Las hijas del sol, un testimonio honesto y apasionado

Se estrena Las hijas del sol, película que ha causado opiniones divididas desde su presentación en competencia dentro del Festival de Cannes 2018. 

 

Directora: Eva Husson

Actúan: Golshifteh Farahani, Emmanuelle Bercot, Zübeyde Bulutk

Duración: 115 minutos

★ ★ ★ ★ ☆

 

Sinopsis

Basada en hechos reales, esta historia se sitúa en Kurdistán, donde Bahar (Farahani) comanda un batallón formado por mujeres kurdas que tiene como objetivo tomar la ciudad donde la líder fue capturada por extremistas meses atrás.

En esta época en que algunas empresas y estudios se aprovechan del necesario empoderamiento femenino para convertirlo en un producto de consumo, se agradece que aparezcan propuestas que más allá de de lo bien o mal logradas que estén, se convierten en testimonios honestos y apasionados, que buscan reivindicar a la mujer como sinónimo de libertad y de victoria.

Ese es el caso de Las hijas del sol (Les filles du soleil), película dirigida por la francesa Eva Husson (Bang Gang) que ha causado opiniones divididas desde su presentación en competencia dentro del Festival de Cannes 2018.

El filme retoma la historia de un batallón integrado exclusivamente por mujeres kurdas —antes esclavizadas y abusadas por el Estado Islamico—, que acompañadas de una periodista interpretada por Emmanuelle Bercot, se encaminan a la toma de la ciudad donde meses antes el ejército yihadista había capturado a la sargento al mando.

Entre saltos temporales que sirven para revelarnos los antecedentes de las dos protagonistas y sustentar sus motivaciones, la directora encuentra en los contrastes de la evocación de los silencios y la incertidumbre intrínseca de las entrañas de la guerra, el vehículo ideal para transmitir y dimensionar el reclamo implícito de este hecho real que por sí mismo cobra valor a la hora de su traslado a la pantalla.

Es cierto que el desarrollo llega a ser accidentado y que no evita caer en los lugares comunes, además de que el vínculo entre las dos mujeres centrales es endeble y de la falta de pericia para las escenas de acción.

Sin embargo, la interpretación de la actriz de origen iraní Golshifteh Farahani como guerrillera es de una convicción innegable; asimismo, los momentos que rayan en lo intimista fortalecen el camino emocional del relato y el espíritu de arrojo detrás de toda la propuesta, cuyos desaciertos son evidentes pero no impiden que el discurso sobreviva y cobre una ineludible vigencia.

Veredicto

Coproducida entre Francia, Bélgica, Georgia y Suiza, se trata de una confusa conjunción de brutalidad y reflexión que, entre algunos episodios de lucidez, ofrece impactos emocionales con la fuerza suficiente para sostener el reclamo detrás de la recreación de un hecho real que ya por su valor como testimonio y el discurso que ondea, justifica su llegada a la cartelera.

Por Jesús Chavarría

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