‘La Casa más Grande del Mundo’: una buena historia no necesita de falsas pretensiones














TRAMA

Dejando en claro que la sencillez no es sinónimo de simpleza, esta coproducción  de Guatemala y México llega por fin a las carteleras de nuestro país luego de un sobresaliente paso por diversos eventos fílmicos del mundo; incluyendo su estreno en la edición número 65 del Festival Internacional de Cine de Berlín y  su presentación  en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

En las manos de las directoras Ana V. Bojórquez y Lucía Carreras, la historia de una niña indígena que pierde el rebaño que le habían dejado a cargo y que pese a su corta edad tiene que ir en su búsqueda (mientras su madre se encuentra en labor de parto), se convierte en una enternecedora metáfora sobre la maternidad que evita con sutileza los estereotipos y los panfletos.

En La Casa Más Grande lo que quizás podría haberse convertido en una más de tantas declaraciones del feminismo excesivo y malentendido, aquí encuentra una apabullante universalidad; que empuja al espectador a la identificación con situaciones propias de la cotidianidad de una familia pequeña cuya figura masculina está ausente.

Se trata de una sentida y honesta reflexión de implicaciones sociales que a pesar de que por momentos se extiende innecesariamente con algunas escenas, tiene como principal virtud la austeridad del lenguaje; lo que le permite desarrollarse con naturalidad. La película deja en claro que por encima de las estadísticas, los discursos y las políticas; lo más importante detrás de todo el tema central son las personas y las emociones.

Destaca la eficacia de la actriz mexicana Myriam Bravo, quien se dio a la tarea de aprender a hablar la lengua guatemalteca Mam, y la sobriedad y encanto de la niña protagonista Gloria López; además del desempeño de Fabiana Ortiz, encargada de interpretar a la abuela y quien es partera en la vida real.

La película es una de esas agradables sorpresas que sin hacer mucho ruido, aparecen en el circuito comercial listas para ser descubiertas.

VEREDICTO

 Obra de gran sensibilidad y precisión fílmica, que resulta tan entretenida como inteligente y conmovedora. La grandeza de una historia pequeña se revela cuando se cuenta sin falsas pretensiones.