Por: Durden

El Stand up es un producto del entretenimiento que ha florecido en México en los últimos 10 años. El humor que antes residía únicamente en formulas, albúres o humor físico ha dado una evoulción a un modelo más norteamericano, aunque con más sustancia como lo es el stand up.

Para nuestro vecino del norte, el stand up ha sido una de las formas más contundentes de reflejar la realidad del estilo de vida americano. Estandartes de calidad y pioneros en la comedia observacional, crítica o hasta física, figuras como Richard Pryor, George Carlin o Eddie Murphy han puesto los cimientos sobre los cuáles la pleyade de estrellas actuales del stand up americano emerge.

Y el stand up, más que una crítica humana, se ha vuelto crítica social. No porque se haya propuesto tener esa misión, si no porque la sociedad y las clases en el poder o en el gobierno se han vuelto tan absurdas en sus hábitos y en su forma de ejercer aquello que poseen, que no hay otra forma de explicarlo que no sea através de la comedia.

Ali Wong ha explorado el wage gap y las diferencias en la maternidad y los roles de genero en Baby Cobra y Hard Knock Wife, Michael Ché la realidad afroamericana en Michael Che Matters, Neal Brennan ha puesto en la mesa los problemas que las personas con trastornos emocionales o psiquiatricos pueden llegar a sufrir… y así muchos más han puesto sobre la agenda temas de interés público (sin ninguna intención de hacerlo).

Algunos podrían estar enfocados en dar un mensaje, otros simplemente buscaban tener la mejor rutina posible y encontraron también un producto que funciona como mensaje más profundo.

Pero no nos olvidemos que el producto final es hacer reír.

En México hay un comediante que destaca en ambos aspectos; hacer reír y dar un mensaje y él es Carlos Ballarta.

Su último stand up, ‘Furia Ñera’ es el segundo que presenta en la plataforma de Netflix y es una rutina pulida hasta la excelencia. Carlos, originario de la Ciudad de México, y cuya comedia había girado alrededor de ser parte de una clase social marginada y hasta discriminada, ubica estas situaciones en un lente de comedia y humor ácido que funciona de forma perfecta.

Sin embargo, ‘Furia Ñera’, más que incomodar al público haciéndole ver sus filias y fobias, presenta a un Ballarta más humano, (pero no menos caústico) que tiene que lidiar con la dicha y lucha que es ser papá en una ciudad que incluso no es la suya e incluso el aborto.