‘Hellboy’: el arte de mandar todo al diablo

Hellboy, el personaje creado por Mike Mignola, está de regreso en la pantalla grande con un nuevo director y protagonista. Te contamos si pasa la prueba en nuestra reseña.

Estreno en México: 11 de abril

Director: Neil Marshall

Actúan: David Harbour, Milla Jovovich, Ian McShane, Sasha Lane

Duración: 120 minutos

★ ★ ☆ ☆ ☆

Sinopsis

La ancestral bruja Nimue, la Reina de sangre, resucita y busca venganza contra la humanidad. Junto con la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal (AIDP), Hellboy tendrá que detenerla mientras decide si rechaza o acepta su destino como Bestia del Apocalipsis.

 

Incluso si una película debe sostenerse por sí misma, un remake está condenado a las comparaciones con las versiones que le precedieron. Por necesidad, cada nuevo director buscará imprimirle su propio sello a su trabajo, para diferenciarlo de lo que otros cineastas hicieron antes. Y vaya sombra de la que tuvo que desprenderse Neil Marshall: la de una de las adaptaciones de cómic a la pantalla más queridas, dirigida por Guillermo del Toro.

Al ver el resultado, parece como si la prioridad, ante todo, hubiera sido esa: diferenciarse a cualquier costo, incluso si las decisiones para ello no tenían sentido. ¿Cómo evitar comparaciones con una película apta para adolescentes? La respuesta, obvio, era hacer un Hellboy opuesto, lo menos amigable posible con el público menor de edad. Como si de receta se tratara, el estudio añadió sangre e indiscriminados usos de la palabra fuck hasta alcanzar la ansiada clasificación R.

En eso tuvieron un éxito indiscutible. En entregar un producto que tuviera algo semejante a un corazón, al menos en el guión, no tanto. Marshall y compañía están tan preocupados de embarrar la pantalla de tripas, que olvidaron la historia para justificarlo.

reseña Hellboy
‘Hellboy’ (2019). Cortesía Latam Pictures.

Esto es evidente desde el prólogo mismo. Éste nos presenta a Nimue (una atroz Milla Jovovich que enuncia lugares comunes), brutalmente descuartizada en la era artúrica para prevenir su resurrección. De ahí hay un salto a la época actual, con Hellboy (David Harbour) en busca de un compañero de la AIDP. Sorpresa, éste ha sido transformado en vampiro. Luchan, corre sangre, y el caído revela algo sobre el protagonista con poca relevancia para la trama, con nula explicación de cómo lo sabe en primer lugar.

El resto del largometraje transcurre por el estilo. “Gran Rojo” va de una escena a otra, y donde no hay algo que destripar, el Profesor Bruttenholm de Ian McShane aparece para sus rondas de diálogo expositivo. Su relación de padre e hijo con Hellboy es uno de los aspectos más desperdiciados del guión, pues a pesar de su tierno comienzo, no queda en más que en el tipo que le asigna misiones al protagonista.

A punta de un entusiasmo tangible, Harbour es quien salva a la película ser una catástrofe total. El actor de Stranger Things logra entregar algunas instancias de genuino humor y vulnerabilidad por encima del maquillaje y las capas de látex rojo, que parecen diseñados más para distanciarse de Ron Perlman, que para parecerse a Hellboy en sí. Por otro lado, los destellos de su interpretación son enmarcados por un guión más preocupado por llevarlo de una violenta escena a la otra.

Varias de éstas son bastante entretenidas (los gigantes en Inglaterra son uno de los mejores momentos, si acaso innecesario). Sin embargo, su excesiva brutalidad alcanza el dudoso logro de provocar indiferencia hacia sí misma.

Veredicto

Más allá de los esfuerzos de David Harbour, y de su violencia extrema gastada al punto de la insulsez , este remake de Hellboy tiene pocos argumentos para justificar la inversión de dos horas.

Por Lalo Ortega

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