‘It’: Tu miedo a los payasos no revivirá














Al entrar a la sala de cine, cuando te llegue la hora de reencontrarte con Eso, puedes hacerlo con la confianza de que tu miedo a los payasos no revivirá. No es que a Bill Skarsgård le haga falta girar los ojos, marcar más la sonrisa para mostrar su dentadura puntiaguda y podrida o que no haga una voz lo suficientemente tenebrosa. Si It no provocará coulrofobia a las nuevas generaciones como seguramente te la desencadenó la serie de los 90, es debido a los excesos que conforman la nueva adaptación de la novela de Stephen King.

El director Andy Muschietti debió atender los consejos de las tías y abuelitas de que menos es más, de entrada por la caracterización y participación del payasito que nadie quiere: El ente demoniaco de Derry se manifiesta con un aspecto tan producido, que resulta muy alejado de cualquier payaso diabólico real. Los diálogos de Pennywise ya no se limitan a tétricas y reiterativas frases como “¡Hola! Sólo quería decir hola”; ahora sus líneas son más extensas y eso resta misterio. En pocas palabras, Muschietti te expone tanto al extraño objeto del miedo, que terminas por superarlo.

Construir viejas casonas al estilo de la animación Monster House, no ayuda mucho a ponerte la piel chinita. Tampoco utilizar efectos por computadora para transformar las fobias de los personajes en hologramas. Ni colocar los inseparables globos del payaso en perfecta simetría, ni uniformarlos de color rojo. Quizá sea la suma de todo eso lo que resta la sensación de miedo hacia lugares tan cotidianos como la regadera, la alcantarilla o el lavabo del baño.

En lo que acierta la nueva It es en recrear los momentos de tu infancia que te causaban temor y la manera en la que los afrontabas. Te muestra desde otra perspectiva esos lugares oscuros en donde te repetías incansablemente: «soy valiente». 

Y si te gustan las explosiones sanguinarias tipo El resplandor la vas a pasar muy bien. Pero no creas que no vas a gritar (aunque solo sea un poco) el Pennywise de Skarsgård te hará desarrollar miedo hacia los proyectores de diapositivas.  

Al prospectarse como un film en dos entregas, en ocasiones parecce que hace falta ver los efectos de esos traumas en la vida adulta de los miembros del Club de los Perdedores: Bill (Jeaden Lieberher), Ben (Jeremy Ray Taylor), Beverly (Sophia Lillis), Richie (Finn Wolfhard), Mike (Chosen Jacobs), Eddie (Jack Dylan Grazer) y Stanley (Wyatt Oleff). Esto lo verás en la secuela, si se concreta, y le sienta bien a la trama. 
Ahora se profundiza más en los personajes (algo que no pasa en la serie de televisión), lo que te permite entender mucho más a Beverly, la química entre Bill y su desaparecido hermano Georgie (Jackson Robert Scott) o el enamoramiento de Ben hacia la única chica del club o los achaques de Eddie. 

Este It definitivamente no se alimentará de tu miedo pero sí de tu nostalgia, la cual emanará luego de ver la química del elenco adolescente y escuchar en momentos clave rolas de New Kids on the Block y otras bandas ochenteras —la historia se cuenta en esa década, así que la recreación de varias de las escenas del programa de los 90 es casi íntegra.

VEREDICTO

La disfrutarás y te será entretenida, pero no revivirá tu miedo a los payasos. Esta vez sí se vale decir «las películas de terror ya no las hacen como antes».