La Cineteca Nacional celebra 45 años de operaciones

Sin duda, todo cinéfilo capitalino que se digne de serlo ha encontrado en la Cineteca Nacional uno de sus espacios predilectos en la Ciudad de México. Desde lo que más nos importa a todos – las películas – a los cursos, el foro al aire libre y su invaluable acervo fílmico, se trata de un recinto esencial para la vida cultural chilanga. Hoy es parte de nuestra cotidianidad, pero su historia está repleta de altibajos.

Este 17 de enero, la Cineteca Nacional cumple 45 años de haber abierto sus puertas, pero en aquel entonces todo era muy diferente. Surgió en 1974 en los Estudios Churubusco como el archivo fílmico estatal, un componente de la reestructura de la industria que tuvo lugar en aquella década. Su función era primordialmente preservar el patrimonio fílmico mexicano.

Ésta fue la sede original de la Cineteca, que tuvo que suspender funciones en 1982. El motivo: un incendio que arrasó con más de 6 mil quinientas películas, casi 9 mil 300 periódicos y revistas, y 2 mil 300 guiones. Tendrían que pasar dos años para que volviera a abrir sus puertas en una nueva ubicación, pues el fuego dejó daños irreparables en las salas y en la bóveda.

La nueva sede, en la que disfrutamos del cine al día de hoy, se inauguró el 27 de enero de 1984, casi a tiempo para el décimo aniversario de la Cineteca Nacional (lo que significa que esta ubicación también estará de fiesta por sus 35 años). Era mucho más modesta en aquellos días, con sólo cuatro de las diez salas que conocemos hoy, una librería y un departamento de documentación.

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El recinto comenzaría a tomar la forma que conocemos hoy hacia 2011, con la iniciativa de modernización del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Ésta resultó en la renovación de las salas de cine existentes, la construcción de cuatro nuevas, así como el foro al aire libre, la construcción de una nueva bóveda con capacidad para 50 mil películas, y del laboratorio de restauración digital Elena Sánchez Valenzuela. Éste, que ha restaurado filmes como El lugar sin límites (Arturo Ripstein, 1977) y Ensayo de un crimen (Luis Buñuel, 1955) fue bautizado así por la pionera de los archivos fílmicos en nuestro país.

La Galería de la Cineteca Nacional, uno de sus espacios más populares, fue instaurada hace cuatro años, en 2015. Actualmente alberga la exposición Hitchcock, más allá del suspenso, y también ha alojado Stanley Kubrick: la exposición.

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La cereza en el pastel es la Terraza de la Cineteca Nacional, apenas inaugurada en julio del año pasado, como un espacio para tomar unas cervezas acompañadas con algo de buena música en vivo.

Y sin embargo, a pesar de esta modernización, la Cineteca mantiene su rol inicial de preservar el patrimonio cinematográfico, pues ya amasa un acervo de más de 17 mil copias en 35mm y 16mm. Sin duda es algo que, para el cinéfilo de hueso colorado, es más que digno de celebrarse.