‘El complot mongol’: entrevista con el director Sebastián del Amo

Desde el Barrio Chino de la Ciudad de México, se gesta la adaptación de El complot mongol, uno los clásicos de nuestra literatura.

Por Verónica Sánchez

Sebastián del Amo quiere encontrar la justa medida entre el cine de autor y el cine de taquilla. Cantinflas (2014), nominada y ganadora de varios reconocimientos como el Ariel y los Premios Platino en apartados técnicos e interpretativos, sugiere esas intenciones. El filme se colocó en el cuarto lugar de la taquilla en Estados Unidos según datos de Box Office Mojo, y es hasta el momento la sexta película más taquillera del cine mexicano de acuerdo con Rentrak.

Con El complot mongol (2019) busca conciliar el cine de autor con el cine mainstream, “rescatar una historia profundamente mexicana y hacerla accesible al público”, según explica el director. “El reto que yo me trazo con cada película es hacerla lo más propositiva posible, que tenga también historias atractivas, inteligentes, que el público se identifique con ellas. Yo pienso que El complot mongol tiene esos ingredientes”.

Luego de Cantinflas, el cineasta tenía ganas de volver a un proyecto que le había emocionado cuando era más joven: una novela de culto mexicana que se volvió su biblia. El complot mongol (1969), de Rafael Bernal, fue un regalo de su madre que le cambió la vida: “llegué incluso a hacer un cómic —cuenta Sebastián—; todavía tengo el storyboard. Tampoco es que sea un gran dibujante, pero lo tengo ahí guardado más que nada porque fue una novela que me marcó y siempre tuve la inquietud de llevarla a la pantalla grande”.

El también realizador de El fantástico mundo de Juan Orol (2012) soñaba con retratar la Ciudad de México envuelta por la atmósfera de las películas de espías, estilizada pero que contrastara con la arquitectura colonial y el modo de vida de los años 60 en el Barrio Chino, época en la que está ambientada la película.

“En la novela, todo ocurre en algún momento de la década de 1960, yo me tomé la libertad de adaptarla al año 1963”, especifica Del Amo. “Retomo el tiempo en el que Adolfo López Mateos era presidente de México y recibe la visita de Kennedy, un viaje en el que, se cuenta, se fraguaba un intento de asesinato al mandatario estadounidense diseñado por un grupo de asiáticos. Esto motiva a un político mexicano encargar la investigación. Elige a Filiberto García, investigador  mexicano, que tiene más alma de matón que de detective. Así este antihéroe cínico se ve envuelto en esta gran intriga”, puntualiza.

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A Del Amo le correspondía explotar la condición de antihéroe del protagonista de la novela. “Busqué representar esa cualidad del personaje que sostiene largos soliloquios consigo mismo, y que no coincide con lo que piensa y hace. La mente del personaje habla. Es un arquetipo del cine negro. Un tipo rudo, despiadado, matón. La idea es que el espectador se vincule con él, se identifique con su contexto, con sus debilidades”.

El director tenía claro cómo debía ser y qué debía transmitir el actor que le diera vida en la pantalla, y no fue una decisión difícil. “Mi labor era encontrar a un actor que le diera el rostro en el cine a Filiberto Parra, y encontré en Damián Alcázar al socio perfecto. Él logra hacer suyo al personaje. Lo vuelve memorable, entrañable. Damián ya nos tiene acostumbrados a sus demoledoras actuaciones, es lo mejor de lo que tenemos en el cine nacional. Me quedé muy impresionado con los matices que logra dar al personaje”.

Actores como Roberto Sosa, Oscar Jaenada, Bárbara Mori, Eugenio Derbez y Xavier López “Chabelo” también deambularán por el Barrio Chino. “Es uno de los grandes placeres que me he permitido”, dice Del Amo sobre su variado elenco. Creemos que será una interesante forma de resolver el caso.

El complot mongol llega a cines de México el 18 de abril de 2019.

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