Malacopa, entre tragos y estragos

Estreno: ¡Malacopa, ya en cines!

Director:  Armando Casas

Actúan:  Luis Arrieta, Luis Ernesto Franco y Danna García

⭐⭐

Sinopsis

Mateo Pino es un arquitecto brillante, junto a su mejor amigo David, tendrán que convencer a un inversor extranjero que apoye su proyecto; pero Mateo es extremadamente tímido. Para calmarse recuerda a su padre y bebe de la pachita que le heredó, creando involuntariamente a Malacopa, guapo, seguro, gran personalidad, que lo hará llegar muy arriba, quedando bien y quedando mal.

¿Quién no ha recurrido alguna vez al alcohol para envalentonarse y hacer lo que de otra forma ni siquiera intentaría? Algo que en apariencia es inofensivo se vuelve una medida desesperada para Mateo (Luis Arrieta), un arquitecto a punto de desmoronarse en un punto crucial de su carrera.

Entre los tragos Mateo invoca sin querer a su otro yo, el dominante y seductor (Luis Ernesto Franco), la contraparte ideal para su personalidad retraída. Pronto, esta suerte de Tyler Durden alcoholizado comienza a dominar la vida de Mateo, lo que desencadena desde romances de oficina y situaciones estrambóticas hasta complots ecoterroristas y combates de artes marciales.

El director Armando Casas (Familia Gang) apuesta por un humor muy contenido, sin los albures ni groserías de cajón de la comedia mexicana. La evolución de Mateo a lo largo de la trama es, de hecho, bien lograda por los sutiles matices tragicómicos que le otorga Arrieta. A la par, la dinámica entre actor y Franco brinda de manera consistente momentos entretenidos… hasta que el gag termina por agotarse.

Más allá de eso, Malacopa cae por el peso de sus múltiples hilos argumentales, algunos menos efectivos —y más absurdos— que otros. Aparte de su doble personalidad, el personaje central está dividido entre seducir a su jefa (Tamara Mazarrasa), desentrañar un sabotaje empresarial y reconciliar sus inseguridades. Demasiadas aristas y muy poco tiempo para desarrollarlas todas.

Por virtud de su concepto, conviene ver a Malacopa como esa borrachera ocasional: probablemente no recuerdes gran cosa; con suerte, te quedarás con las mejores partes.

Veredicto

Malacopa tiene un protagonista bien concebido en papel, que acaba por perderse en el caos de sus desfiguros.

Por Lalo Ortega