At Eternity’s Gate, un homenaje a van Gogh para quien el arte fue el consuelo del hombre
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Si la naturaleza, arte y poesía no son suficientes, nada en la vida lo será; esa fue la ideología de vida del pintor impresionista plasmada en la trama de esta película de van Gogh en la que Willem Dafoe nos adentra en la mente de un artista regido por opuestos, la locura y cordura, la depresión y alegría; la litografía At Eternity’s Gate sin duda es la sinopsis gráfica de este filme.
Director: Julian Schnabel
Actúan: Willem Dafoe, Oscar Isaac y Mads Mikkelsen
Duración: 110 minutos
★ ★ ★ ★ ☆
Sinopsis
Los años más decisivos para Vincent (Willem Dafoe) ocurrieron en Arles y Auvers-sur-Oise. Esta película de van Gogh es un vistazo a las vivencias del pintor en esos dos lugares que fueron definitivos no sólo para su obra sino para la cumbre de su propia vida.
Si Loving Vincent (2017) evocaba a la obra del artista holandés, pareciera que la finalidad de At Eternity’s Gate (2018) es aludir a las emociones y a las alteraciones sensoriales que pudieron afectar a Vincent van Gogh, transmitirte esas sensaciones a través de un adecuado lenguaje cinematográfico —que junto a la perfecta interpretación de Willem Dafoe— es el mayor mérito de esta biopic.
Una de las herramientas que le permiten al director Julian Schnabel llegar a ese objetivo es la concreción de su relato; al lado de Jean-Claude Carrière y Louise Kugelberg como co-guionistas es la creación de una historia sencilla que se enfoca en su paso por Arles y Auvers-sur-Oise, los días más decisivos de su vida por la cantidad de piezas que creó y por sus complicaciones de salud.
De esta forma el espectador es testigo de los últimos meses de van Gogh, de su desequilibrio y aislamiento, de la retroalimentación que forjó con Gauguin, de sus tormentos, y también de las riñas que tuvo con más de uno en Arles, donde incluso varias personas firmaron para expulsarlo del pueblo.
Pero más allá de ser espectador de la acción a cuadro, por algunos instantes esta película de van Gogh intenta ponerte en sus pies, ojos y mente.
La superposición de diálogos te hace sentir que estás perdiendo la razón, las variantes de la corrección de color aparecen para enfatizar los delirios del protagonista, los bruscos movimientos de una cámara subjetiva se muestran tan inquietos como las ideas y los trazos del pintor.
Es gracias a esta función de la cámara que también identificas, como si fueras el propio artista, la belleza de los paisajes reales de Arles y Auvers-sur-Oise. Los escenarios originales de esta historia no podrían ser mejor locación para enmarcar esta ficción, mismos que se presumen a gran esplendor debido a las composiciones fotográficas de Benoît Delhomme.
La suma de esto invita a pensar en At Eternity’s Gate (2018) como una auténtica película de van Gogh; un cuadro hermoso y emotivo que adquiere valor no sólo por la firma de su director sino por la suma de Dafoe con su interpretación.
Sólo un actor con su sensibilidad podría encarnar la sensibilidad de un artista como la de van Gogh, con todo y sus silencios, su apreciación de la naturaleza, o sus crisis de ira y de depresión. Y sí, se vislumbra una fructífera temporada de premios para Dafoe.
Pese a los méritos, no todos los trazos de Schnabel son acertados. Hay momentos en que el ensamble parece responder más a una pretensión que a una necesidad narrativa y también sobran los diálogos explicativos sobre las emociones que transita el personaje central.
Estas quedan por asentadas con la atmósfera melancólica que se crea y la ejecución de Dafoe.
Sin embargo, esto no impide que At Eternity’s Gate (2018) sea un homenaje digno para van Gogh y una pintura disfrutable y efectiva para ti como espectador.
Veredicto
Hay muchos pretextos para verla: si eres fan de Willem Dafoe, de las biopics, los dramas o de Vincent van Gogh, cualquiera que sea el caso la vas a disfrutar. El panorama es favorable, especialmente por el trabajo de Dafoe y la forma en que la cinta retrata las disonancias por las que atravesó el pintor holandés.
Por: Anaid Ramírez
