Belmonte, una película al nivel del corazón

Uruguay nos regala pocas películas pero que valen la pena, y la más reciente, Belmonte, lo comprueba.

Director: Federico Veiroj

Actúan: Gonzalo Delgado, Olivia Molinaro Eijo, Jeannette Sauksteliskis

Duración: 74 minutos

★ ★ ★ ★ ☆

 

Sinopsis

Belmonte, 43, es un hombre divorciado y perdido, salvo cuando se encuentra con su hija de diez años, Celeste. Aunque ella disfruta pasar tiempo con su padre, teme que sus visitas hagan perder el amor que su madre. Belmonte anhela la cercanía que solamente puede dar la familia, pero pretende disfrutar ser un solitario. Belmonte tiene encuentros con una figura misteriosa, un rostro que ha visto anteriormente. ¿Quién es y qué está tratando de decir?

Cuando se empezó a utilizar el término “cine de arte” muy a principio de los noventas, se vivieron tiempos magníficos para el cine, descubrimos a Kieslovski, a Kusturika, a Wenders, a Egoyan y a muchísimos más, entre ellos Eliseo Subiela, que en el 92 dirigió una pequeña y estupenda película que utilizaba poemas de Oliverio Girondo y de Mario Benedetti. Era una película llena de recursos visuales, ideas surrealistas y muchísima poesía que se llamó El lado oscuro del corazón.

Belmonte es una película que nos ubica en el mismo Montevideo de Subiela pero con una historia mucho más sencilla pero, por lo mismo, más al nivel del corazón.

Javier Belmonte es un pintor cuarentón, amargado pero muy talentoso. Obsesionado con los desnudos masculinos y que ya no busca nada y nada espera. El amor sólo lo vive a través de su pequeña hija Celeste pero de verdad que lo vive intensamente.

En realidad Belmonte está solo porque quiere y está amargado por lo mismo, no faltan las mujeres que lo buscan pero él prefiere vivir el duelo por su matrimonio arruinado a pesar de que su ex esposa ya está casada con alguien más y embarazada de nuevo. Eso lo conflictúa pero a fin de cuentas permanece presente en las vidas de su ex y de su hija y eso para él es suficiente.

La mención de El Lado oscuro del corazón ni es gratuita ni está solamente presente porque el sitio geográfico de la historia es el mismo, sino porque el lenguaje del denominado “cine de arte” está presente en toda la película. Desde la misma historia sin sobresaltos como el uso de una cámara que viaja por los objetos, los personajes y las acciones mostrándonos planos cerrados pero dinámicos por este recurso de recorrer el espacio con la lente hasta donde está la acción.

Veredicto

Una historia familiar con mucho corazón que no sólo a quienes vivimos los noventa nos va a resonar sino que es apreciable también por nuevas generaciones que buscan cine aterrizado y simple en una época de superhéroes y grandilocuencias.

Por César Hernández