Como novio de pueblo, las carcajadas nos dejaron plantados

Se estrena la película mexicana Como novio de pueblo, una comedia romántica en la que la buena comedia brilla por su ausencia.

Director: Joe Rendón

Actúan: José María de Tavira, Regina Blandón, Martín Altomaro, Ricardo Polanco

Duración: 116 minutos

★ ★ ☆ ☆ ☆

 

Sinopsis

Luego de que su novia lo dejara plantado en el altar, Diego (de Tavira) se tira a la depresión. Al ver a su primo en crisis, Julián (Altomaro) y Miguel (Polanco) deciden sacarlo de la mala racha y organizan un viaje a Puerto Vallarta, donde pasaron sus mejores momentos de la niñez y la adolescencia.

Tiene una producción tan pulcra como un smoking, un bromance que nos hace creer de nuevo en el amor (de primos) y una locación que bien podría ser el venue de ensueño para cualquier boda, y aunque la invitación luce así de atractiva, cuando terminan los créditos de Como novio de pueblo nos sentimos como su protagonista: plantados.

Sin tener estándares muy altos para igualar o superar, sino una simple comedia de fórmula, la adaptación mexicana de Primos (película española dirigida por Daniel Sánchez Arévalo) deja nuestra carcajada vestida y alborotada.

Claro que la premisa se presta para desatar una serie de situaciones chuscas y el vínculo filial de los protagonistas funciona para darle a Como novio de pueblo (un poquito de) universalidad, pero hay tan poca fluidez y chispa, que la cinta se torna tan larga como el vals con los padrinos.

Aunque de esto es en parte responsable la dirección de Joe Rendón, quien debuta como cineasta luego de realizar series como Dogma, no es el único que contribuye al tedio. Con la interpretación de Diego, el novio que llegó solito al altar, José María de Tavira nos queda a deber en carisma y autenticidad, difícilmente encontramos credibilidad en sus risas, llantos y desesperaciones. Se entiende que haya escenas que buscan un tono fársico y hasta caricaturesco, pero no funciona lo que de Tavira nos ofrece en pantalla.

No todo está perdido, así como le ocurre al protagonista, en la película salen al quite “los primos”. Si bien podemos considerarlo como el ajonjolí de todos los moles y su personaje no es muy distinto a lo que suele interpretar, Martín Altomaro muestra con mucha gracia a su Julián y se convierte en la sensación en la pista de baile; mientras que Ricardo Polanco pone los props con la hipocondría y las preocupaciones de su Miguel, que además se roba varios momentos de la fiesta gracias a la dupla que logra con el pequeño Emiliano Saiz y Madrid (Dani, en la historia).

Regina Blandón, como Martina, el amor de la adolescencia de Diego, se mantiene siempre al nivel que requiere cada escena; además de que sus diálogos son los más sólidos de la cinta —pese al par de líneas melosas que tiene— y se perciben de lo más necesarios para romper con los estereotipos de los personajes femeninos en este género.

Definitivamente no será la mejor boda a la que asistiremos, y podríamos considerar el fatídico comienzo del filme como una advertencia del caos; pero como en toda celebración no faltará la variedad: cumbias, canciones noventeras, discursos lacrimosos y tal ves encuentres un poquito más.

Veredicto

Sólo ve Como novio de pueblo si quieres seguirle la pista a los bromances mexicanos, eres fan de algún miembro del elenco o si pasaste buena noche. Habrá algunos momentos que te causen risa, pero no corres el riesgo de ahogarte con el refresco o las palomitas.

Por Anaid Ramírez

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