The Lion King (El Rey León), el regreso del monarca

The Lion King (El Rey León), el clásico animado que conquistó el corazón del público hace 25 años, llega en una nueva versión.

 

Director: Jon Favreau

Voces: Carlos Rivera, Fela Domínguez, Sergio Carranza, Luis Leonardo Suárez

Duración:  118 minutos

★ ★ ★ ☆ ☆

 

Sinopsis

Después del fallecimiento de su padre y al sentirse responsable por ello, el príncipe Simba (Rivera) huye de su reino para aprender de valentía y responsabilidades.

Tus oídos no tardarán en reconocer el poderoso canto en suajili —lengua que se habla en varias regiones de África— que anuncia el nacimiento del nuevo rey. A la par, verás cómo a la jirafa le “llega el brillo del sol” por primera vez y el imponente vuelo de Zazú te conduce, como hace 25 años, a la presentación de Simba ante el reino animal. De inmediato notarás que el inicio de esta cinta replica íntegra y realmente uno de los momentos más emotivos de la historia del cine.

Es así como The Lion King, desde sus primeros minutos, te hará sentir nuevamente como un niño de cinco años y esa sensación permanecerá a lo largo de la cinta.

La versión de Jon Favreau recupera las icónicas canciones, la emotiva música instrumental y los entrañables personajes que hicieron del filme original una experiencia inolvidable.

A eso hay que sumarle el factor tecnológico, pues habrá momentos en los que sentías que estás viendo un documental de National Geographic: la naturalidad con la que se mueven los animales, como los antílopes, hormigas, elefantes y jirafas, le dan un oportuno toque de frescura y realismo. Justo en ese momento se te olvida que estás en una butaca de cine y comienzas a vivir la historia de esta producción.

Y eso en lo que compete a la parte técnica. La evolución de Simba (con voz de Carlos Rivera) es emotiva y te invita a seguirlo en su paso de temeroso cachorro, a rebelde adolescente y, hacia el final, ser testigo de cómo se afronta a la adversidad para ocupar el lugar que le corresponde en el ciclo de la vida, el de un rey; todo gracias a los valiosos consejos de su maestro y guía, Rafiki.

Por su parte, la lección de Mufasa sigue teniendo vigencia, hay que estar conscientes de que todos estamos conectados y que formamos parte del ciclo de la vida, el ciclo sin fin; él aparece para recordarnos que una minúscula hormiga es igual de importante que un poderoso león.

La caracterización de Scar (Roberto Pisano) en el “live action” es mucho más oscura e imponente que nunca; desde el momento en que lo ves, sabes que es capaz de todo con tal de ser el rey y además descubres que sus motivaciones y resentimientos tienen un origen hasta ahora desconocido.

Por su parte, Nala (Fela Domínguez) cuenta con el liderazgo, generosidad y valentía como para representar un rol femenino actual, y además tiene las cualidades para ser una reina justa y que se preocupa por el bienestar de su manada y de todo el reino animal.

La trama al inicio es un poco lenta, pero con la entrada de Timón y Pumba todo cambia: a estos dos personajes los amas desde su primera aparición —así como ocurrió antes—, sus chistes y ocurrencias te van a sacar varias carcajadas y además protagonizarán nuevas travesuras que no viste en 1994.

Lo que sí no creemos que te gustará es que la cinta se extiende media hora más que la original, aunque Favreau procuró no “rellenar” ese tiempo con escenas innecesarias, más bien se alargan secuencias que ocasionalmente benefician a la trama.

La música aún es uno de los soportes de esta historia y no te van a defraudar; “Hakuna Matata” y “Can You Feel the Love Tonight” son los clásicos de clásicos. ¿Que si es necesario llevar Kleenex? Si eres una persona sensible definitivamente hazlo: la muerte de Mufasa —no me digas que piensas en esto como un spoiler— sigue siendo, junto con la de la mamá de Bambi, una de las escenas más impactantes y desgarradoras de los clásicos de Disney.

Veredicto

The Lion King es una película que visualmente te encantará. Esta es una excelente oportunidad para revivir las aventuras de Simba, Timón y Pumba y disfrutar de sus icónicas canciones.

Por Roland Robleda

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