Las Herederas, un drama paraguayo universal

Para los amantes del cine latinoamericano, la película Las herederas les dará una mirada actual y de gran calidad a los problemas sociales de la región, y a los problemas universales como la edad.

Director: Marcelo Martinessi

Actúan: Ana Brun, Margarita Irun, Ana Ivanova

Duración: 98 minutos

★ ★ ★ ★ ☆

 

Sinopsis
Dos mujeres que han compartido su vida durante décadas experimentan una crisis económica que las obliga a deshacerse de sus pertenencias. Además, se enfrentar a un fraude y a la cárcel en un tiempo en el que el deseo y la sexualidad parecen tomar un nuevo aire en medio de las habladurías de las clases sociales del Paraguay actual.

 

“Por la plata no te preocupes”, menciona Chela como marcando el rumbo de la historia de Las herederas, cinta que nos revela el complejo momento para Chiquita (Margarita Irun) y la propia Chela (Ana Brun). Las dos mujeres han estado juntas durante 30 años y en ellos han compartido vida, amistades y crecimiento, pero más recientemente también una crisis económica que las obliga a dejar los privilegios de una clase acomodada a la que estuvieron acostumbradas, teniendo que vender sus muebles y pertenencias, así como cumplir una de ellas una sentencia de cárcel.

Además de poner en la palestra la cuestión monetaria, la película de Marcelo Martinessi explora sutilmente las emociones y circunstancias que atraviesa, principalmente, el personaje de Chela, una mujer madura que a la par de cambiar completamente su estilo de vida debido a su contexto, también experimenta transformaciones en su sentir con respecto a ella misma, su deseo, su sexualidad y lo nuevo que se presenta ante ella. El conflicto se suscita a partir de lo que ella ahora está dispuesta a ver y que podría cambiar su perspectiva del mundo.

En este sentido, el filme se vuelve un profundo ojo crítico sobre lo que el tiempo parecería permitir; es decir, una puesta clara sobre el hecho de que la edad no tiene ninguna importancia cuando hablamos de sentimientos, sensaciones y decisiones, pues en cualquier momento de la existencia y sin tomar en cuenta lo que se esté viviendo, el deseo persiste, las ganas de nuevas experiencias despiertan y la necesidad de cambio se hace presente. Bajo esta línea, Ana Brun hace un estupendo trabajo actoral al retratar esa transformación rodeada de dudas y sorpresas.

Las herederas no sólo es una fotografía de la sociedad paraguaya, igualmente se interpreta como un retrato de distintos sectores alrededor del mundo, especialmente aquellos en donde las clases sociales están muy establecidas, aunque sea por apariencias y habladurías que moldean el modus vivendi de la gente, y en la que se cuestiona lo que alguien puede o no hacer para ganarse la vida, juzgándolo como digno o no.

Esta película predominantemente femenina —los personajes masculinos que aquí aparecen son prácticamente nulos— deja claro que el sufrimiento y el aprendizaje no se acaban con la edad y que el cambio está a la vuelta de la esquina, sin importar el tiempo y el espacio; además de que cada día se puede tener una oportunidad de una nueva aventura, otra ilusión, una vida distinta y también decisión.

Veredicto

Las herederas se vuelve una lección para aquellos que buscan en el cine una forma de explorarnos como humanos, con actuaciones más que atinadas que, en el conjunto de una gran elección en cada aspecto técnico de la cinta, generan un trabajo que debe ser visto y valorado como ya lo han hecho en distintos festivales internacionales, como fue el caso de Berlín.

Por Ana Lucía Altamirano

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