómoda pero pues no voy a decir nada porque así es esto”.

Y así vivimos y creo que en gran parte cuando mi papá no quería que fuera actriz era porque él sabía a lo que yo me iba a enfrentar con este mundo de objetos, en el que se desarrollaban antes las actrices que éramos eso, objetos y nada más. Ahora, por ser hija de quién soy y cómo soy pues no permito que nadie me utilice. Creo que eso le daba mucho miedo y claro que me encontré con mis monstruos y tuve, por desgracia, a mucha gente de ese tipo en mi vida y a lo largo de mi carrera.

Siento que vemos sólo la punta del iceberg, hace falta un análisis muy fuerte de la situación, un análisis de la sociedad, de cómo somos, de por qué somos así, porque no es lo mismo en Estados Unidos que en México. Hace falta darnos cuenta de las cifras y entenderlas como algo necesario de exhibir; no sólo llegar y decir: “a mí me pagaron menos que a él y a mí me acosan” sino decir: “pérame, sí, yo he sufrido esto; pero en México, nueve mujeres son asesinadas al día por personas que aman y ocho de cada diez mujeres es violada o abusada sexualmente en este país”. Una vez que haces eso y cambias la conversación hacia la realidad del país entero, no sólo mi circunstancia personal, entonces vamos a lograr tener la conversación que realmente tenemos que tener y vamos a lograr tener la paga que nos merecemos.

¿Sabes? Hay cosas que ni siquiera piensas; yo como actriz no pienso en la lana. A mí si me gusta un proyecto yo lo hago y que de la lana se encargue mi manager. Porque a mí no me gusta guey. Yo hago esto porque lo amo, si me puede ir bien y puedo pagar mi renta o mi hipoteca o tal, chingón. Si hay un proyecto que amo, la historia está increíble y no hay varo, igual lo hago. Porque así soy, porque trato de no hablar de varo.

Como productora me doy cuenta más de este lado y digo “¡madres!” Si yo investigara un poquito más, ¿será que me pagan mucho menos que a mis compañeros? Claro que yo no tomaba esa iniciativa, ahora la tomo un poco más. Lo que sí es que soy muy meticulosa con mis contratos. O sea no hay contrato que se firme que yo no esté clara de pe a pa, porque no quiero encontrarme en una situación de “cediste tu nombre y todos tus derechos a mí hace diez años y no te diste cuenta”.

Para terminar de responder a tu pregunta creo que si vamos a lograr cambiar la narrativa, creo que el presente es femenino. Creo que la conversación ya está en la mesa y creo que el futuro va a a ser más seguro para los niños y las niñas si logramos exorcizar lo problemas que estamos viviendo como sociedad y cambiar la narrativa hacia una equitativa y justa para todos. Como una verdadera feminista que soy exijo igualdad, ni más ni menos. Es importante y lo vamos a lograr como logramos todo en nuestras vidas.

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Cada papel ha de haber dejado algo en ti pero, ¿qué tanto te marcó tu papel en Las Aparicio?

Creo que no hay día que no tenga yo a Mariana presente. No hay día que yo no abra mi twitter, mi facebook, mi lo que sea y no tenga una Marianita, una desadaptada diciendo “¡gracias!” O “¡Te amo!” A mí Mariana me trajo hasta este momento; sin Mariana no existo en este momento.

 

¿Crees que también haya aportado a la “mujeridad” en general?

Creo que históricamente es valiosisímo el personaje y valiosisímo el proyecto. Por algo sigue siendo uno de los proyectos más vistos de Netflix en Latinoamérica y en el mundo. Es una serie que cambio la narrativa, es una serie que cambió la conversación, it shifted the conversation. Es una serie que nos permitió como familia sanar: las conversaciones que existen entre Damián Alcázar y yo durante la serie son conversaciones que mi papá y yo nunca tuvimos. Las escribió mi hermana, las corrigió mi papá, las editamos juntos y las tuvimos Damián y yo a través de eso. Osea mi papá y yo las veíamos y yo le mandaba un mensaje: “Pá, yo te amo un chingo guey”.

Fue un personaje catárquico, fue un personaje al que le pusimos todo el corazón y creo que por eso tiene toda la trascendencia que tiene. Porque cuando a nosotros se nos dio el reto de hacer Las Aparicio, se nos pidió, se nos exigió que nos levantáramos el espejo y habláramos con verdad y si algo hicimos fue hablar con verdad en todos los sentidos, o sea es un proyecto que habló de la transfobia por primera vez, de los feminicidios, de la Guardería ABC, de la manipulación del gobierno, tuvimos la oportunidad de hacer hijuelas que estaban atadas a lo que estaba sucediendo en el día por primera vez en la historia de la televisión en México.

Es más, cuando empecé a plantear a Lu, la encontré más cercana a Mariana que a todos los demás personajes que había hecho. Porque es una chava que lleva sus sentimientos y su forma de ser aquí en la manga; si no le caes bien, te hace cara de que no le caes bien. No va a andar con pendejadas; pero cuando te ama, te ama con todo el corazón.

Bueno, y de Argos y Las Aparicio, ¿qué camino te lleva a Sense8?

(Canta) Los caminos de la vida, no son lo que yo pensaba, no son lo que yo creía… Yo llevaba mucho tiempo tirándole a trabajar en Estados Unidos porque yo soy chicana y mi lengua materna es el spanglish. No es el inglés ni el español sino el idioma mixto o pocho. Por ejemplo cuando lloro o le tengo que decir algo a mi mamá o tengo alguna tristeza, me sale en inglés porque mi mamá, mi hermana y yo hablamos en inglés.

Cuando llegué a México a los 16 años, los guiones que me gustaban y lo de teatro que estaba haciendo en ese momento, todo lo traducía. Hasta el inicio de mi carrera; Capadocia, la primera temporada, está mi texto y luego traducido al inglés. Todo lo tenía que traducir como para entender y dimensionar. Entonces había veces que hacía casting en inglés y abría la boca y se me salía un monstruo y tenía que aprender a contener todas las emociones. Y claro, lo que pasa es que mi cuerpo vibra con este idioma. Así como cuando estoy enchilada y se me salen las groserías chilangas.

Camila Seltzer, una amiga mía, mi mejor amiga de la carrera me dijo “oye, Meche Girón está haciendo un casting en inglés, tienes que hacerlo”. Le hablé a Meche y resultó que había estado buscando mi management pero no se había podido porque estaba yo trabajando sin parar. Hicimos el tiempo porque yo estaba trabajando en Toluca y de ahí me lancé a hacer el casting y me regresé a Toluca a grabar y pues pegó. Y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida; la semana pasada estaba hablando por Skype con Lana y siempre nos ponemos a platicar de cosas súper burras y terminamos llorando como si fuera peda “¡te amo!” “¡Gracias por ponerme atención!” “”¡Gracias por voltearme a ver!”

¿Cómo es trabajar con las Wachowski?

¡MAGIA PURA! Son increíbles.

¿Tú crees que fue incomprendida la serie? Porque todos queríamos seis temporadas al menos.

Creo que es muy cara. Yo estaba haciendo Ingobernable, la primera temporada y llegó el de finanzas de Netflix, un holandés gigante que yo en mi vida había visto y se sentó conmigo y me dice: “Daniela” (con acento raro); “es que soy súper fan de la serie” dice “pero es inhumanamente imposible hacerla”.

Yo creo que es una mezcla entre que es muy cara y no tiene el jale que ellos esperan a un nivel para todos. Yo creo que mucha gente cuando empezó la escena de sexo dijeron “¡wooo!” Pero en cuanto cayó el dildo al piso muchos apagaron su televisión, sobre todo los latinoamericanos porque somos unos persinados mochos de hueva.

Entonces siento que hay muchas cosas que bloquearon que la gente conociera y entendiera más profundamente la historia y su importancia. Aunque creo que va a durar para siempre como Las Aparicio. Históricamente creo que tienen un valor muy particular las dos series ¿no? Y hacen lo mismo una en un microcosmos y otra en un macrocosmos de 190 países. Donde vayamos en el mundo yo siempre me encuentro gente que, no es que estén agradecidos por el proyecto y quieran tomarse una foto, es que están inspirados hasta la médula por ser quienes son con esta mente y vivir con esa lealtad. Y eso es lo que hacía Las Aparicio en México y ahorita ya más en el mundo con todos los que han logrado verla.

Es bonito hacer este tipo de proyectos por eso también este proyecto en particular (A ti te quería encontrar) me gusta mucho porque la gente me dice “es que con tu activismo y tu forma de ser es una contradicción”. No, si tú ves más allá del género y escuchas la historia y ves a Lu, ¿qué hace Lu? Saca a este guey de la zona de confort y lo reta a ver más allá del teléfono, se reta ella misma a salir de su propia zona de confort yéndose a China. Busca ser honesta hasta la médula pero al mismo tiempo es feliz de ser mexicana, de ser quien es, she embaces it, o sea, todos los personajes tienen sus retos y todos tienen su magia y cada una tiene una esencia muy particular de las cosas que yo amo y que me hacen Eréndira.

Hay personajes que no, hay personajes malditos como Casilda (Infames) o como Ana Vargas West (Ingobernable), que son muy lejanos a mí pero luego hay como estos personajes que son como dulcesitos para el alma.

 

¿Y qué tal es la comedia romántica como vehículo para estas emociones?

¡Claro! El género que llena ahora las salas de cine es justo la comedia romántica. Es como antes que me decían “es que las telenovelas son chafísimas”. Mira las telenovelas entran a cientos de millones de casas y de corazones y de mentes. Si hacemos las cosas bien. Si las hacemos con amor y respeto al espectador, y si las hacemos con un mensaje, estamos utilizando un vehículo popular para llegar al corazón de muchas personas.

Y eso es lo que hace A ti te quería encontrar, no es cualquier otra comedia romántica. No está enalteciendo la cultura del cuerno ni esta forma de ser de Diego Cuenca. Está derrumbando esta forma de pensar, está exigiéndote que te salgas de tu zona de confort y está inspirándote a disfrutar mas tu entorno y esta hermosa ciudad que tenemos.