Entrevista – ‘IT: Chapter Two’: de la Inocencia al Terror

Había una leyenda urbana que dictaba que IT, la novela de Stephen King, era imposible de llevar a la pantalla grande. Eso quedará totalmente desmitificado con el estreno de la conclusión IT: Chapter Two, de la cual platicamos con el director Andy Muschietti y parte del elenco.

Por Oscar Uriel

Veintisiete años después de los aterradores sucesos acontecidos en la primera parte y reforzada ahora con la incomparable presencia de Jessica Chastain, James McAvoy y Bill Hader, es como continuará la versión cinematográfica de IT, el popular bestseller de Stephen King considerado por muchos como uno de los trabajos mas significativos del popular autor.

Esta segunda película arribará a cines acompañada de una ola de expectativas debido al inusitado éxito de su antecesora. Y es que prácticamente a todos nos tomó por sorpresa el impacto en taquilla de la primera parte y, especialmente, la aprobación de la celosa legión de lectores de King, quienes convirtieron a IT (2017) en uno de los sucesos fílmicos de la temporada.

“En verdad que no teníamos la seguridad de que habría una segunda película aún cuando todos estábamos conscientes de haber contado, con la cinta anterior, únicamente la primera parte del libro original”, le comenta a Cine el director Andy Muschietti. Sin embargo, gracias al cálido recibimiento del público, el estudio dio luz verde para que se filmara el desenlace de los siete personajes que conocimos en la primera parte, y quienes vivieron aterrorizados durante su infancia a causa de una entidad siniestra que los perseguía en forma de sus peores pesadillas, incluido un terrorífico payaso.

Es por eso que que en este encuentro Muschietti nos da la bienvenida al foro donde se realiza tan esperada conclusión.

Estamos en Toronto, Canadá, ciudad que en los últimos años ha sido huésped de importantes producciones cinematográficas y televisivas, atraídas principalmente por las facilidades que da la regencia del lugar y por los incentivos fiscales. Ya hemos estado aquí antes, pero en nuestra nueva visita a este centro fílmico tenemos un poco de miedo: los anfitriones son los responsables de la secuela de IT, los talentosos hermanos Muschietti, Andy, el dinámico director, y Bárbara, la productora.

El reto mayor de IT: Chapter Two

“Fue complicado porque parece que todos quieren filmar ahora en Toronto. Los foros están ocupados en su totalidad. Creo que Guillermo del Toro tomó la ciudad con sus producciones”, bromea Bárbara, cuando le comenta a Cine sobre algunos de los inconvenientes con los que se han topado durante la filmación de IT: Chapter Two que, a nuestra visita, en septiembre de 2018, está justo a un año de estrenarse.

Aunque el mayor reto de los productores y el director no fue encontrar un espacio en la ciudad canadiense, sino darle continuidad a lo conseguido en esa primera cinta; en particular, empatar el trabajo del virtuoso elenco de niños que estelarizó la primera cinta con el reparto de actores que caracterizan a esos mismos personajes pero en su versión adulta.

Al respecto, los hermanos Muschietti optaron por una táctica por demás inteligente: mezclar actores reconocidos (Jessica Chastain, por ejemplo, quien había colaborado previamente con ellos en Mama) con incipientes intérpretes no tan identificados por la audiencia. De esta manera concebirían un ecléctico elenco que daría vida a la versión adulta del club de los losers. “Definitivamente tratamos de buscar un balance en el reparto”, dice el realizador.

Reunión de generación y horror

Todo parece indicar que en esta continuación Pennywise —caracterizado desde la primera entrega por Bill Skarsgård— será mucho más cauteloso para lograr sus diabluras. El maléfico payaso está consciente de que el club de los losers casi lo vence en el pasado, por lo que debe de tener una precaución particular en esta nueva oportunidad que se le brinda.

Pero los miembros del club no se quedan atrás, también reaparecerán con sus traumas más o menos superados y bastante más creciditos.“Era muy importante para mí que estas figuras, ahora en sus cuarenta y tantos años, conservaran algunos gestos y actitudes de los intérpretes que vimos en la película anterior, pero el actual elenco también tuvo la oportunidad de imaginar la evolución de esos personajes durante estos años”, detalla el cineasta.

“Por supuesto que estimulé a los actores a crear sus personajes a partir de las espléndidas actuaciones que dieron los niños en la primera parte, pero nunca les dicté algo en específico para la construcción de sus respectivos roles. Ellos realizaron su trabajo considerando estos dos factores”, agrega categóricamente Andy, durante un receso en el penúltimo día de filmación.

La experiencia de Jessica Chastain

“Andy es un director que pone especial atención en el casting de sus repartos. Principalmente quería que todos nosotros tuviéramos la energía de los actores de la primera película”, recuerda Jessica Chastain en una plática con Cine, igualmente en una de las pausas del rodaje.

“En nuestro primer día en el set, decidimos presentarnos con un elemento en nuestras manos que le recordara a Andy el personaje que estábamos por caracterizar”, afirma la actriz, quien desde un principio estuvo en el radar de la producción gracias a que anteriormente había colaborado con los Muschietti y que además tenía un parecido particular con la pequeña Sophia Lillis, la joven que interpretó a Beverly Marsh en la primera producción.

“Leí la novela años atrás y por supuesto que ví la miniserie de televisión. ¡Qué impresión dejó en mí Tim Curry! Es una historia muy poderosa que creo provoca un impacto particular en el espectador”, declara James Ramsone, quien interpreta a Eddie Kasprak en la edad adulta.

“Es muy curioso porque audicioné para un personaje que aparece en la primera película pero no corrí con buena suerte; sin embargo sentí que había surgido una gran química entre Andy y yo. Meses después me llamaron para hacer pruebas de cámara, pues resulta que tengo un gran parecido con el niño que caracterizaba a Eddie. Creo que estaba destinado a participar en esta producción”, agrega el actor, quien anteriormente habría intervenido exclusivamente en producciones televisivas.

Habla James McAvoy

Por el contrario, el experimentado James McAvoy decidió colaborar en esta secuela muy entusiasmado, principalmente por la complejidad que tenían los protagonistas. En su caso es Bill Denbrough, el miembro del club de los losers que pierde a su pequeño hermano —sí, el del famoso impermeable amarillo— en el suceso que desencadena la historia.

“No quisiera considerar que el ambiente en el set era precisamente aterrador respecto al material con el que estábamos trabajando, pero te confieso que sí había una atmósfera inquietante después de trabajar y se prolongaba durante horas, ¿sabes? El cansancio puede producir determinado estado de ánimo que origina una atmósfera por demás particular”, añade el actor cuando le cuestionamos sobre la dificultad de trabajar en una ficción de horror.

Durante la preproducción de IT: Chapter Two varios sitios de Internet publicaron que Idris Elba estaba interesado en interpretar a Mike. Finalmente el codiciado rol cayó en manos de Isaiah Mustafa, intérprete más conocido por su participación en el serial televisivo Shadowhunters.

“Mike no ha cambiado mucho a pesar de que el tiempo ha pasado. Es el único personaje que ha permanecido en el pueblo y creo que la razón está fincada en que no ha superado los traumas provocados por los acontecimientos que vivió durante su infancia. Sin embargo, cuando se vuelven a repetir los sucesos, Mike toma una decisión importante considerando que es una solución definitiva a toda esa terrorífica anomalía”, manifiesta Isaiah, quien piensa que las acciones de Mike arrancan de manera contundente la reunión de estos siete amigos.

 

Llega Bill Hader

La decisión de los realizadores de contratar a Bill Hader para caracterizar a Richie tomó a todos por sorpresa. Hasta ahora, Hader era mucho más reconocido por sus brillantes trabajos en comedias cargadas de sarcasmo e ironía que por interpretaciones dramáticas. La oportunidad en IT: Chapter Two representaba una coyuntura difícil de rechazar para el inquieto actor.

“Quiero suponer que los productores me llamaron para dar vida a Richie Tozier porque finalmente era un chico muy gracioso, sin embargo en muchas ocasiones esa personalidad es sólo una fachada que esconde aflicción y angustia. Conozco a muchos comediantes así. Si observas bien, algunas de las grandes películas de terror no tienen que ver precisamente con elementos horroríficos, sino con los traumas o complejos alimentados durante la infancia. Lo que resulta fascinante de la historia de King es que se trata de un trauma colectivo entre amigos. Es como si fuese una extraña enfermedad que padece un grupo determinado de personas, ¿sabes? Esa circunstancia solidifica los lazos de amistad entre ellos”, agrega Hader al dilucidar sobre el carácter de su personaje.

Y aunque cada uno tiene trayectorias distintas y llegaron a Chapter Two por diferentes procesos, durante nuestra visita al set notamos que el reparto está totalmente de acuerdo en una cosa: el rodaje fue extenuante y demandante para todos los integrantes. Chastain, por ejemplo, intervino en lo que se considera la secuencia dentro del cine de terror con más cantidad de sangre de por medio; una escena que se pensó tardaría días en rodarse, pero que finalmente se concluyó después de algunas semanas.

“¿El aspecto más terrorífico de participar en esta película? Sin duda alguna cuando nos dijeron que no nos pagarían”, bromea Hader.

“Yo no tenía que pagar impuestos cuando tenía nueve años. Eso es terrorífico hoy en día”, agrega James Ransone.

La gran apuesta

Con IT: Chapter Two los dados están en el aire. Y es que por cada The Shining, Misery o Stand by Me existe un Sleepwlaker, Thinner o Maximum Overdrive, por mencionar fatídicas versiones cinematográficas de textos de King. Llevar a la pantalla grande la peculiar prosa del autor precisa de un tono especial y de un director que descifre en los universos del autor.

“Lo que me atrajo de esta novela es el constante diálogo entre las dos líneas de tiempo. El desafío en esta segunda película radica en integrar los recuerdos de manera orgánica a la línea principal del argumento. Mike convoca a los losers porque Pennywise está de regreso. Regresan todos menos uno”, dice categóricamente el realizador sin confirmar, obviamente, quién será el gran ausente.

“El que muchos digan que esta novela es ‘infilmable’ depende del punto de vista con que se aprecie a esta historia. A mí me atrapó el asunto emocional del relato. Hay aspectos fantasiosos que yo preferí dejar a la imaginación del público, porque finalmente estás limitado a los minutos que tienes para contar el relato. Estás obligado a tomar decisiones. Es curioso, leí por primera vez la novela cuando tenía 14 años. La volví a leer 25 después. Fue un entendimiento totalmente distinto. Ahí radica la grandeza de esta historia”, afirma el director.

Fin de rodaje. Fin de una saga

El ánimo en el set es de sosiego y es tan fuerte que se puede advertir al entrar al foro. El equipo de producción y creativo parece estar satisfecho con lo logrado en esta experiencia; sin embargo, será el público quien tenga la última palabra sobre el desenlace de esta historia que ha cautivado a lectores y espectadores por varias décadas; desde los devotos de la novela hasta aquellos quienes recuerdan con fervor la adaptación televisiva de 1990, misma que marcó a toda una generación y en la cual Tim Curry interpretó de forma memorable al sádico payaso, distinguido con el nombre de Pennywise.

“A Pennywise no la importa nada más que su sed de venganza. En esta segunda parte regresa mucho más hábil y manipulador que en la primera, agresivo en todo sentido, pues siente que lleva la delantera. No te puedo anticipar la manera en la que este personaje será más aterrador que en la película anterior, pero te puedo asegurar que esta segunda parte es mucho más terrorífica”, añade Andy, al referirse a quien se considera uno de los personajes más aterradores creados en la literatura de ficción. Y es que hay una fascinación extraña con la imagen de este diabólico payaso, un perverso ente que el público ha decidido amar.

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