Las 10 mejores películas fantásticas de los 80

Repasamos las mejores películas fantásticas de los 80, una de las épocas más queridas del cine.

Por Luis Jurado

Los años 80 son recordados por su riqueza cinematográfica, pero si hay un género que sobresalió entonces fue el género fantástico, por sus anécdotas delirantes y su inventiva visual, que dio invaluables joyas que todavía hoy en día son objeto de culto y son imitadas hasta la saciedad. El inminente estreno de The Dark Crystal: Age of Resistance nos sirve de pretexto para recordar las mejores y más importantes obras fantásticas realizadas en esos días.

 

10. Clash of the Titans (1981, Desmond Davis)

El último trabajo del maestro de los efectos especiales, Ray Harryhausen, es lo que más destaca de esta visualmente hermosa adaptación del mito griego de Perseo y el juego de los dioses para ver quién es el más poderoso, manipulando el destino de los humanos. Un dato curioso: el director Louis Leterrier, fue el encargado de realizar el remake de este clásico en el 2010 y es el mismo que dirige la serie precuela de The Dark Crystal.

 

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9. Dragonslayer (1981, Matthew Robbins)

Según George R. R. Martin, esta es una de las mejores cintas del género y probablemente, gran parte de ella influenció su obra cumbre: Game Of Thrones. La historia de una joven y un aprendiz de mago que se embarcan en la búsqueda de un malvado dragón fue un fracaso de taquilla tan grande que casi lleva a la ruina a sus productores. Contó con una estupenda fotografía y unos excelentes efectos especiales para la época, que estuvieron nominados al Oscar.

 

8. The NeverEnding Story (1984, Wolfgang Petersen)

Quizá la adaptación de la clásica novela de Michael Ende deja mucho que desear en comparación a su original, pero sus valores de producción y sus muy entrañables personajes la han vuelto una de esas cintas que muchos recuerdan como parte de su infancia. Se hicieron dos secuelas muy grises y se dice que al autor del texto no le gustó, sin embargo, fue un gran éxito de público.

 

7. The Princess Bride (1987, Rob Reiner)

Fue otro fracaso en taquilla y tuvo una de las producciones más azarosas de la historia del cine. Pocos tuvieron la oportunidad de verla en la gran pantalla, pero de alguna manera se volvió en uno de esos sui géneris filmes de culto, al grado que fue parodiada en Once Upon a Deadpool (2018, David Leitch).

Muchos le achacan el que no se toma demasiado en serio pero en eso está su verdadero encanto: es una historia de amor, pero también tiene aventuras y comedia, amén de estar plagada de diálogos verdaderamente geniales («El amor verdadero es lo más grande del mundo, con excepción de un bocadillo de cordero, lechuga y tomate, cuando el cordero es rico y magro y el tomate está en su punto»). Bob Rainer jamás volvió a estar tan inspirado.

 

6. Ladyhawke (1985, Richard Donner)

Quien piense que Richard Donner no tuvo un después de Superman debería echar un ojo a sus clásicos ochenteros: The Goonies, Lethal Weapon y por supuesto, Ladyhawke, sin duda una de las mejores películas fantásticas de los 80.

En ella se narra la historia de un ladrón que ayuda a una pareja de amantes que recibieron la maldición del malvado Aquila. Ella es un halcón en el día y él es un lobo en la noche, por lo que a pesar de estar unidos, nunca van a poder estar juntos. Aunque el director no logra del todo aprovechar lo poético del asunto, sin duda es un entretenido y bastante bien filmado cuento de hadas.

 

5. Time Bandits (1981, Terry Gilliam)

Gilliam es quizá el mejor cineasta fantástico de la historia y también al que más trabajo le cuesta conseguir financiamiento últimamente. Su tercer filme, el primero totalmente fuera de la influencia de Monty Python, es una revelación, principalmente por su barroco y complejo estilo visual. Narra la historia de un niño que descubre que su cuarto es un portal a otros tiempos, empleado por una banda de enanos que roban reliquias de diferentes épocas.

En este trabajo, el realizador comienza su obsesión por fusionar la fantasía y la realidad. Para la trivia: fue producida por Handmade Films, empresa creada por George Harrison, otro artista excéntrico que como Gilliam, fue parte de un grupo de locos geniales.

 

4. Legend (1985, Ridley Scott)

Después de Alien y Blade Runner nadie esperaba que para siguiente trabajo, Ridley Scott se decidiera por un cuento de hadas clásico e inocente. Legend no vendió muchos boletos, pero con el paso del tiempo se ha vuelto no sólo objeto de culto sino que está considerada una de las mayores obras de su autor, principalmente por dos factores: su hermoso diseño visual y la maravillosa interpretación de Tim Curry como el mismísimo diablo, un personaje que hace que su Pennywise parezca un émulo de Bozo excedido en cafeína.

 

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3. The Adventures of Baron Munchausen (1988, Terry Gilliam)

Como todas las cintas de su autor, ésta tampoco recuperó su inversión. Sin embargo, desde el momento en que se estrenó, los pocos que tuvieron el placer de verla la convirtieron en objeto de culto y generó que todo el mundo estuviera al pendiente de su autor.

Excéntrica como pocas, tiene muchísimos momentos que se volvieron icónicos (la aparición de Uma Thurman como Venus, la estrafalaria interpretación de Robin Williams como el Rey de la Luna o la aparición constante de “la parca”, que infructuosamente trata de llevarse al Barón Munchausen, entre otras). Nuevamente, la fusión de fantasía y realidad que se ha vuelto el sello de su autor está presente.

 

2. Labyrinth (1986, Jim Henson)

Parece mentira que el creador de los Muppets hiciera un filme tan oscuro y malicioso. Una adolescente se ve forzada a perseguir a unos duendes que se roban a su hermanito, para recuperarlo antes de que se percaten sus padres. Aparentemente, la única manera de lograrlo es casándose con el Rey de los duendes (un inolvidable David Bowie).

Es una metáfora sobre la pedofilia y los depredadores infantiles, que seguramente hicieron eco en un (en ese entonces) muy joven Guillermo del Toro. Por cierto, el guión está escrito por el ex Monty Python, Terry Jones.

 

1. The Dark Crystal (1982, Jim Henson y Frank Oz)

El primer filme de Henson y Oz no es sólo una de las mejores películas fantásticas de los 80, sino también de la historia. Construida con una innovadora técnica de marionetas, resulta una muy refrescante reflexión sobre el bien y el mal intrínseco en todos los seres vivientes. Es difícil no enamorarse de este filme que mezcla diferentes mitologías y a cuyos autores les llevó 10 años realizar. Lo que hicieron con ella fue dar vida propia a un montón de pedazos de tela y espuma plástica, tanto así que en sus menos de 2 horas de duración generaron un universo tan rico que era inevitable regresar a él.

 

Menciones honoríficas: Conan the Barbarian (1982, John Milius), es muy mala pero tuvo tanto éxito que generó una interminable lista de secuelas y copias; y The Last Unicorn (1982, Arthur Rankin Jr. y Jules Bass), que resultó un éxito por su belleza visual y por tener un soundtrack compuesto por el entonces famoso grupo, America.

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